Este vecino de Carabanchel Alto explica que el retraso de los autobuses provoca que se desplacen con exceso de viajeros: "Da la sensación de que el autobús está continuamente lleno de gente”. Los conductores, asegura, deben insistir constantemente a la gente para que pasen al fondo: “Es una frase de la que ya nos reímos. Una chica ayer decía: pero cómo vamos a pasar si no hay sitio”.
Se trata de un barrio en el que el tránsito de pasajeros es ya de un número elevado, Casas apunta que es inevitable que este incidente se agrave, pues las frecuencias de paso de los autobuses “son impredecibles”. El miembro de la asociación vecinal conoce bien lo que es correr "para no perder el bus" pero, como explica, "si no coges el que te toca son 15 minutos de tiempo muerto hasta el siguiente”.
Un informe que confirma las sospechas

Ante estos problemas, que llevan sufriendo desde los últimos años, la Asociación de vecinos de Carabanchel Alto ha realizado un estudio sobre la frecuencia de paso de los vehículos de la línea 34, y los ha comparado con los de la línea 27, la segunda línea más transitada de la EMT. Diez vecinos controlaron los pasos de estos autobuses, desde su inicio a las 6 de la mañana y hasta las 22 horas: “Porque queremos denunciarlo de verdad”, precisa Casas, "ya que antes funcionaba bien y ahora ocurre cada vez con más frecuencia".
En el informe realizado se puede apreciar como la línea 34 sufre muchas carencias de servicio frente a la 27. Estas deficiencias se ven reflejadas en la frecuencia de paso del autobús que tanto entorpece la vida diaria de los vecinos: “La espera media durante todo el dia en la 34 llega casi a los ocho minutos y en la 27 solo cinco”. Esto se traduce en una media de tres minutos más. El vecino asegura que recogieron 76 veces en las que el autobús tardaba 10 minutos o más, y llegó a 20 en hasta ocho ocasiones. Esto ocurre en muchos casos, concreta, porque se descompensa al ir dos buses juntos.
La Asociación vecinal de Carabanchel Alto calculó 18 vehículos de media en ambas líneas y en sentido de ida y vuelta. Algo que los vecinos no entienden dado que su línea, además de transportar a un número mayor de pasajeros, resulta 16 kilómetros más larga. Por ello, y para llegar a la media del funcionamiento que presta la 27, “se necesitan 10 buses más y al menos 20 conductores”, apunta Casas, que piensa que hay una clara discriminación entre las líneas del centro y las de la periferia. "La 27 es una de las líneas más emblemáticas que va por el Madrid financiero, de Embajadores a Plaza de Castilla”. Además apunta que en su trayecto cuenta con carril bus separado de los coches, algo que apenas ocurre en la 34, que solo tiene uno así en su tramo por General Ricardos.
“No es un mal fallo puntual. Se trata de una planificación que penaliza a los pasajeros de la zona sur con los de la zona bonita de la Castellana, opina. Tras realizar este informe, que les ha aportado una información valiosa para el colectivo vecinal, la idea es trasladar este estudio entre las diferentes asociaciones de los barrios con problemas de transporte para que puedan extraer sus propias conclusiones.
Los vecinos del Barrio del Pilar, aunque no hayan ejecutado -de momento- un informe como tal, han recogido varias quejas y experiencias personales, sobre todo con las líneas 137 y la 67, pero también la 42 y la 49 presentan irregularidades en la frecuencia de paso.
La Asociación de la Flor conoce bien estos problemas. Los trayectos de estas líneas transcurren por los hospitales de La Paz y Ramón y Cajal, el ambulatorio de Peñagrande o la Junta del Distrito de Fuencarral. “Pasan cada cuarto de hora o veinte minutos, por lo que la gente tiene que terminar cogiendo el coche o un taxi”, indica Miguel Ángel, otro de los vecinos que ha visto cómo los servicios de la EMT en su barrio iban degradándose con el tiempo. Estas dificultades afectan diariamente a cientos de personas que necesitan coger estas líneas no solo para ir a trabajar o al colegio, sino para asistir a una cita médica o a realizar gestiones oficiales.
Pero si de tiempos de espera hablamos, otras de las carencias las encontramos con autobuses como el 602, desde El Pardo, o los que se dirigen a Las Tablas, una zona especialmente demandada para trabajar, y cuyos autocares no están dentro de la EMT. “Tienen una frecuencia de cada hora, y no te digo ya por la noche”, señalan los vecinos. Una situación que provoca que estos autobuses verdes circulen regularmente vacíos y los vecinos prefieran utilizar el coche.
Apoyo vecinal a la huelga de la EMT
Por este motivo, ambas asociaciones vecinales apoyarán la huelga convocada por la Plataforma Sindical de la EMT el próximo 3 de diciembre, incluyendo los paros parciales que ya comenzaron. “No es contra los usuarios, es a favor de los usuarios, para que el servicio sea mejor”, destaca Pedro Casas. Desmiente que se trate de una reivindicación politizada, como alegan desde el Ayuntamiento, porque según su estudio, los problemas de falta de personal son reales. “Siempre es un inconveniente pero va a ser para mejorar, así que en ese sentido el apoyo vecinal es importante”, concluye.
La Plataforma Sindical de la EMT ha convocado una huelga para pedir que se contraten más conductores y poder paliar así los incidentes que sufren vecinos como Pedro o Miguel Ángel en sus barrios. El portavoz del sindicato y del comité de empresa de la EMT, Jesús Fraile, ha enfatizado en que este sea el problema, ya que “se quedan diariamente entorno a 50-100 autobuses en los centros de operaciones”. Según cuenta el portavoz, ya intentaron negociar con el Gobierno de Almeida en los meses de septiembre y de octubre “sin éxito” por la paralización que achacan a su equipo de la contratación de nuevos trabajadores, que había fijado el ejecutivo de Carmena.
"Al alcalde no le ha sentado bien esta convocatoria en plena acogida en la ciudad de la Cumbre del Clima 2019, porque puede dar mala imagen a Madrid”, critica Fraile. El pasado lunes, el regidor insistió en que esta huelga está “injustificada” porque van a contactar 90 conductores antes de que acabe el año y 250 para el próximo 2020, por lo que hizo un llamamiento a la reflexión por parte del comité de huelga de transportes, que finalmente secundaron la reivindicación.
Tanto sindicato como vecinos consideran que ese número de contrataciones es insuficiente y niegan, una vez más, que se trate de una reivindicación politizada porque “ningún político nos está llevando a huelga”, sostiene el portavoz sindical.