Si hay una persona en el PSOE que públicamente ha refrendado cada una de las palabras del ex secretario general, Pedro Sánchez, esa es Sara Hernández. Desde que llegó al frente de la siempre turbulenta federación madrileña tras las primarias de julio de 2015, ella, que gobierna en Getafe gracias al apoyo de investidura de IUCM-LV y Ahora Getafe, ha sido una de sus grandes valedoras y embajadoras.
Sin embargo, la ausencia de miembros del PSOE-M en la comisión gestora de Javier Fernández ha levantado las alarmas en lo que aparece como un castigo de los críticos, que han tomado las riendas del poder, al sector 'sanchista'. Y eso, pese a que la propia Hernández participó hasta el final en las negociaciones para conformar ese órgano de transición hasta el próximo congreso ordinario. La composición, donde dominan dirigentes extremeños, andaluces y valencianos, se adoptó finalmente sin la concurrencia de muchos de los derrotados y ya se han producido las primeras bajas en el partido.
Mantienen el 'no' a Rajoy
Oficialmente, el PSOE-M reclama unidad y trabajo conjunto. Fuentes del partido consultadas por Madridiario piden a la nueva gestora que lleve al PSOE hacia unas primarias "donde sean los militantes quienes elijan a su secretario general". En las últimas horas, ha corrido el temor quizás interesado en el entorno madrileño de que la gestora podría llegar a poner en cuestión hasta este tipo de procedimiento de elección directa e inclinarse por el anterior, el de la vía de los delegados.
Sin embargo, la lucha está lejos de terminar. No se espera ninguna comparecencia pública, pero los fieles a Hernández mantienen la posición marcada por su Ejecutiva regional de votar en contra de una posible investidura de Mariano Rajoy. Está por ver si estas reclamaciones acaban generando una fisura junto a otras federaciones en la posición que adopte, si toca, el grupo en el Congreso, donde el PSOE-M controla siete de los 85 escaños de la bancada tras aumentar ligeramente su representación con la reedición electoral de junio. Por el momento, cuentan con que el último posicionamiento oficial del partido sigue siendo el 'no es no' y que, si la nueva gestora quiere variarlo, deberá hacerlo sin máscara, abiertamente.
"Los socialistas tenemos por delante el reto de ofrecer a nuestros militantes, simpatizantes, votantes y a los españoles en general, un partido fuerte, un proyecto ilusionante, atractivo y claramente diferenciado del Partido Popular y que refuerce nuestro liderazgo de la izquierda", han reiterado esas fuentes. "Madrid pondrá todo su esfuerzo en lograrlo", han advertido.
Además, el único senador socialista por Madrid, David Lucas, es una persona muy próxima a Sánchez desde que coincidieran en el Ayuntamiento de la capital y controla desde la Alcaldía la federación de Móstoles, de las más importantes del mapa autonómico. En ese lado también se encuentran otros líderes notables como el diputado Rafael Simancas o el alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez -que ayer escoltaron a Hernández a su llegada al Comité, cuando entró confirmando su simbiosis inalterable con el 'sanchismo'- o los 'jóvenes' Enrique Rico y Mónica Carazo.
Los críticos, a la espera
Queda por determinar a partir de ahora qué ocurre con los críticos del PSOE-M, atomizados alrededor de Tomás Gómez y Antonio Miguel Carmona. Ambos fueron fulminados de sus distintas responsabilidades por obra y gracia de Sánchez. Sin embargo, no conforman hoy por hoy una alternativa conjunta, aunque sí hayan coincidido en rechazar abiertamente al ex secretario general en la votación que terminó derrocándole anoche.
El primero, cuyo candidato, Juan Segovia, perdió las primarias contra la 'oficialista' Hernández, fue uno de los 17 dimisionarios que desencadenaron la trágica semana socialista. Lo hizo junto a la también madrileña Eva Matarín, quien ayer levantó todas las alarmas al filtrar extramuros del Comité que la primera votación impulsada por Sánchez era un 'pucherazo'.
El segundo, en sus primeras declaraciones tras la comparecencia del ex secretario general anunciando su marcha, confesó haberse manifestado en contra de votar a Rajoy pero reivindicó que el debate en el Comité era sobre la asunción de responsabilidades por parte de Sánchez tras los últimos resultados electorales. Esa vuelta de tuerca al discurso oficialista, a su juicio, se comparte mayoritariamente en las filas autonómicas.
Esa aparente paradoja aparece también según fuentes del entorno de Hernández entre los 'tomasistas', quienes no verían con ningún tipo de agrado regalar una abstención al PP. Siguiendo estas primeras impresiones, de llegar la nueva intentona de Rajoy, el PSOE-M no debería sufrir una nueva crisis existencial. No hay que olvidar que, pese a estar del lado del poder, son ellos, los críticos, los que ahora mejor deben lavar su imagen ante una militancia que no les ha respaldado públicamente.
Y es que, hasta que no haya movimientos más certeros y se reagrupen las fuerzas a nivel estatal, no está claro que ninguno vaya a plantar abiertamente una batalla a Hernández. El congreso ordinario podría llegar dentro de cuatro o cinco meses, lo que deja mucho margen para medir el impacto de la división y el peso de los contrarios a la getafense, que podrían movilizarse si Pedro Sánchez decide volver para liderar el PSOE. En ese caso, destacan algunas fuentes, habría que prestar atención a los pronunciamientos de históricos como Manuel Robles, presidente de los socialistas madrileños y alcalde de Fuenlabrada, o del senador por designación autonómica José Cepeda.
Alianza en la capital
Así las cosas, durante las próximas semanas deberá esclarecerse cómo la cuestión socialista impacta en la gobernabilidad municipal. Los dirigentes de Unidos Podemos ya han analizado la dimisión como una mala noticia y temen que el 'susanismo' desembarque en la constelación de Ferraz. No hay que olvidar que la presidenta andaluza, Susana Díaz, mantiene una pésima relación política con la líder de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, desde el principio.
Es difícil prever que casos como los de Ferrol o Castilla-La Mancha, donde el PSOE ha perdido el apoyo de Podemos, se imiten ahora en la región. En la Comunidad, los principales alcaldes socialistas son próximos a las derrotadas tesis pactistas de Sánchez y gobiernan (salvo alguna excepción como el singular caso de Leganés) de la mano de las plataformas municipalistas inspiradas por la formación morada. De hecho, estos acuerdos se han venido solidificando en los últimos meses.
En la principal plaza, Madrid, Manuela Carmena es alcaldesa gracias al pacto con Carmona que heredó la actual portavoz cuando fue cesado, Purificación Causapié. Entre ambas existe una evidente sintonía que ha servido para coquetear con la entrada de los de la rosa al Gobierno de Ahora Madrid.
El jueves, la portavoz municipal, Rita Maestre, afirmó que los consistorios no son "peones" en una partida de ajedrez y se mostró ante la prensa absolutamente confiada de que las guerras de los socialistas no salpicarán a Carmena. No hay que olvidar que la regidora se esfuerza en mantener su papel de independiente y posee una imagen casi referencial entre el electorado tradicionalmente socialista, que respaldó su figura en las urnas.
Esa conexión ha sido hoy recuperada por la propia Maestre en un acto de su particular carrera por las primarias moradas de la Comunidad. En declaraciones recogidas por Europa Press, ha subrayado que vive con "un poco de tristeza" la marcha de Sánchez porque el PSOE "ha sido una referencia progresista" para España. Para el portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, José Manuel López, esta crisis es "una prueba más de que estamos en un cambio de ciclo político". Una cambio, en definitiva, que les mantendrá en el preciado poder de Cibeles si precisamente no termina por arrollar a sus aliados.