Isabel Díaz Ayuso se presentará a la investidura. Al menos, así se lo ha pedido al presidente de la Asamblea, Juan Trinidad, bajo el argumento no de tener más apoyos en positivo que el trío de izquierdas, sino de tener menos negativas aseguradas en un primer pleno que ha de celebrarse antes del 11 de julio.
"Con Ángel Gabilondo el 'no' está claro y rotundo porque tiene 68 noes [la mayoría absoluta de la Cámara está en 67]. Mis síes están en camino", aventuró la candidata del PP, que negó la posibilidad de ceder su futuro puesto en la Presidencia a Ignacio Aguado. "Rotundamente no", zanjó.
Del mismo modo, marcó "líneas rojas" con Vox y dejó entrever que el documento inicial con las exigencias de Rocío Monasterio en materia de inmigración y derechos LGTBI se habría dulcificado. "Tal y como está ahora sería perfectamente asumible por las tres formaciones", aseguró. Aunque tiró la toalla con respecto a la posibilidad de convencer a unos y otros de que cedan en sus posiciones de máximos.
Por un lado, Monasterio exige que PP, Ciudadanos y Vox firmen a tres bandas un mismo documento. Por otro, Aguado se niega siquiera a sentarse en la misma mesa que los de Vox. En ese contexto, Ayuso se encuentra en el medio y, como si de una madre se tratara, exigió a sus dos hijos que dejen de pelearse o que, al menos, no paguen sus diferencias con ella.

"Creo que Cs y Vox se pueden entender. Ahora bien, si no lo hacen por cuestiones ajenas a mí, que no lo paguen conmigo ni con los madrileños", exigió. "Vox y Ciudadanos no se dicen no mutuamente. Me lo dicen a mí. Su negativa se la lleva la persona que les está pidiendo el voto. Y en ningún caso el PP ha faltado a su palabra", argumentó.
Además, añadió Ayuso, "votan juntos todos los días", esgrimió. "Cada día se sientan en la Mesa de la Asamblea, que mide más de 10 metros de amplitud, y cada vez que ven iniciativas y las aprueban o las rechazan, se están poniendo de acuerdo", constató. Por ello, "si pueden ponerse de acuerdo en la Mesa pueden ponerse de acuerdo también en esto", insistió.
"El único beneficiado por Vox es Ciudadanos y al revés"
Bajo esa premisa, Ayuso confirmó su intención de presentarse a la investidura que ha de celebrarse antes del 11 de julio. Confía en que de hoy -día en el que Trinidad debe decidir si aúpa a un candidato o candidata o convoca una investidura fallida- al día de la sesión parlamentaria, hay "tiempo suficiente" para cerrar los flecos de la negociación. La opción que le queda, constató, es convencer a ambas formaciones por separado. "Tiene pinta de que al final tendré que firmar un acuerdo con Cs y otro con Vox", auguró.
Aun así, deseó poder hacerlo para ganarse el 'sí' de ambas formaciones. Para forzarlo, Ayuso exigió tanto a Cs como a Vox que se centren en la negociación que les compete, que es la de la Comunidad de Madrid, y olviden factores ajenos a la región "más importante del país, ya que es el motor económico del mismo". "Lo que ocurra en Murcia -dijo antes de saber que Vox votó en contra del popular Fernández Miras, precisamente, para presionar a Ciudadanos- o lo que haya pasado en el Ayuntamiento de Madrid me es indifirente. Las negociaciones de otras comunidades no van conmigo. Pido a Vox y Ciudadanos que sean conscientes de que hablan conmigo, de que negocian conmigo", expuso en su discurso.
Respecto a los de Monasterio, recordó que "hay muchos votantes del PP que han sido del PP por décadas y ahora votan a Vox. Y no puede haber ni un solo votante del PP que haya votado a Vox que quiera un Gobierno de izquierdas y a Gabilondo, que quiera que la inacción política se convierta en alternativa a un Gobierno liberal. No me lo creo. Es imposible", defendió. Respecto a los de Aguado, les recordó también que "si Ciudadanos preside la Mesa de la Asamblea es gracias a Vox y al PP". "El único beneficiado por Vox es Ciudadanos y al revés", resumió tras recordar que también los de Monasterio habían obtenido la Vicepresidencia tercera de la Mesa.
Por todo ello, Ayuso insistió en que hay más cosas que unen a las tres derechas de que las que las separan y se mostró confiada de lograr un acuerdo a tres que la aúpe a la Real Casa de Correos. "Me presento porque quiero formar una alternativa. No quiero que gobierne la izquierda porque se los regalamos porque no somos capaces de entendernos. Tampoco quiero que se deje para septiembre lo que se puede hablar y votar ahora. Hay días de sobra de aquí al 11 de julio", concluyó.