Los ayuntamientos de Madrid y Rivas-Vaciamadrid han acordado establecer un protocolo de actuación en el vertedero ilegal que arde junto a la A-3, ubicado en el Camino de la Leña del Cerro de la Oliva, para intentar acabar con las emisiones de gases tóxicos que se reprodujeron desde diciembre y para las que aún no se habían tomado nuevas medidas administrativas. Asimismo, exigirán a la Comunidad de Madrid el cumplimiento del plan autonómico de residuos.
El acuerdo se tomó en una reunión no pública, según el Consistorio ripense, en el que han estado presentes el alcalde de Rivas-Vaciamadrid,
Pedro Del Cura; la concejala de Medio Ambiente de Madrid,
Inés Sabanés; el concejal de Desarrollo Sostenible de Madrid,
José Manuel Calvo; y el coordinador de Seguridad y Emergencias,
Jesús Guereta.
Además del protocolo, ambas administraciones han acordado solicitar una reunión a la Comunidad de Madrid para
evaluar el plan autonómico de residuos 2006-2016 y exigir su cumplimiento, a través de la elaboración de un mapa de vertidos ilegales descontrolados, ya que es el Gobierno regional la institución encargada de autorizar la instalación de vertederos. Asimismo, propondrán a la Federación de Municipios de Madrid llevar a cabo
acciones coordinadas para diagnosticar y controlar los vertidos ilegales de residuos que proliferan en varias zonas de la región. Los ayuntamientos anuncian que están trabajando en un paquete de
medidas más estructurales a medio plazo para recuperar la zona del Cerro de la Oliva y la superficie compartida entre los dos términos municipales. Además, se ha acordado realizar
un estudio epidemiológico en la zona de Valdemingómez, dirigido por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, que ofrezca datos fiables sobre los posibles efectos nocivos que la incineradora pueda tener en la salud.
El problema del vertedero de la A-3 se produjo en el mes de julio, en plena ola de calor. Por causas que aún se investigan (aunque se habló de que la causa fue el incendio de un coche abandonado),
se produjo en un vertedero ilegal, ubicado en el límite con la Cañada Real en una zona rústica conocida como los Prados de la Nava, un incendio que provocó una nube de humo nauseabundo que afectó al distrito de Villa de Vallecas y al municipio de Rivas-Vaciamadrid, y provocó que decenas de personas acudieran a hospitales por problemas relacionados con la nube provocada que, según el Ayuntamiento de Madrid, no era nociva para la salud. Tras
dieciseis días intentando sofocar sin éxito el incendio (se llegó a plantear llamar al Ejército para solventar la situación),
el Consistorio tapó la zona con una cobertura de tierra. En ese tiempo se descubrió que se trataba de
un vertedero clandestino (no existe ni licencia ni propietario del terreno) que llevaba operativo desde 2011 sin que la administración actuase a pesar de la denuncia policial al respecto. El responsable del vertedero, Juan José Escribano fue detenido y puesto
en libertad con cargos.
Los ayuntamientos de Madrid y Rivas anunciaron
la posibilidad de expropiar el terreno para sanearlo y transformarlo en una zona verde, sin que hoy día figure en los presupuestos de ninguno de los dos municipios partida económica para tal proyecto. Sin embargo, tal y como reconoció la portavoz del Ayuntamiento de Madrid,
Rita Maestre,
la solución que tomó la capital fue solo "un parche". Y es que
en diciembre,
la cobertura de tierra que cubría la basura quemada comenzó a resquebrajarse. Como avanzó
Madridiario tras comprobar 'in situ' la situación,
en la montaña de basura se produjeron grietas por las que sale constantemente humo (el Consistorio asegura en la nota de prensa emitida este miércoles que se trata de
"posibles fumarolas"). Alrededor de esas grietas,
la tierra se calienta y la porquería, convertida en gas, cristaliza el suelo. El Consistorio anunció entonces que esas emisiones eran, probablemente, vapor de agua. Sin embargo, poco después,
reconoció, a consultas de este periódico digital, que las emisiones eran tóxicas hasta a un radio de diez metros de distancia. A finales de enero,
el movimiento Rivas Contaminación Zero denunció que la situación, lejos de mejorar, había empeorado. Y es que
alrededor del vertedero han surgido otros nuevos, también ilegales, que avanzan hacia el término municipal de Rivas- Vaciamadrid. Según la última comprobación de toxicidad realizada por Madrid Salud,
el grado de toxicidad no ha aumentado.