Las urnas dejaron en las elecciones municipales y autonómicas el pasado domingo un escenario similar tanto en la ciudad de Madrid como en la región: la suma del bloque de las tres derechas -PP, Ciudadanos y Vox- alcanza la mayoría absoluta. En este sentido, aunque todos los escenarios están abiertos y no hay ningún pacto cerrado, lo cierto es que las formaciones comparten gran parte de su programa. Más allá de la protección y ubicación del Orgullo o la solución para Madrid Central, tienen líneas programáticas similares que pasan por una gran reforma fiscal municipal y autonómica, la ampliación de la red de Metro u otras obras como el soterramiento de la A-5 o la finalización de la M-30.
La derecha está dividida en tres y las urnas así lo han reconocido. Sin embargo, PP, Ciudadanos y Vox deberán acercar posturas y unirse en torno a un programa para gobernar con mayoría absoluta tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento. Sin embargo, habrá ciertos puntos de fricción que deberán pulir.
En Educación, las tres formaciones defienden la libertad de elección de centro. Unos, como Vox, con la implantación de un cheque escolar universal que dé una cantidad -aún por determinar- a cada familia que les ayude a poder elegir colegio; otros, como el PP, defienden que eso ya ocurre y Ciudadanos está de acuerdo en mantener el actual 'beneficio' de los colegios concertados. En cuanto a la gratuidad de las escuelas infantiles de cero a tres años, hay unanimidad hasta con el bloque de izquierdas.
En materia sanitaria, el triunvirato defiende la "libertad" del área única; el refuerzo de la Atención Primaria; prestar atención a la salud bucodental y mental de la población infantil; y el impulso de una vez por todas la Ley de Farmacia, una de las cuentas pendientes que los anteriores gobiernos de Cristina Cifuentes y Ángel Garrido. Eso sí, los escollos en este ámbito pasan por los naranjas, que aunque no pretenden -como la izquierda- revertir los contratos ya existentes, no son partidarios de seguir privatizando hospitales y servicios. Mientras tanto, Ayuso como Rocío Monasterio -Vox- sí se han confesado dispuestas a seguir adelante con el modelo público-privado que inició Esperanza Aguirre.
Acuerdo también hay en las actuaciones que se han de llevar a cabo en Metro de Madrid. Todos apuestan por contratar más maquinistas, comprar nuevos trenes, reducir las frecuencias y ampliar ciertas líneas. Ignacio Aguado, además, ha ido más allá y ha llegado a exigir también un compromiso de puntualidad en el Cercanías o la apertura del suburbano las 24 horas los fines de semana. Por su parte, tanto Vox como PP se han centrado en la conectividad del resto de municipios de la región sin necesidad de que sus habitantes tengan que pasar necesariamente por Madrid.
En lo que a medio ambiente se refiere, entre el negacionismo de Vox y el cambio total del modelo de productividad que proponían Más Madrid, sobre todo, pero también Podemos y hasta el PSOE (que impulsaría el transporte gratis los días en que el protocolo anticontaminación esté activado), es donde se encuentran PP y Ciudadanos. Ambos proponen incentivar, por ejemplo, la compra de vehículos ecológicos -en el primer caso- o la producción de energías renovables para autoconsumo -en el segundo-.
Respecto a fiscalidad, el acuerdo no cuenta con fisura alguna: coinciden en mantener las bonificaciones de los impuestos de Sucesiones y Donaciones y el de Patrimonio, una de las principales diferencias frente al bloque de las izquierdas que solo pretendían subírselos a las rentas más altas.
Igualdad, área con las principales diferencias
Si hay alguna área de principal desencuentro es la relativa a la igualdad: Vox entró en este debate cuestionando el "consenso socialdemócrata", denunciando el aprendizaje de "zoofilia" en los colegios o la celebración de mercadillos de ucranianas, y, pese a las meteduras de pata -como la de Ayuso negándose a llevar el Orgullo Gay a la Casa de Campo "porque allí hay familias" o la de Aguado intentando declararlo "Fiesta" de Interés Turístico-, se ha encontrado con un rechazo de PP y de Cs a revertir lo avanzado.
Ni azules ni naranjas prevén derogar la ley de violencia de género -aunque los populares la denominan, erróneamente,como "violencia doméstica"- para cambiarla por una de violencia intrafamiliar. Del mismo modo, los de Santiago Abascal también se han quedado solos a la hora de defender la "seguridad" como una necesidad imperante en la Comunidad, sobre todo, cuando su mayor empeño era el de ligarlo a la inmigración ilegal. Para PP y Ciudadanos lo importante en esta cuestión es facilitar la "integración".
La capital con la que sueñan Almeida y Villacís
Mayor sintonía hay en la capital. Sin nada cerrado aún, los candidatos del PP, José Luis Martínez-Almeida, y Ciudadanos, Begoña Villacís, parecen admitir con total calma que tendrán que entenderse para gobernar la ciudad y que el primero sustituya a Manuela Carmena al frente de la Alcaldía. Para ello, eso sí, ambos reconocen como necesario el apoyo de Vox, que no supondrá gran problema al comparar los programas de las tres formaciones. Es más, la única diferencia entre los naranjas y azules es cómo afrontar Madrid Central -Almeida apuesta por quitarlo y Villacís, por "mejorarlo"- y entre ambos y Vox, la defensa del Orgullo tal y como está.
En el otro sentido, todos ellos apuestan por aprobar la Operación Chamartín; desbloquear los grandes proyectos urbanísticos (desarrollos del sureste, Nudo de Manoteras...); soterrar la A-5; instalar cámaras de videovigilancia para prevenir la delincuencia; luchar contra la venta ambulante y la okupación; realizar una auditoría de los últimos cuatro años; o "proteger y reconocer" el servicio que presta la Policía Municipal. Eso sí, bajando más a los puntos concretos, la sintonía entre los programas de Ciudadanos y PP es todavía más alta que la que parece a primera vista.
Las líneas programáticas de ambos documentos son altamente compatibles. Tanto, que muchos puntos de los programas son casi idénticos. En la reforma fiscal que proponen, por ejemplo, ambos hablan de bonificar el IBI a los que instalen sistemas de aprovechamiento energético y de eliminar la plusvalía. Además, coinciden en la rebaja de las sanciones, aunque es cierto que los de Villacís no lo explicitan tanto como Almeida con sus rebajas del SER, y en la eliminación por completo de la tasa de residuos urbanos.
Además, los dos partidos hablan de "simplificar" la normativa para atraer inversión, "impulsar el comercio local y los mercados municipales", "mejorar los parques históricos" y crear una Concejalía de Cultura. En este sentido, otras de las grandes apuestas compartidas pasan por construir un intercambiador en Conde Casal; ampliar BiciMAD a los 21 distritos; terminar el proyecto de la M-30 ampliando Madrid Río a su paso por el Calderón o eliminar los carriles bici de los diferentes bulevares.