Tal día como hoy, en la Villa de Madrid y en concreto, en la imprenta de María Rodríguez Rivalde, el impresor Juan de la Cuesta tuvo la fortuna histórica de imprimir el primer Quijote de la Historia. Aunque algo errado, ese mismo año se imprimió una segunda edición ligeramente corregida y a día de hoy, sobre el mismo lugar que ocupaba la imprenta, se ubica la Sociedad Cervantina.
En ocasiones, encontrarse en el lugar exacto, en el momento oportuno, es suficiente para ser recordado por los textos futuros. Así sucedió cuando el destino quiso que
Juan de la Cuesta, que acababa de tomar el control de su imprenta en el número 87 de la
calle Atocha, se le presentara el encargo que
grabaría su nombre en la Historia y a la vida de Cervantes: imprimir El Quijote.
Después de un acelerado trabajo de impresión a finales de 1604, su publicación llegaría al público un
16 de enero de 1605. Las prisas por evitar el contrabando de la novela, así como la presión por el dinero invertido, provocaron que la primera edición, de casi 1700 ejemplares, viese la luz con
numerosas erratas. Sin embargo, las erratas de esta primera edición
no serían obstáculo para el gran éxito cosechado por la novela.
Una demanda optimista que legitimaría el encargo a Juan de la Cuesta, de una
nueva impresión de El Quijote ese mismo año, y que de paso, pondría solución a los fallos de la primera. Esta segunda edición, también de 1605, ligeramente distinta, imprimió
1800 ejemplares y dos en Portugal. Gracias a este prestigioso encargo, la imprenta de Juan de la Cuesta tuvo el privilegio de dar a luz a las siguientes novelas de Cervantes, obras de Lope de Vega y novelas y escritos de autores del Siglo de Oro español.
Si bien es cierto, que el mérito de imprimir la primera edición (o la más antigua) de El Quijote, lo ostenta De la Cuesta, hay sospechas de que existió una edición del Quijote más corta, que tal vez circuló manuscrita durante los
primeros meses de 1604.
Hoy, con la única certeza de que ningún Quijote podrá quedar enmarcado como el originario definitivo, en aquel lugar de la calle Atocha que ocupaba la imprenta de Juan de la Cuesta, se alza la
Sociedad Cervantina donde se exhibe, entre otras cosas, una
réplica exacta de aquella imprenta por la que pasaron las páginas más celebres de la literatura española. Asimismo, la Biblioteca Nacional de España
dispone de uno de estos ejemplares de El Quijote original que se conservan en perfecto estado, encuadernado en 1957 por Emilio Brugalla Turmo.