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ANUARIO 2020: ECONOMÍA Y HACIENDA

Manifestación de Autónomos en Cibeles.
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Manifestación de Autónomos en Cibeles. (Foto: Noelia Pellejero)

Un año marcado por las cifras

Hacer balance económico de 2020 en Madrid supone repasar de manera inevitable todos los datos que nos confirman los devastadores efectos secundarios de la crisis sanitaria del coronavirus. No cabe duda de que las cifras de este año que ha terminado son las de incidencia acumulada, contagios, ingresos y fallecidos por la pandemia. Pero también hay otras: las que hablan de cierre de negocios, aumento del paro, ERTE y ayudas para contener la sangría económica o de gasto extra de las administraciones que, en medio de la emergencia social, no pierden la ocasión de litigar sobre armonización fiscal, regla de gasto o fondos europeos.

Un mercado laboral azotado por la pandemia

La Comunidad de Madrid comenzó el año con 350.749 personas inscritas en los servicios públicos de empleo y lo va a terminar con una cifra global de parados de 432.516, según el último dato correspondientes al mes de diciembre.

El año 2020 dio sus primeros pasos con subida en las cifras del paro, como es habitual tras la campaña navideña. El Gobierno regional reconocía que los datos no eran buenos, pero destacaba que "el 85 por ciento del empleo creado en España" había sido en la región. La tendencia se mantuvo al alza en febrero, aunque no cundió la preocupación porque en términos interanuales el desempleo había descendido.

El problema llegó en marzo, cuando la pandemia obligó a decretar el estado de alarma. El confinamiento y el cierre de numerosos negocios llevó al paro o al ERTE a un buen número de trabajadores. La crisis del coronavirus ha tenido un impacto notable no solo en las cifras de desempleo, también en los datos de afiliación que en marzo, por ejemplo, registraron la mayor caída en la región desde 2001. En el último año la región perdió 71.749 afiliados a la Seguridad Social, lo que supone un descenso del 2,17 por ciento. Hoy la cifra global de cotizantes es de 3.230.774 personas, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

El mes de abril, el primero por completo en estado de alarma, los números reflejaron de manera clara la magnitud de la herida que la Covid estaba dejando también en la economía madrileña. Un mes después, en el pico de la primera ola, el Gobierno regional achacaba que las cifras de la Comunidad de Madrid fueran peores al ritmo más lento en la desescalada.

El sector Servicios ha sido el más afectado a lo largo de estos meses, seguido de Construcción, Industria y Agricultura. Al mismo ritmo que se destruía empleo por el parón de las actividades no esenciales, aumentaba la oferta en aquellos negocios que permanecían abiertos atendiendo la emergencia y con sobrecarga de trabajo, como el sanitario, sociosanitario o logístico.

Con la llegada del verano, la mejoría en la incidencia de la enfermedad y la “nueva normalidad”, la actividad económica trató de recobrar el impulso, lo que se reflejó en las cifras se ocupados en junio, que trajeron “una brizna de esperanza”. A partir de ahí, en el segundo semestre del año hemos asistido a oscilaciones mensuales hasta llegar a una ligerísima bajada en noviembre, del 0,14 por ciento, insuficiente para aventurar una recuperación total.

Todo esto sin contar a los trabajadores afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. Sin ellos, calculaba el sindicato CCOO que habría un millón de desempleados en la región. A cierre de diciembre, 121.755 trabajadores estaban incluidos en ERTEs en la Comunidad de Madrid, un 7,5 por ciento menos que en el mes de noviembre, cuando se registraron 131.757 empleados en este sistema.

El fuerte impacto negativo de la pandemia en el mercado laboral ha sido perfectamente visible en la ciudad de Madrid, donde el paro aumentó un 25,1 por ciento en mayo en términos interanuales, en el pico de la primera ola.

Tratando de revertir esa situación, el Consistorio madrileño ha aprobado el pasado mes de diciembre el Plan de Empleo de la Ciudad de Madrid 2020-2023, que recoge hasta 170 medidas para reflotar la empleabilidad en la capital, donde la cifra de parados asciende a más de 209.000 personas. Las iniciativas concretas diseñadas y acordadas por patronal y sindicatos junto al Gobierno municipal se estructuran en tres ejes fundamentales: reactivación económica, dinamización del mercado laboral e innovación empresarial e institucional. En concreto, se han presupuestado 2.000 millones plurianuales para acometer estas propuestas que "pretenden mejorar la cohesión social", en palabras del alcalde, José Luis Martínez-Almeida.

Hostelería y turismo firman su peor año

El día que la Comunidad de Madrid decretó el cierre de toda la hostelería con el objetivo de frenar los contagios por coronavirus, comenzó la pesadilla para bares, restaurantes y discotecas, un sector en el que trabajan 200.000 personas en 20.000 negocios en la región.

Las movilizaciones del sector para denunciar su situación han sido constantes. Pasado el verano, representantes de Hostelería Madrid, la Plataforma por el Ocio, España de Noche y Hostelería de España se manifestaban en Cibeles. Hablaban de "catástrofe” y advertían sobre la perdida de más de 78.000 empleos si la Comunidad de Madrid no tomaba cartas sobre el asunto y presentaba un plan de choque "real" con ayudas directas a los empresarios. Hostelería Madrid llegó a pedir una indemnización de 1.000 euros diarios para los establecimientos afectados por las medidas de confinamiento selectivo por zonas básicas de salud en esta segunda ola.

Camino de la desescalada, el Ayuntamiento de Madrid adoptó medidas con la vista puesta en la hostelería, para aliviar la crisis económica que asolaba al gremio por el cierre de sus locales derivado del coronavirus. Entre ellas figuraba la ampliación de la temporada de terrazas más allá del 31 de octubre, la reducción de un 25 por ciento de la tasa y la devolución de la ya abonada en 2020. Aumentar la superficie de las mismas, no para más clientes, sino para el máximo distanciamiento, fue otra de las propuestas, algo que no convencía a algunos vecinos. Entre las últimas iniciativas de Cibeles para apoyar a los hosteleros están la autorización para instalar mamparas contra el frío en las terrazas o la campaña 'Momento terraza, momento responsable', que se suma a otra estrenada al inicio de la desescalada, ‘Volveremos si tu vuelves’, con el mismo objetivo de reactivar la hostelería de la capital.

Según el Consistorio madrileño, su prioridad es ayudar a resistir a este sector y, por ello, las Ordenanzas Fiscales para 2021 incluirán una prórroga de las bonificaciones del IBI y el IAE aprobadas en marzo, así como la supresión del pago de la tasa de terrazas para el próximo ejercicio.

En busca de "dar soluciones" al "quebranto económico" que las restricciones establecidas por motivos sanitarios está provocando en el sector del ocio nocturno en la región, la Comunidad de Madrid permitió operar como restaurantes a bares de copas, salas de baile y discotecas a través de licencias mixtas y temporales, una opción que ha sido un balón de oxígeno para muchos negocios.

Además, el Gobierno regional lanzó el sello Garantía Madrid, un identificativo para destacar las buenas prácticas de los establecimientos que aplican los protocolos de seguridad frente al coronavirus, una marca muy útil para locales de restauración y hostelería que quieren garantizar la seguridad de clientes y trabajadores.

Mientras otras comunidades aumentaban sus cifras de contagio con bares y restaurantes cerrados, Madrid conseguía reducir su incidencia de casos con la hostelería abierta, convencida de que el mayor foco de transmisión no estaba en estos entornos. Pasado lo peor, la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM) y las principales asociaciones de hosteleros de Madrid agradecían a las autoridades madrileñas su apoyo y la sensibilidad mostrada desde el comienzo de la pandemia hacia un sector clave en la economía madrileña.

Los puentes de los últimos tres meses, con cierre perimetral de la Comunidad, han servido para animar el consumo local y reactivar ligeramente a estos locales, aunque todavía están lejos de los niveles de antes de la llegada de la pandemia.

Los que sí han sacado partido a la situación han sido los alojamientos rurales, que han rozado el lleno con una clientela deseosa de recobrar el ocio viajero y obligada a elegir un destino dentro de la región.

En este caso, las restricciones de movilidad han beneficiado al turismo rural, pero, en general, el confinamiento, las medidas sanitarias y los cierres fronterizos sufridos durante buena parte del año han dejado gravemente dañado al sector turístico y, por extensión, a los negocios del centro de la capital que se asentaban sobre la clientela internacional.

No ha sido hasta que empezamos a recuperarnos de esta segunda ola cuando Comunidad y Ayuntamiento han dado pasos para volver a poner en el mapa a Madrid y su región con campañas como ‘Recuerdos de Madrid’ o la que ha empapelado marquesinas de Nueva York con anuncios de la capital. Otras medidas pasan por el proyecto piloto puesto en marcha en hoteles de la región para hacer test de antígenos a sus clientes y reforzar el turismo seguro.

Negocios que echan el cierre

Al comienzo del confinamiento, con el freno de la actividad no esencial, las pymes madrileñas pedían la suspensión de alquileres, la eliminación de los impuestos y descuentos en las tasas municipales. Hablaban de eliminar las retenciones a cuenta del IRPF, el pago a cuenta del impuesto de sociedades y automatizar las devoluciones de IVA.

Si no había actividad, no había ingresos, así que pequeños empresarios hacían números, se replanteaban su actividad y exigían medidas concretas para no acabar tirando a la basura el fruto de años de esfuerzo.

Cuando todavía no llevábamos más que cuatro meses del año, las pymes madrileñas daban ya el año casi por perdido y comerciantes como los del Barrio de las Letras se enfrentaban a una alternativa: suspensión de impuestos o la quiebra. En lo peor de la pandemia, el 90 por ciento de sus 300 asociados se habían visto obligados a cerrar, con el problema de liquidez añadido que “impedirá afrontar el día después”, en locales con alquileres por encima de los 1.500 euros.

La desescalada se planteaba inviable para hosteleros y empresarios del ocio nocturno madrileño si les obligaban a abrir sus locales al 30 por ciento de su capacidad y auguraban que esto podría suponer el cierre de 85.000 negocios. "No han tirado a los leones", denunciaban y escenificaron su malestar con un encierro nocturno en sus locales.

En el mes de noviembre se produjo un aumento del 14 por ciento en disolución de empresas frente al mismo mes de 2019. Un total de 3.081 empresas han echado el cierre ese mes, el 26 por ciento de ellas en la Comunidad de Madrid, que es la que sale peor parada en destrucción de empresas, una tónica que viene manteniéndose en los últimos meses a causa de la crisis generada por la pandemia.

Entre los negocios que han dicho adiós hay varios establecimientos de renombre en Madrid incapaces de mantener la actividad en las nuevas circunstancias, con la reducción de aforo y otras medidas establecidas por las autoridades sanitarias frente al coronavirus. El primero era un clásico, Casa Patas. La pandemia pudo con el popular tablao flamenco de Antón Martín, un negocio que tenía en el turismo internacional su principal clientela y que la perdió cuando dejaron de operar aviones en Barajas.

Algo parecido ocurrió en octubre con el Museo del Jamón, que anunciaba el cierre de cuatro de sus seis establecimientos en Madrid de manera temporal. La crisis sanitaria por el coronavirus les ha afectado como a todos los negocios de restauración, pero el estado de alarma y la ausencia de turistas terminó por reducir aún más la afluencia de público a sus locales del centro.

El mítico restaurante Zalacaín, el primero en España en alcanzar las tres estrellas Michelin, un símbolo del lujo en la restauración, presentaba concurso de acreedores tras no superar el prolongado cierre y no funcionar su proyecto de comida para llevar.

La discoteca Joy Eslava también ha cerrado sus puertas aunque sus propietarios han negado que sea un cierre definitivo, sino temporal, para abordar un "ambicioso plan de modernización de sus instalaciones".

El último local veterano en tirar la toalla en noviembre ha sido la cafetería Hontanares, en Avenida de América. Por su barra de 30 metros de largo pasaban durante unos pocos cientos de viajeros que iban o venían a través de la estación de autobuses. La imposibilidad del uso de la barra por las medidas impuestas para evitar la propagación de la pandemia y las restricciones a la movilidad le dieron la puntilla.

Otros muchos negocios menos conocidos popularmente tampoco han resistido en este año difícil para el pequeño comercio.

Ayudas económicas y sociales

En abril el Consejo de Ministros aprobaba una batería de medidas económicas y sociales que se unían a otras, como el pago de la prestación por desempleo a aquellos trabajadores que se vean afectados por ERTE y la prohibición por ley del despido por fuerza mayor y por causas económicas, organizativas, técnicas y de producción. Pero no se implantaron otras normativas que aliviaran el pago de tributos.

Por su parte, la Comunidad de Madrid destinó una partida de 5 millones de euros en ayudas a los autónomos que se agotaron en una semana y solo dieron cobertura a un 0,003 por ciento de los potenciales solicitantes. No obstante, el Ejecutivo autonómico asumió las cuotas de autónomos de marzo y abril de los afectados por la crisis del coronavirus.

En cuanto al Consistorio de la capital, desde el inicio del confinamiento fue implantando medidas que pasaban por una rebaja de impuestos que ascendía a 63 millones de euros para compañías que mantuvieran su plantilla promedio de trabajadores, bonificación del 25 por ciento en el Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI), bonificación del 25 por ciento en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), moratoria a ciudadanos y empresas en los Impuestos sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), en la Tasa por Pasos de Vehículos y en la Tasa de Cajeros Automáticos. Tras estas medidas, se aprobó una nueva batería de ayudas a pymes y emprendedores por importe de 24 millones de euros con avales, subvenciones, moratorias y rebajas de tasas.

También las familias más vulnerables han contado con ayuda municipal nacida en respuesta a las colas del hambre: la Tarjeta Familias. Se anunciaba como una ayuda de hasta 630 euros para un total de 27.000 familias vulnerables que daría el Ayuntamiento de Madrid desde septiembre para que puedan realizar compras de alimentos y afrontar la crisis económica derivada de las consecuencias del Covid-19. Los retrasos a causa de la complejidad del proceso han hecho que a finales de noviembre solo hubieran recibido la ayuda 230 familias. A pesar de ello, el Ayuntamiento asegura que desde Servicios Sociales ha concedido ayudas de alimentación a 255.000 personas, una cifra que indica que las ayudas "se han multiplicado por cuatro este año" y "por 16" durante los meses de confinamiento.

También el sector cultural ha contado con cuatro líneas de subvenciones a través del Plan 'Aplaude Madrid', elaborado por el área de Cultura, Turismo y Deporte con el fin de mantener las estructuras culturales de la ciudad ante la grave crisis que ha supuesto para el sector la situación sanitaria desde el pasado mes de marzo.

El uso de los remanentes municipales

Una de las reivindicaciones recurrentes de muchos ayuntamientos madrileños, en particular el de Madrid, ha sido siempre poder hacer uso de los ahorros acumulados a lo largo de los años. Los gastos extra que ha provocado el coronavirus han devuelto al primera plano esta petición.

Las administraciones públicas están obligadas a seguir la pauta de la estabilidad presupuestaria y cerrar sus ejercicios de manera equilibrada. Solo pueden incurrir en superávit, pero no en déficit. De este modo, los ayuntamientos no pueden gastar sus remanentes y solo están autorizados a amortizar deuda.

En la situación crítica generada por la Covid, muchos consistorios han echado el resto para poder ayudar a sus vecinos. Ni las ayudas a autónomos y empresarios ni a las familias sin ingresos estaban previstas cuando se diseñaron los programas económicos para este 2020. Por eso, muchos alcaldes madrileños, encabezados por el propio Almeida, reclamaban incansablemente que se les permitiera dedicar sus remanentes a la emergencia social.

La polémica llegó cuando el Gobierno Central preparó un Real Decreto sobre los ahorros municipales, previo acuerdo con la Federación Española de Municipios y Provincias. Lo que proponía la ministra de Hacienda era que los ayuntamientos prestaran de manera voluntaria sus remanentes de tesorería al Estado. A cambio Hacienda transferiría hasta 5.000 millones de euros a esos ayuntamientos para que los destinaran a movilidad o cultura. Según el decreto, el Estado devolvería el préstamo en los próximos 10 años con posibilidad de prorrogarse hasta los 15 años. Además, liberaría a las entidades locales de aplicar la regla de gasto este año.

El Real Decreto aprobado por el Consejo de Ministros, que solo fue apoyado en la FEMP por representantes del PSOE, provocó una rebelión del municipalismo de todos los partidos, con un manifiesto contra el acuerdo firmado también por José Luis Martínez-Almeida en el que volvían a solicitar que el Gobierno permitiera a los ayuntamientos disponer de sus ahorros.

Finalmente no salió adelante en el Congreso la convalidación del decreto para la cesión voluntaria de los remanentes municipales al Estado y eso llevó al Gobierno a suspender las reglas fiscales para 2020 y 2021 y permitir que las corporaciones locales usen sus remanentes.

Por cierto que el Ayuntamiento de Madrid incumplió la regla de gasto en 2019 en un total de 254,3 millones de euros "pese a los esfuerzos de contención", apuntó la delegada de Hacienda, Engracia Hidalgo, quien ha admitido que, aunque la Alcaldía cuenta con una posición "financiera saneada", el incumplimiento de una de las tres reglas "obliga a presentar un Plan Económico-Financiero (PEF) que corrija la situación". Hidalgo ha asegurado que para este nuevo PEF, que ya ha enviado al Ministerio de Hacienda, les ha guiado la "prudencia en determinados ingresos" ante la "significativa incertidumbre" que suscita el panorama actual.

Presupuestos sociales e inversores en la ciudad de Madrid

Tratando de hacer frente al escenario que ha dejado la pandemia en Madrid, el Ayuntamiento de la capital ha preparado un Presupuesto un 8,1 por ciento superior al del anterior ejercicio. Son 5.066 millones de euros para una cuentas que presentan un marcado carácter inversor y un amplio refuerzo del gasto social. Un proyecto "ajustado y medido" a la coyuntura actual que se define en un presupuesto "para la reactivación económica y para afrontar la crisis social", en palabras del alcalde, José Luis Martínez-Almeida.

Con ese objetivo de reactivar la actividad económica, el área delegada de Economía y Empleo acapara un significativo aumento del 31 por ciento, mientras la partida dirigida a políticas de Emprendimiento se potencia con un 35 por ciento más de fondos y la de Turismo con un 52 por ciento más que el año pasado para "posicionar Madrid como destino referente en mercados nacionales y extranjeros".

Partido Popular y Ciudadanos han apostado por multiplicar la inversión. Si las cuentas salen adelante, el equipo de Gobierno dispondrá de 488 millones de euros para financiar hasta 665 proyectos. Entre estos, destacan la finalización de la reforma de la Plaza de España, la cobertura de la M-30 a su paso por el entorno del Vicente Calderón, las obras del Nudo Norte o la construcción de tres parkings disuasorios, además de la edificación de centros culturales, deportivos y sociales en varios distritos.

La vicealcaldesa, Begoña Villacís, ha subrayado que todo el Presupuesto de 2021 "está impregnado de gasto social" y ha detallado que 70 millones se dedicarán directamente a la emergencia social y 19 a atender la demanda alimentaria de familias vulnerables mediante la Tarjeta Familias. El presupuesto del área de Familias, Igualdad y Bienestar Social experimenta un ascenso del 9 por ciento, situándose en 283 millones. Además, sobre el área de Vivienda recae un 17 por ciento más de dinero que el año anterior que se empleará en financiar nuevas promociones de vivienda pública distritos del sureste, que en estas cuentas reciben más recursos económicos. Si los Presupuestos de 2020 mimaban al norte, los del año que viene prestan más atención a los distritos que han sufrido sobremanera el azote de la pandemia y mirar a los barrios donde aún no han cesado las 'colas del hambre'. Así, Villa de Vallecas, Latina, San Blas-Canillejas y Villaverde se erigen como las demarcaciones en las que más crece la inversión municipal.

El área de Limpieza y Movilidad cuenta un año más con el presupuesto más cuantioso del Consistorio madrileño. La estrategia anticontaminación Madrid 360 concentra buena parte del presupuesto global y su proyecto estrella para 2021, el nuevo contrato de limpieza, que entrará en vigor el 1 de agosto, absorbe 282 millones de euros.

Los Presupuestos para 2021 han salido adelante gracias al apoyo de Vox, a cambio de algunas concesiones de Partido Popular y Ciudadanos, que han accedido a introducir 29 propuestas de mejora planteadas por este partido. PSOE y Más Madrid, que durante todo el proceso de negociación denunciaron que no se les había tenido en cuenta, votaron en contra de lo que consideran unos Presupuestos "plegados a la ultraderecha".

En la Comunidad de Madrid, también están en manos de Vox las cuentas del año que viene, que aún se encuentran en proceso de diseño y ha sido imposible aprobarlos antes del final del año. El consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, confía en contar con el apoyo de su socio prioritario para que salgan adelante. Por lo pronto, en los planes de la presidenta regional está concluir cuanto antes el borrador y sentarse a negociar con Rocío Monasterio antes de llevarlos a la Asamblea, aunque el vicepresidente Ignacio Aguado, preferiría un gran acuerdo con todas las formaciones.

Previsiones de crecimiento

Antes de que irrumpiera el coronavirus y provocara una crisis sanitaria y económica sin precedentes, Madrid seguía liderando las previsiones de crecimiento en 2020 con un 2,3 por ciento y se apuntaba que seguiría siendo la región más dinámica en 2021, con tasas por encima del 2 por ciento, según el Observatorio Regional difundido a principios de año por BBVA Research.

En cuanto a la ciudad de Madrid, en particular, en febrero presentaba una previsión de crecimiento económico del 2,1 por ciento según los datos del Barómetro de la Ciudad publicados por el Ayuntamiento de Madrid.

El fuerte impacto de la Covid se ha dejado sentir en el Producto Interior Bruto, que en la Comunidad de Madrid caerá un 11,3 por ciento este año, aunque repuntará un 5,4 por ciento en 2021, ligeramente por debajo de la media nacional (+6%), según el Observatorio Regional de BBVA Research del cuarto trimestre. Esta entidad ha revisado a la baja las previsiones de la región en un 0,4 por ciento, afectado principalmente por la debilidad del consumo de las familias. El servicio de estudios de BBVA mantiene la previsión de caída del PIB de España en 2020 en el 11,5 por ciento. Aunque el crecimiento en el tercer trimestre de 2020 habría sido algo mayor de lo previsto, en el cuarto trimestre esperaba una desaceleración.

El 'dumping fiscal'

La negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2021 puso en la diana a Madrid cuando ERC planteó como condición para apoyar las nuevas cuentas que el Gobierno de Pedro Sánchez se comprometiera a revisar lo que su portavoz, Gabriel Rufián, define como “el paraíso fiscal” de la Comunidad de Madrid.

A pesar de las amenazas del consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, de acudir a la justicia en caso de que se aprobara esa enmienda, el Gobierno incluyó en su acuerdo la creación de una comisión bilateral para estudiar la reforma del impuesto de las grandes fortunas para acabar con el llamado "dumping" fiscal, que los independentistas catalanes achacan al gobierno regional respecto a otras comunidades.

La propia presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, rechazó el acuerdo, que tildó de “insensato y falso” al entender que busca perjudicar la economía madrileña, y negó que Madrid sea un paraíso fiscal: "Rufián tiene razón. Madrid es un paraíso, pero de libertad y de respeto a los ciudadanos, y no de imposición política". Ayuso ha sugerido que si quieren armonizar, que lo hagan ‘a la madrileña’, bajando la presión fiscal en toda España y ha advertido de que va a "pelear con uñas y dientes" contra este pacto.

Mientras tanto, hemos cerrado 2020 con un nuevo motivo de confrontación el reparto de los fondos europeos. La presidenta regional considera que la distribución de los llamados REACT-UE Covid está pensada "contra los madrileños", es arbitraria y anuncia que denunciará "ese maltrato a Madrid" en todas partes.