Vecinos del distrito de San Blas-Canillejas llevan años soportando ruidos a cualquier hora del día y de la noche. Todos los días del año. Es la consecuencia de residir junto a unas cocheras de Metro de Madrid. Las viviendas más próximas se sitúan a apenas 10 metros de las vías. Trenes 24 horas. Camiones. Maquinaria. Pitidos. Y, por si fuera poco, los chirridos de las radiales como 'música' de fondo.
Existen tres calles de San Blas-Canillejas que sufren los ruidos de manera especial: Esfinge, Néctar y San Faustino. Pero hay otros dos focos de contaminación acústica en el distrito: el apeadero de O'Donnell y la actividad en torno al estadio Wanda Metropolitano también provocan molestias a los residentes en la zona. De hecho, dos de las propuestas más votadas en los Presupuestos Participativos del distrito se refieren a la lucha contra el ruido. Por un lado, los vecinos han pedido una pantalla vegetal en la avenida de Arcentales; por otro, asfalto fonoabsorbente en las grandes vías.
"Eso demuestra que hay una demanda vecinal a la que es necesario dar respuesta desde las Administraciones", explica Eva María Sánchez Rivera, portavoz de Ciudadanos en San Blas-Canillejas, para quien "el distrito adolece de un plan para luchar contra la contaminación acústica".
A la vista de la queja 'histórica' y de las peticiones en los Presupuestos Participativos, el partido naranja recogió la demanda y elevó el asunto al Pleno de distrito de junio. La iniciativa, que solicitaba "instar al órgano correspondiente la colocación de pantallas acústicas en Canillejas y en Las Rosas", fue defendida por la vocal vecina Paloma López Añover y aprobada por unanimidad.
Pleno de distrito y Presupuestos Participativos
Según confirman fuentes de la Junta Municipal de Distrito a Madridiario, "lo aprobado en Pleno, según lo acordado, se ha enviado al organismo competente", por lo que "el proyecto está pendiente de ejecución". Aún no se pueden manejar plazos. Sin embargo, "el proceso que se sigue con los Presupuestos Participativos es diferente", añaden las mismas fuentes, que recuerdan que "el compromiso del Ayuntamiento es ejecutar lo que se aprueba un año al siguiente".
"La de las cocheras de Metro es la reivindicación más antigua. Posteriormente, se han sumado las molestias del apeadero de O'Donnell y de la actividad en torno al Wanda Metropolitano", describe Sánchez Rivera, que teme que próximamente se añada un cuarto foco: "Vamos a ver cómo impacta el nuevo acceso al distrito por la avenida Luis Aragonés", ya que, advierte a este periódico, "en el proyecto no aparece ningún tipo de apantallamiento".
De momento, y tras años de molestias, buena parte de San Blas-Canillejas se siente, al fin, un poco más cerca de lograr rebajar los decibelios que interfieren en sus días e interrumpen sus noches.