La amenaza del confinamiento total ronda Madrid en pleno rebrote de la emergencia alimentaria en la ciudad. Después de una ligera merma en las 'colas del hambre' este verano, la demanda de comida se ha incrementado en las últimas semanas y las redes vecinales afrontan este repunte con menos donaciones. Varias despensas solidarias cerraron en julio por este motivo y las que permanecen operativas se encuentran desbordadas. Mientras tanto, las asociaciones denuncian que la ayuda municipal, concretada en la Tarjeta Familias, llega por cuentagotas.
En los últimos meses, la Asociación Vecinal Cuatro Caminos-Tetuán ha atendido a cerca de 500 familias, más de 2.000 personas en total. Ahora se han visto obligados a reducir de forma drástica el número de vecinos a los que proporcionan sustento ante la bajada de los donativos y la incapacidad para gestionar tal volumen de peticiones. "Hemos derivado a unas 400 familias al Ayuntamiento y nosotros seguiremos ayundando a otras 50", explica a Madridiario Gonzalo López, representante de la asociación.
Por el momento, no tienen constancia de que Servicios Sociales se haya hecho cargo de estos núcleos familiares, pero les resulta inabarcable prolongar los tres repartos semanales que han realizado hasta la fecha. "Nos hemos quedado con los perfiles más vulnerables, con personas sin papeles que no están empadronadas aquí de las que no se puede hacer cargo la Administración", precisa.
En Latina, la Asociación de Vecinos de Aluche (AVA) ha cumplido 25 fines de semana consecutivos sin faltar a la cita con los vecinos más desfavorecidos. "Lo que sucede en nuestra red es un milagro", comenta Ana del Rincón, la presidenta, quien señala que hacen "prácticamente magia" para no abandonar a su suerte a las más de 900 familias que dependen de las bolsas de comida que entregan cada sábado.
"En verano tuvimos unas 30 familias menos, pero en septiembre llegaron más y tenemos lista de espera", relata. "Antes había colas para donar, pero ahora ha bajado porque este es un barrio de clase trabajadora y la gente tiene muchas dificultades en sus casas", añade. Pese a ello, varios residentes no han dejado de donar en especie o de ingresar una cantidad mensual a la asociación, con la que también colaboran distintas empresas. Estos gestos altruistas les permiten dar de comer no solo a las familias habituales en su cola sino apoyar a otras redes como la de Las Águilas o Los Cármenes.
Pendientes de cada oferta, cada semana hacen acopio de toneladas de productos de primera necesidad. Aunque se enorgullecen de poder distribuir una "generosa" cesta, son conscientes de que en los hogares deben "hacer malabares" para que les aguante hasta el siguiente reparto. Los huevos casi siempre están presentes en la bolsa, así como una ración de carne o pescado y 3 o 4 latas de atún. "El Banco de Alimentos nos da 5.000 kilos semanales de fruta y verdura y acabamos de comprar otros 5.000 litros de leche, pero con eso no tenemos ni para empezar", lamenta.
Por ello, insta al Ayuntamiento de Madrid a reforzar los Servicios Sociales, "que no cogen el teléfono", y a invertir el presupuesto ahorrado por la cancelación de fiestas y eventos a la emergencia social. "No están haciendo nada, solo están atendiendo a las familias de antes de la pandemia, no a las nuevas, y los vecinos tienen que apañarse con lo que le damos las parroquias y las redes vecinales", asevera.
La AVA es la mayor despensa solidaria de Latina, pero no la única. En el distrito también siguen a pie de calle otras como la Asociación Alma Latina y la Asociación de Vecinos de Puerto Chico. En el conjunto de la capital, mantienen su actividad bancos de alimentos vecinales en Orcasitas, Quintana, Vallecas o Moratalaz. En este último punto, la Red de Cuidados atiende a más de 250 familias cada semana y sus miembros se manifestaron el pasado 16 de septiembre para hacer visible esta situación crítica y exigir medidas efectivas para paliarla.
El Consistorio ha garantizado ayudas a 220.000 personas
Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid siempre se ha defendido de las acusaciones de "dejación de funciones" ante la crisis social en la ciudad. Primero manifestaron que varias asociaciones vecinales no les facilitaban los datos de las personas que requerían atención y más tarde el alcalde, José Luis Martínez-Almeida señaló hacia la imposibilidad de emplear el superávit como el eje de la cuestión. "Si hay colas en Aluche es porque no nos dejan usar nuestros recursos financieros", lanzó.
No obstante, el Consistorio ha aportado ayudas a la alimentación a más de 220.000 personas entre el 13 de marzo y el 31 de agosto. De ellas, el 67,3 por ciento se han destinado a familias situadas en los distritos con menor renta de la ciudad, correspondientes al sur y sureste.
En un primer momento, el Gobierno local hizo frente a la llegada sobrevenida del coronavirus con contratos de alimentación de emergencia en los 21 distritos, es decir, con acuerdos con supermercados y establecimientos para proveer a los ciudadanos de bienes indispensables tanto con cestas de la compra como con comida servida a domicilio. En esta última tarea jugaron un papel fundamental las cocinas habilitadas en dependencias municipales y operadas por ONGs y voluntarios, de las que salían miles de raciones al día.
En julio, todos los grupos políticos representados en Cibeles impulsaron a través de los Pactos de la Villa la creación de la Tarjeta Familias, una tarjeta prepago en la que el Ayuntamiento ingresa las ayudas sociales para que los beneficiarios puedan adquirir en cualquier establecimiento víveres y productos de primera necesidad de una forma menos estigmatizadora, más ágil -pues se entrega "en cuestión de días"- y dando una respuesta homogénea a los distritos, expone el área de Familias, Igualdad y Bienestar Social.
Esta medida se puso en marcha el pasado 1 de septiembre y sustituirá a los contratos de emergencia, que aún siguen vigentes. Sin embargo, asociaciones vecinales como la de Cuatro Caminos-Tetuán o la de Aluche, así como Más Madrid, denuncian la lentitud en su implantación y las incompatibilidades que presenta con la recepción de subsidios como el Ingreso Mínimo Vital o la Renta Mínima de Inserción.
Frente a las críticas de "colapso" en los Servicios Sociales municipales, el área de Familias, Igualdad y Bienestar Social que dirige Pepe Aniorte destaca el esfuerzo que han realizado para acometer un refuerzo "histórico" del personal con la incorporación de 264 nuevos profesionales. De estos, aclaran, el 64 por ciento se han sumado a las unidades de los distritos más vulnerables.