Juan de la Cierva fue uno de los inventores y científicos aeronáuticos españoles más importantes de comienzos del siglo XX. El autogiro fue su obra maestra, aparato precursor del helicóptero actual.
Bajo el nombre de Cierva C.4, el primer autogiro que alzó el vuelo a comienzos de 1923 realizó un corto trayecto por el sur de Madrid. Tras este logro, De la Cierva perfeccionó su invento, realizando numerosas demostraciones en países como Reino Unido, Alemania o Países Bajos.
El 11 de enero de 1935, un año antes de fallecer el aviador, su autogiro realiza diversas pruebas por Madrid que dejan atónito al público de la capital. Tripulado por el teniente de Navío Antonio Guitián, el autogiro salió de Cuatro Vientos y, tras sobre volar Madrid, intentó aterrizar entre la plaza de Colón y la calle Serrano.
Tras parar el motor e iniciar en vertical su aterrizaje, Guitián se dio cuenta del concurrido tráfico en la zona, por lo que tuvo que emprender el vuelo de nuevo y continuar su travesía por Madrid tras recibir la ovación de los ciudadanos presentes en la zona.