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Ignacio Aguado preside la reunión con la oposición para la reconstrucción
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Ignacio Aguado preside la reunión con la oposición para la reconstrucción (Foto: COMUNIDAD DE MADRID)

Ayuso y Aguado: crónica de una "sólida" disputa

Por Teresa Aísa Gasca
martes 02 de junio de 2020, 07:39h

El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, emplazaba el pasado jueves a todos los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid a reunirse “mañana mismo” para comenzar a dialogar sobre la reconstrucción de Madrid. “En vez de hablar de diálogo, empiecen a ejercerlo”, espetaba a la bancada socialista, cuyo portavoz, Ángel Gabilondo, no ha cesado en instar a la mandataria regional, Isabel Díaz Ayuso, a pactar conjuntamente una línea de medidas para hacer frente a todas las problemáticas derivadas del Covid-19 y del aislamiento.

“No busquen excusas”, sentenció Aguado a los portavoces. "Es evidente que dentro de esta gran pandemia en la vivimos estamos cambiando de fase. Estamos pasando no solamente a una fase 1 sino que estamos pasando de una etapa de destrucción de vidas, a una de destrucción de negocios y de sueños", señaló el vicepresidente, quien instó a "reconstruir la Comunidad sobre los pilares de lo perdido y lo aprendido", algo para lo que no hay que “quedarse parados" sino "reconstruir". Junto a él, su socia de Gobierno, la presidenta Díaz Ayuso, había dejado claro en sesiones plenarias previas que su intención no pasaba por pactar nada en lo relacionado con gestionar la desescalada y la posterior realidad madrileña.

Por el contrario, la idea de diálogo y negociación no era nueva para la parte naranja del Gobierno. El 3 de mayo, en una entrevista concedida al diario El País, el vicepresidente ya expresó sus intenciones de sentarse con la mandataria regional y con el portavoz del PSOE para alcanzar “un gran acuerdo económico y social para Madrid", y explicó que “en un momento como el actual, que es absolutamente excepcional, debemos entendernos”. El de Ciudadanos argumentó en su momento que los tres partidos más votados de la Comunidad de Madrid tenían la responsabilidad de dialogar, al tiempo que dejaba claro: "Si la presidenta no quiere, si se escenifica un 'no queremos sentarnos' porque Partido Popular y PSOE son irreconciliables, si no quieren darse la mano nunca, ni aún con 25.000 muertos en España, pues yo ya qué quiere que le diga; por mí no va a quedar".

Como si de un mal augurio se tratara, a los dos días Isabel Díaz Ayuso anunciaba en Telecinco: “Yo no pacto con el desastre".

Tras estas declaraciones, Aguado hacía de nuevo hincapié en la necesidad de fraguar ese pacto y alegaba que no se puede "pretender gobernar contra la mitad de la población" y defendía que “los madrileños no entenderían que con más de 13.000 muertos en Madrid no nos sentáramos a hablar y a ponernos de acuerdo". Una vez más, el Ejecutivo regional daba muestra de no comunicarse, no dialogar, no negociar y de tener dos caras que parece que no tienen intenciones de mirarse. Un par de grados más en la escala de tirantez entre los inquilinos de la Puerta del Sol, volvía a sentirse la misma tensión que cuando Ayuso retiró en plena pandemia las competencias de Políticas Sociales a Alberto Reyero para crear un mando único en la Consejería de Sanidad.

Pero lejos de quedarse ahí, el debate sobre el paso de fase de la región era abordado en la celebración del Consejo de Gobierno del día 5 de mayo y, partidarios y detractores de este avance, no llegaban a un acuerdo. En un primer momento, Isabel Díaz Ayuso consideraba que todavía no se daban las condiciones para ese avance a partir del 11 de mayo, mientras que el vicepresidente regional aseguraba que Madrid estaba ya preparada. "Retomaremos esa reunión por la tarde para poder preparar una respuesta conjunta y tramitar la petición en tiempo y en forma", señalaba Aguado en un encuentro por videoconferencia con periodistas tras la reunión del Consejo. Horas después, la Directora de Salud Pública de la Comunidad de Madrid dimitía tras negarse a firmar el informe que el Ejecutivo regional presentó para argumentar su paso de fase.

Con la mar revuelta en la Puerta del Sol, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, alcanzaban un acuerdo para prorrogar otros 15 días el estado de alarma en lo que se leyó como un apoyo más leal de lo esperado. El acercamiento de Arrimadas era interpretado por los grupos de izquierda como una rectificación a la postura derechista de Albert Rivera en un intento de recuperar el gran volumen del electorado que la formación naranja perdió en las últimas elecciones generales. Y este movimiento daba paso a rumores de posibles “acuerdos secretos” entre Arrimadas y Sánchez sobre el Gobierno de la Comunidad de Madrid, como una moción de censura pactada entre Aguado y Gabilondo, o un adelanto de elecciones por parte de Isabel Díaz Ayuso para quedarse con el poder total.

De hecho, Isabel Díaz Ayuso declaraba esos días no estar segura de que PSOE y Ciudadanos no pactasen un gobierno de coalición en Madrid para desalojarla de la Presidencia del Gobierno regional: "No lo sé, yo sé que hablan mucho pero también dicen que ayer algunos de sus dirigentes decían que eso ahora mismo no lo contemplaban. No sé si querrán pactar o no con el PSOE", contestaba en Antena 3. Sin embargo, Aguado aseguraba que esa posibilidad no estaba sobre la mesa y, para sorpresa de todos, sentenciaba: "Lo estamos haciendo bien y eso molesta a algunos sectores de la Izquierda" que según él quieren "provocar una brecha en un Gobierno sólido".

Y en medio de la guerra entre el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y el de Pedro Sánchez por la negativa del Ministerio de Sanidad de permitir pasar de fase a Madrid, surgió una nueva polémica: el apartahotel de lujo en el que se alojaba Ayuso desde el inicio de la crisis sanitaria. El 12 de mayo se conocía la noticia de que Ayuso pagaría 80 euros por noche desde el 16 de marzo por hospedarse en un apartahotel de lujo con vistas al Palacio Real. Mientras el ínfimo precio al que la cadena dirigida por Kike Sarasola, Room Mate Group, dejaba esta estancia a la presidenta regional (el precio real son 200 euros diarios), era interpretada como un 'regalo' hacia la presidenta, fuentes del Ejecutivo defendían que el pago salía “del bolsillo de la presidenta”.

Con la bola de nieve creciendo, Ayuso anunció la apertura de una investigación interna para conocer la circunstancias, que finalmente encontró a una funcionaria de la Consejería de Políticas Sociales, de Ciudadanos, como culpable. Pero lejos de que la reacción que Aguado y su grupo parlamentario sugiriera algo parecido a lo sucedido con la trama que envolvió a la presidenta y a Avalmadrid, el vicepresidente indicó a la Agencia EFE que “si se cometiera alguna irregularidad por parte de cualquier miembro del Consejo de Gobierno, yo sería el primero que demandaría explicaciones, pero si no se cometen irregularidades me parece que es perjudicial para la imagen de la política”. Para el de Ciudadanos, se trató de "un error humano de una empleada pública" que asumió su equivocación y que se solventó cuando el responsable de ese equipo de funcionarios aceptó su culpa y presentó su dimisión.

Pero lo que para Aguado fue suficiente, para Gabilondo no lo fue. "Ante la escalada inagotable de despropósitos en gestos y actos sociales junto al rosario de perlas quisquillosas a las que nos tiene acostumbrados Ayuso. Desde el PSOE nos vemos obligados a realizarle una llamada de atención para que salga de ese aislamiento y ensimismamiento en el que vive arropada y lidere el pacto que necesita Madrid", sostuvo al respecto la secretaria de Organización del PSOE-M, Carmen Barahona, en declaraciones remitidas a los medios. Al mismo tiempo, Gabilondo se alejaba en un primer momento de la rumoreada moción de censura, pero exigía a la presidenta que explicase "las contradicciones" que giran en torno al apartahotel y el asunto de los contratos.

"Ahora no es momento de remover gobiernos”, decía el socialista sobre una posible moción de censura, admitiendo al mismo tiempo la falta de iniciativa para llegar a un acuerdo de reconstrucción y que “el Gobierno de la Comunidad de Madrid no está haciendo bien su labor y que la gestión tampoco es buena”. Por ello, advertía que de proseguir la situación por parte del Ejecutivo regional, “nosotros no excluimos esa posibilidad". Además, preguntado sobre si había comentado ya esta posibilidad con Ciudadanos, el socialista indicaba en Onda Cero que “no hemos hablado explícitamente con Ciudadanos de esa posibilidad ni de hacer una moción en modo alguno, pero estamos abiertos, aunque tenemos otras prioridades".

La inicial cordialidad de la presidenta Ayuso frente a Gabilondo, a quien ha admitido en varias ocasiones que “respeta enormemente” y valora de manera diferente a aquellos otros que gobiernan bajo las siglas de PSOE, ha ido tomando matices de hostilidad. El tono empleado contra los socialistas en la última sesión plenaria distó mucho de la mostrada en el primer pleno post-Covid, similar a la utilizada hacia Más Madrid y Podemos, sin duda férreos opositores. El ojo vuelve a estar puesto en la presidenta regional, señalada por el apartahotel y por su liderazgo en la gestión de la crisis, y quizás por ello el ofrecimiento directo de Aguado a Gabilondo y el resto de partidos de llegar a un acuerdo de reconstrucción ha vuelto a tensar la cuerda en la Puerta del Sol.

A ello se suma, además, la efectividad de un pacto en torno al mismo tema entre todos los grupos municipales -liderados por la coalición Partido Popular y Ciudadanos-, que ha sentado un precedente con gran peso dentro de la política regional y ha vuelto a poner en duda cómo es que dos agrupaciones con las mismas siglas no pueden ni verse a en el entorno regional pero funcionan de manera correcta en el municipal. Precisamente, el formato elaborado por el Consistorio es similar al que Aguado propuso este lunes a los asistentes a la reunión -todos los portavoces excepto Vox-, y está basado en empezar los trabajos de reconstrucción con la puesta en marcha de dos mesas de trabajo, una 'Economía y Empleo' y otra sobre 'Políticas Sociales y Familia'.

En todo caso, ante la predisposición general a la iniciativa de Aguado, Ayuso reconoció no estar de acuerdo con la iniciativa de su socio de Ejecutivo y anunció este domingo que haría una ronda de contactos con los grupos parlamentarios. Su objetivo es presentar el plan de recuperación de Madrid acordado en el último Consejo de Gobierno y en cuya rueda de prensa la mandataria anunció que llevaría a la Asamblea para escuchar propuestas y “sumar” en la reconstrucción de la región. De ahí que el “cómo ha hecho” las cosas Aguado no haya gustado a la presidenta.

"Ahora el Consejo de Gobierno ha preparado un plan de recuperación de Madrid y este plan lo quiero llevar nuevamente al Consejo de Gobierno la semana que viene y decidir cómo presentarlo a los grupos de la oposición", señalaba, agregando que cree que el vicepresidente y ella deberían sentarse primero con Vox al ser "el grupo" que les ha dado el Gobierno al tener una coalición "precisamente por este partido y después ir de mayor a menor". Recordando las negociaciones para la investidura de Ayuso, así como todos los desplantes entre los de Rocío Monasterio y los de Aguado, era de esperar que los de la formación naranja se negaran a ello. De hecho, en esta ocasión ha sido recíproco, pues Vox no acudía a la cita al considerar que “la reunión convocada por el señor Aguado no representa la posición del Gobierno de la Comunidad de Madrid”.

“Creo que es bueno que hablemos y que le quitemos pompa, que nos quedemos con en lo nuclear, en el fondo, que para mi es que el Gobierno habla con la oposición y que hay un canal de comunicación”, decía Aguado tras la reunión con Ángel Gabilondo (PSOE), Isa Serra (IU-Podemos), Pablo Gómez Perpinyà (Más Madrid) y César Zafra (Ciudadanos). Pero la realidad es que, a pesar de las buenas intenciones, en esa reunión no ha habido ni Gobierno completo.

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