La Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid informará este viernes en la Comisión del ramo sobre la marcha de las obras de la conexión Gran Vía-Sol, que mantienen cerrada la estación de Metro de Gran Vía desde el pasado mes de agosto. Después de haber reconocido el Gobierno regional que no se cumplirá con los plazos establecidos, que situaban en abril el fin de las obras, hoy no hay todavía fecha de apertura.
Era uno de los proyectos estrella del Gobierno de Cifuentes -luego, del de Garrido- para esta legislatura, pero las obras de remodelación de la estación de Metro de Gran Vía y su conexión con Sol mediante un túnel peatonal se han convertido en una carrera de obstáculos. Este viernes, el asunto llega a la Comisión de Transportes, Vivienda e Infraestructuras a petición del Grupo Parlamentario de Ciudadanos sin que, según ha podido saber Madridiario, haya todavía una fecha para reapertura de la estación, prevista inicialmente para el mes de abril.
No hay "novedades", aseguran desde la Consejería de Transportes, en un plan que la expresidenta regional, Cristina Cifuentes, anunció en el Debate sobre el Estado de la Región de 2017 como "una de las obras más importantes de los últimos años". El pistoletazo de salida tuvo lugar el 20 de agosto del pasado 2018, con el cierre de la estación de Gran Vía y la fecha de apertura marcada para ocho meses después: 13 de abril de 2019. A menos de sesenta días de ese 'deadline', la Consejería no puede aún concretar la laxa dilatación de los plazos que reconoció el Gobierno regional en diciembre, cuando se habló de "un par de meses" de retraso. Tampoco la inauguración del túnel, que estaba prevista para mayo, se podrá celebrar dentro de ese plazo si Gran Vía no se encuentra operativa.
Además de los tiempos, las obras de Gran Vía-Sol también han visto variar su presupuesto, que tuvo que incrementarse en 3,5 millones de euros. El motivo de ambos 'baches' en el proyecto: el hallazgo de los restos de la estructura del ascensor original que el arquitecto Antonio Palacios, responsable de buena parte de la más representativa arquitectura capitalina, diseñó para la estación de Metro de Gran Vía en 1920, además del riesgo de inundación detectado por los técnicos responsables de la obra.
Restos patrimoniales
Los restos arquitectónicos se desenterraron durante las primeras jornadas de trabajo en agosto. Curiosamente, en el mes de julio, la Comunidad había anunciado que el proyecto de remodelación de la estación de Gran Vía incluía la reproducción del templete diseñado por Palacios en 1920, que se utilizó como estructura para albergar los ascensores del suburbano ya en los 50 y que se desmanteló en 1970 para trasladarlo a Porriño, localidad de origen del arquitecto. En esta villa viguesa se encuentra lo que queda del templete, o así se creía hasta el pasado verano, cuando se descubrió que parte de su estructura permanecía aún enterrada bajo el suelo de la Gran Vía.
La necesidad de evitar el deterioro de estos restos patrimoniales, unida a dos informes que aludían al riesgo de inundación en las líneas 1 y 5 al encontrarse nuevas cavidades en la excavación, obligó al Gobierno regional a destinar, por procedimiento de urgencia, una nueva partida de 3,5 millones de euros al proyecto, que inicialmente contaba con un presupuesto de 3,7 millones. La ampliación presupustaria respondía a la necesidad de cambiar la maquinaria pesada que se iba a utilizar en un principio por otra más ligera.

A pesar de estos cambios para abordar la zona con un trabajo más delicado y preciso, la Asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio denunció en diciembre la destrucción de los restos encontrados, un asunto al que el vicepresidente regional restó importancia. Según Pedro Rollán, lo que se desenterró fueron algunos espacios que ya se destruyeron en la década de los 70 y los elementos de valor hallados, como algunas vajillas y barandillas, sí se han recogido y se encuentran en proceso de restauración para exponerlos, una vez finalizadas las obras, al público. Según han confirmado fuentes de Metro a Madridiario, no ha habido, desde este verano, ningún otro hallazgo relevante.
En la remodelación de la estación de Gran Vía se duplicará su espacio útil -de 908 a 2.000 metros cuadrados-, se reubicarán los tornos de acceso, se instalarán cuatro ascensores -hoy la estación no dispone de ninguno-, se ampliará de 9 a 15 el número de escaleras mecánicas y se incluirán otros elementos de accesibilidad como sistemas de apertura fácil en puertas o interfonos de comunicación adaptados, entre otros. En cuanto al túnel peatonal, unos 23.000 viajeros lo utilizarán como conexión entre Gran Vía y la Puerta del Sol, según estimaciones de la Comunidad de Madrid, un ahorro de tiempo y una distribución más equilibrada de los flujos de personas.