Rocío Monasterio ha lanzado este miércoles su último órdago. Esta vez, más que al PP, el dardo va dirigido a Ciudadanos, ya que ha impuesto como obligatoria la firma a tres bandas de un acuerdo de Gobierno. En realidad, las medidas propuestas por Vox para lograr una investidura en la Comunidad de Madrid están "abiertas a todos los partidos", pero se da por hecho que ninguna formación de la izquierda -ni PSOE, ni Más Madrid, ni Podemos- va a aceptar sus condiciones.
¿El motivo? El partido ultra no solo propone bajar los impuestos, garantizar la libertad de elección de los colegios o elaborar una auditoría de todos los entes públicos, sino también suprimir las subvenciones a "chiringuitos ideológicos" (es decir, según siempre han calificado ellos, a organizaciones LGTBi y feministas) o eliminar las ayudas a inmigrantes ilegales, así como exigir el pago de sus facturas santiarias a los correspondientes países de origen y repatriar a los Menores Extranjeros No Acompañados (MENAs). Además, pretende derogar "algunos artículos" de las leyes autonómicas de Identidad de Género y contra la LGTBifobia. Esas son algunas de las condiciones sine qua non Vox no se sentará a negociar. Son sus líneas rojas, aunque su líder autonómica no quiera calificarlas como tal.
Tras anunciar ayer la ruptura definitiva con el PP en el Ayuntamiento de la capital y su paso a la oposición, Vox ha abierto la puerta ahora a negociar un Ejecutivo autonómico "con cualquier formación". De hecho, el preacuerdo pactado presuntamente con Ayuso antes de la votación de la Mesa de la Asamblea en el que el PP se compromete a ceder a los de Monasterio "entes" públicos y la capacidad de decidir sobre los presupuestos de forma proporcional a su número de escaños (12),
Según matizó Monasterio, "organizaciones de carácter ideológico" son también los "grandes sindicatos", que, según sus cálculos reciben "el doble de lo destinado a pobreza infantil"; las ayudas a Cooperación y Desarrollo en Países en Vías de Desarrollo o a "asociaciones y empresas en las que no se justifica que usen dinero público cuando aún hay 64.000 personas esperando las ayudas a la Dependencia". "Hay que priorizar", mitineó Monasterio, que opinó que "no puede ser que haya más subvenciones para los sindicatos que para combatir la pobreza". "No se puede dar prioridad a un tipo de ideología", zanjó la cuestión.
Para empezar, exige un programa de Gobierno único pactado entre los tres partidos necesarios para lograr la mayoría necesaria, con lo que, descartada la asunción de sus peticiones por parte de PSOE y Más Madrid, obliga a Ciudadanos a negociar con ellos. Asimismo, exige "respeto" para sus votantes y el cumplimiento de los pactos acordados, en un claro mensaje a los populares.
Aun así, se da por anulado el "preacuerdo" en el que Ayuso se habría comprometido, según Monasterio, a ceder "entes" públicos y la capacidad de decidir sobre los presupuestos de forma "proporcional" a su número de escaños (12). "Venimos a defender ideas, no a pedir Consejerías", ha sentenciado Monasterio, que desligó esta postura de la de sus compañeros del Ayuntamiento: "Ahí ha habido un incumplimiento", justificó.
Por todo ello, Vox ha cambiado de estrategia y ha decidido imponer sus medidas a sus futuros socios de Gobierno. Así, ha puesto sobre la mesa un programa de "mínimos", un acuerdo "marco" que los demás deberán aceptar antes de que se cumpla la fecha límite para que el presidente del Parlamento, Juan Trinidad, tenga que decidirse entre proponer a un candidato al pleno del 11 de julio o convocar una investidura fallida. Es decir, el 2 de julio, PP y, sobre todo, Cs deberán decidir si aceptan sus condiciones.
Preguntada por la negativa continua de los de Ignacio Aguado a sentarse con Vox en una mesa de negociación, Monasterio dejó en su tejado la responsabilidad de o bien ir a septiembre o de que se tengan que repetir las elecciones. "Nosotros no somos responsables de que a otros partidos políticos su política de pactos se la dicte Macron. París bien vale una misa, pero en España no estamos acostumbrados a que un presidente extranjero nos dicte nuestros pactos. En Vox no lo vamos a tolerar", amenazó. Y, respecto a la posibilidad de alargar las negociaciones durante el verano [el 11 de septiembre sería la fecha límite para celebrar un segundo pleno de investidura], Monasterio fue muy clara: "Los políticos también cobramos en agosto", concluyó.