Con 17 equipos en diferentes categorías, en el Club Deportivo San Roque juegan casi trescientos chavales. Los más pequeños tienen 4 años. Para este sábado había programados cuatro partidos en su campo. "Vendrán unos cincuenta coches", calcula la víspera José Luis Sánchez, su presidente, en conversación con este periódico. Pero no tendrán dónde aparcar. "Es penoso", lamenta.
En la zona siempre ha habido dificultades para estacionar. Tantos que "desde hace veinte años", según Sánchez, se utiliza como aparcamiento una parcela anexa al campo. No solo las familias, "también los vecinos" de un barrio en pleno crecimiento. A simple vista es un descampado. Pero está calificada como zona verde.
"Si la zona es verde, que planten"
"Alguien denunció" y por eso surgió el gran problema: "Es cierto que la parcela no es nuestra, pero la usábamos desde hace veinte años", insiste el presidente del club, que pide "buscar una solución que no perjudique a 300 familias": "Sin hacer daño a nadie", añade. No se quiere dar por vencido, pero la impotencia hace mella: "Si no hay arreglo, tendremos que acostumbrarnos, pero tiene que haber una solución", reflexiona. "Si la zona es verde y no nos la quieren dejar, que planten", remacha.
A él le llegan las quejas, pero siente que no puede hacer más de lo que hace. Otro problema son las multas. Las familias del San Roque saben que ya no pueden aparcar allí, pero los visitantes, cuando alguien rompe el precinto de la Policía, ven un descampado. El viernes, horas antes de los partidos, el presidente no oculta su preocupación: "¿Dónde van a aparcar? Si la parcela está abierta, entrarán y les multarán".
La seguridad del Club Deportivo San Roque, al Pleno
Las dificultades para aparcar en el campo del San Roque ya han ido al Pleno del Distrito. Dos veces en 18 meses. La mayoría de Ahora Madrid y PSOE rechaza la proposición de Ciudadanos, que ahora cuenta con el apoyo del PP. "Tenemos una zona verde que no se utiliza como tal, pero tampoco es parking", resume Belén Ortiz, portavoz de Cs Barajas, que insta a "dar una solución al problema": "No podemos mantener la situación irregular", defiende. "Los niños van a seguir yendo y los padres aparcando", razona. "Llevamos veinte años haciéndolo mal y cerrando los ojos. ¿Vamos a seguir así?", se pregunta Ortiz.
Pero eso no es lo peor: "Dios quiera que no haya una desgracia", es la frase que pronuncian todas las personas con las que ha hablado Madridiario. Porque no es solo la comodidad de las familias. Es, sobre todo, la seguridad de los niños. De sus hijos, de sus sobrinos, de sus nietos…
Cada entrenamiento del San Roque es una lotería, una suerte de deseo para que no suceda nada. Y ya no solo porque "tienes que 'soltar' al chaval donde buenamente puedas. En días de partido, incluso, en la rotonda. Niños que pasan entre los coches. ¿Sabes el riesgo que eso supone?", se pregunta Pablo Olalla, uno de los cientos de padres afectados.
"Dios quiera que no pase nada"
"Desde hace tiempo la peligrosidad se agrava por la velocidad de los coches en la avenida de la Bahía de Málaga", denuncia. "Además, no hay badenes ni señales de zona infantil y la iluminación es mala", relata. "Va a ocurrir una desgracia sí o sí", augura el padre de Nicolás, de 11 años, buen conocedor de la zona.
Olalla exige soluciones "inminentes": "Dios quiera que no pase nada. Que no tenga que haber un accidente para que los políticos se lleven las manos a la cabeza", suplica. Pide "que tomen nota y lo solucionen": "Es de sentido común".
Con respecto al aparcamiento, habla de manera gráfica: "Nadie mete el coche en un pinar; lo que se estaba usando es un descampado". Y recuerda: "El Gobierno municipal anterior lo llenó de gravilla para que se pudiera aparcar". "No se molesta a nadie", zanja. Al final, (casi) todos enfadados. Y los niños y mayores, en peligro.
Este miércoles, cuando se cumpla justo un mes de su solicitud, José Luis Sánchez será recibido en la Junta de Distrito para abordar el asunto. El Club Deportivo San Roque espera que sea el principio del fin de su pesadilla: "Dios quiera que no tenga que haber una desgracia", implora el presidente.