De padre cubano y madre asturiana, Rocío Monasterio mira siempre a los ojos y sonríe. Sabe que lo que dice es polémico para muchos, pero en ningún caso se ruboriza y, menos, pierde su tono de voz pausado y calmado. Presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid y candidata a las elecciones del próximo 4 de mayo en la región con la formación verde, Monasterio se ha convertido durante los 20 meses que ha durado esta legislatura en la clave de todo movimiento político.
Con su apoyo permitió la conformación de Gobierno entre el Partido Popular y Ciudadanos y seguramente también estuvo en los pensamientos de la mandataria regional, Isabel Díaz Ayuso, cuando decidió el pasado 10 de marzo hacer estallar el Ejecutivo regional de coalición. Los valores inamovibles de la formación liderada por Santiago Abascal han estado presentes en cada una de las sesiones plenarias de la Asamblea de Madrid, donde Monasterio ha criticado y propuesto.
Durante sus intervenciones, los de Vox han mantenido firmes a sus valores y propuestas. De hecho, cuando desde este medio se ha preguntado a unos u otros integrantes de la formación política sobre, por ejemplo, las 'líneas rojas' para la firma del borrador de los Presupuestos regionales para 2021 -que estaban en negociación entre el Gobierno y Vox cuando se convocaron los comicios-, los de la formación siempre han contestado: “Los que ya sabéis, los que venimos repitiendo desde que estamos aquí”.
La implantación del conocido 'pin parental' en los centros educativos, la bajada de impuestos, la lucha contra la violencia “hacia todos los géneros”, la reducción del gasto político e institucional, el fin de las subvenciones a los “chiringuitos ideológicos”, el aumento del gasto en Sanidad, Dependencia y Educación, la defensa de la unidad de España o la lucha contra la inmigración ilegal, son algunas de las bases de sus propuestas desde el inicio de su andadura política.
Ahora, Monasterio ha sumado a su discurso la necesidad de crear un Plan de Emergencia Nacional Sanitaria que incluya pruebas masivas del Covid-19 a toda la población o la implicación de las Fuerzas Armadas en la logística, recursos humanos y comunicación de la red sanitaria y de residencias de ancianos, así como en todas las actividades esenciales del Estado y de la industria que lo requieran. Todo ello, recordando cuando en enero de 2020 pidió medidas para los viajeros procedentes de China en el aeropuerto ante la proliferación del que denomina “virus chino” y fueron "insultados y llamados xenófobos ignorantes" por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Altavoz de la formación en Madrid
'La Musa de Vox', como ha sido descrita en algunos medios de comunicación, llegó a la formación en 2014, un año después de que esta se fundara. A las puertas de las Navidades de 2013, varios disidentes del Partido Popular dieron un paso al frente y fundaron un nuevo partido político con el que recoger, de cara a las elecciones europeas que iban a celebrarse pocos meses después, el voto conservador decepcionado con los populares, entonces dirigidos por Mariano Rajoy.

José Antonio Ortega Lara, exfuncionario de prisiones secuestrado por ETA, Santiago Abascal, exdirigente del Partido Popular en el País Vasco, e Ignacio Camuñas, histórico líder de la extinta Unión de Centro Democrático (UCD), registraron el partido político Vox para, un mes más tarde, presentarse a los medios de comunicación de manera oficial. A partir de ese momento, el auge del partido político ha ido paulatinamente en crecimiento, hasta llegar a tener 52 escaños en el Congreso de los Diputados y presencia en casi todas las instituciones regionales.
Como ha recordado en alguna ocasión Santiago Abascal, el carácter fuerte y aguerrido de Monasterio ha sido clave para afianzar el partido en la Comunidad de Madrid, y muestra de ello fue la ocasión en la que la candidata de Vox irrumpió en un foro del entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y denunció su alegato separatista: “Se acercó al prófugo separatista, depositó en su mesa unas esposas y un Código Penal y gritó que sin ley no hay democracia", recordó el líder de Vox, quien ha llegado a definir a Monasterio como “un puño de hierro en guante de seda".
En la Comunidad de Madrid, gobernada por el Partido Popular desde hace más de 25 años, ha sido Rocío Monasterio la encargada de ser altavoz del partido y orquestar el proyecto, consiguiendo que su grupo parlamentario sea clave para la conformación de gobierno en las últimas elecciones. Si bien en los comicios regionales de 2015 a la Presidencia de la Comunidad los de Vox solo obtuvieron un 1'18 por ciento de representación -y por tanto ningún diputado en la Asamblea de Madrid-, en las siguientes elecciones Vox fue la quinta fuerza más votada, con un 8'88 por ciento de los votos y 12 escaños.
Para aquellas elecciones, Monasterio había sido anunciada como la cabeza de lista y contaba con José María Marco como 'número 2'. Si bien entonces aún era desconocida para muchos, en la Comunidad de Madrid su nombre había ido cogiendo fuerza y, por ese motivo, ya en enero de 2019 todas las quinielas apuntaban a que sería ella quien representara a la formación en las elecciones. Y así fue, junto a Javier Ortega Smith como candidato a la Alcaldía de Madrid, los de la formación verde salieron a “reconquistar” la confianza que habían ganado en los comicios generales del 28 de abril e, incluso, aumentarla.

El pistoletazo de salida de aquella campaña fue en una nave industrial situada en Paracuellos del Jarama, un local que al parecer se asemejaba mucho a aquel donde hace cinco años entonces había nacido Vox. El taller de muebles donde tuvo lugar el acto, dijo Abascal, representaba a la "España que madruga", la que tiene “preocupaciones de verdad: los impuestos y las trabas burocráticas y no el lenguaje inclusivo o las obsesiones de la Memoria Histórica", explicó. Para estos comicios, los de Vox confían en su estrategia y concurren a las elecciones con la misma lista que en 2019.
Austera en medios, pero no en comentarios. Rocío Monasterio acaparó titulares a base de declaraciones polémicas durante toda la campaña electoral y protagonizo la lucha más “cuerpo a cuerpo” durante los debates electorales. Una de aquellas primeras polémicas surgió durante la precampaña, cuando durante la conmemoración del 15 aniversario de los atentados del 11 de marzo en Madrid, la de Vox exigió conocer "toda la verdad" sobre la tragedia porque, según espetó, se encuentra oculta tras un "pacto para engañarnos a todos".
Sumidos ya en campaña, entre las palabras más reproducidas por los medios de comunicación esos meses estuvo aquella afirmación de Monasterio en la que dijo que actualmente en los colegios de la región "los amigos de Isa Serra" (candidata de Unidas Podemos) se dedican a dar talleres o "cursillos" a los menores donde se habla de "zoofilia y parafilia". Meses antes, Monasterio declaró al diario ABC que “llevaría el Orgullo Gay y fiestas similares a la Casa de Campo" en vez de por el centro de la ciudad.
Y pese a que perdieron la mitad de votos con respecto a las elecciones generales del 28 de abril, los resultados obtenidos por los de Monasterio en 2019 les permitieron crecerse en Madrid y exigir en un primer momento un asiento en los Ejecutivos de la Puerta del Sol y el Palacio de Cibeles tras volverse decisivos para las coaliciones de las derechas. En el caso de los liderados por Monasterio, que duraron más de tres meses, las ideas y venidas fueron múltiples, y entre ellas la de Vox dejó plantada al Isabel Díaz Ayuso en más de una ocasión por la negativa de José Luis Martínez Almeida a dar consejerías a Ortega Smith.
Pero finalmente, a principios de agosto de 2019 Monasterio se presentó ante los medios de comunicación para anunciar la recta final del pacto de investidura entre el Partido Popular y Ciudadanos, momento en el que también asumió las “concesiones” que la formación había llevado a cabo para facilitar el acuerdo: la primera de ellas, la exigencia de firmarlo a tres bandas, foto incluida. "No estamos aquí por fotos ni por puestos, sino por ideas. Y por eso lo que importa es que se asuman estos compromisos", dijo la líder autonómica del partido de Santiago Abascal.
Líos legales con su labor de arquitecta
Licenciada en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid, está especializada en Ordenación del Territorio, Urbanismo y Medio Ambiente. Fue profesora ayudante de Proyectos Arquitectónicos en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), y tras trabajar en varios estudios de Madrid y Florida (EEUU), en el año 2002 fundó la empresa ‘Luxury Rentals’, dedicada al mercado inmobiliario. También desde el año 2000 es propietaria y fundadora de ‘Rocío Monasterio y Asociados’, una consultora de arquitectura e interiorismo con más de 100 proyectos realizados de viviendas, locales y oficinas.

Precisamente, para Monasterio su vida laboral y profesional ha sido clave a la hora de asumir sus cargos dentro de la formación política. Tal y como defiende, no se puede hacer políticas para la ciudadanía si no se conoce cómo es vivir el día a día de cualquier ciudadano.
Sin embargo, su vida laboral también ha estado en el ojo mediático. A principios de septiembre de 2019 el Ayuntamiento de la capital emitía una resolución de clausura y precinto de una parte de la vivienda de Rocio Monasterio y su marido, el portavoz del partido político Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros. Se trata de un expediente que viene de años atrás y en relación a unas obras que se realizaron en el inmueble, ubicado en el distrito de Chamartín, que la líder achacó a un "laberinto burocrático" que fue agravado por un "denunciante rencoroso".
Tal y como contó, en 2010 adquirió una "vieja casa" que derribó para construir una nueva "con la licencia preceptiva". Una vez abajo, les otorgaron la licencia de obra para construir una vivienda con despacho profesional en una parte del sótano, "con las respectivas tasas administrativas más el impuesto de construcción". Sin embargo, los trabajos de construcción no terminaron hasta 2014 debido a "conflictos" con el primer constructor, que salió de la obra "sin rematarla". Pese a que el Ayuntamiento anunció que clausuraría la vivienda en octubre, finalmente se les otorgó el plazo de un año “para legalizarla”, algo que está previsto que tenga lugar en los próximos días.
Pero no fue la única encrucijada legal en la que Monasterio se ha visto envuelta, pues poco después se hizo público a través del diario El País que tanto ella como su marido estarían detrás de dos promociones en la zona de Ventas de Madrid -Pedro Heredia, 6 y Villafranca, 6- en la que se construyeron lofts en suelo industrial sin licencia de habitabilidad (motivo por el que fueron desalojados sus inquilinos), ahora se les conoce una nueva posible irregularidad. En este punto entraron en juego nombres como Arturo Vals o el propio Ignacio Aguado, pero Monasterio desmintió que ella promoviera locales de utilidad residencial, asegurando que únicamente estaban pensado para uso comercial.
Y poco después, de nuevo el diario El País avanzó que Monasterio habría estado al frente de un estudio de arquitectura en el que habría firmado proyectos 9 años antes de titularse. Tal y como esgrimía la publicación, el estudio de arquitectura que lleva su nombre se fundó en el año 2000, pese a que Monasterio no se inscribió en el COAM hasta el año 2009 por no haber terminado sus estudios. De nuevo, Monasterio aseguró a través de redes sociales que todo se trataba de "ataques personales" de "medios progres", aunque Espinosa de los Monteros explicó en la Cadena Ser que “as labores que ya estaba haciendo y firmando como diseñadora cuando no tenía el título pues los firmaba porque eran de interiorismo que no requerían esa titulación y cuando pasó el trámite de sacar el título y colegiarse ya se pudo firmar como arquitecto de obras que sí requieren el título esta colegiación y estar titulado".
El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) corroboró en febrero de 2020 el archivo de la queja que desde Más Madrid se puso con el objetivo de que se investigaran presuntas irregularidades urbanísticas en el caso de las reformas en una serie de proyectos realizados entre los años 2000 y 2007 por el estudio de Rocío Monasterio, pero la Fiscalía abrió diligencias de investigación por presunta falsedad documental y estafa por la denuncia presentada por el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid, una investigación que sigue en curso.
Vida personal
Rocío Monasterio tiene su pasado familiar ligado a Cuba, isla caribeña que nunca ha conocido porque, aunque siempre que ha tenido intención de hacerlo, le recomendaron no hacerlo porque por "defender la libertad de los cubanos" no sería "bien recibida". Su padre, de ascendencia asturiana y alavesa, Antonio Monasterio Díaz de Tuesta, huyó de Cuba en 1961, dos años después del fin de la revolución y de que su negocio, una empresa dedicada a la industria del azúcar, Central de Azúcar del Golfo, fuera expropiada por Fidel Castro.
Instalado ya en Madrid, conoció a su mujer, Aurora San Martín de Artiñano, asturiana, y tuvo un hijo y tres hijas, entre ellas Rocío Monasterio, a quienes inculcó la importancia de la libertad. “Uno no puede vivir ajeno a lo que pasa en el mundo. Si ves los telediarios con distancia, como si fuese algo que no va contigo, de la noche a la mañana te das de bruces con la realidad. Y pierdes la libertad", le diría su padre a Monasterio durante su infancia según publica Vanity Fair. Además de la lucha por la libertad, Monasterio se alimentó desde su niñez del amor por Asturias, donde es habitual que viaje junto a sus hijos y su marido.
La pareja se casó el 21 de abril de 2001 en la iglesia de las Esclavas de La Moraleja (Madrid) y tienen cuatro hijos, con quienes comparte aficiones como la música -toca la guitarra y el piano-, la naturaleza, el dibujo o pasar horas con los animales, en especial con su perra Quinta.