José Luis Martínez-Almeida encara el tramo final de la legislatura con los Presupuestos prorrogados en el Ayuntamiento de Madrid. El alcalde estrena esta fórmula en su contador particular, aunque no resulta novedosa en Cibeles, pues Manuela Carmena se vio abocada a recurrir a ella en dos ocasiones. El líder popular no ha logrado repetir las carambolas ni acuerdos 'in extremis' con los que ha salvado las cuentas en años anteriores pactando con socios prioritarios y comodines. La "cerrazón de los grupos", ha remarcado este jueves, impide que prospere el proyecto presupuestario y ante este escenario la Junta de Gobierno ha optado por "no convocar el Pleno extraordinario porque no hay votos suficientes para que se produzca la aprobación". Confirma así el regidor que el área de Hacienda trabaja ya en una prórroga que "plantea muchos inconvenientes".
Vox se abstuvo el pasado lunes en la votación de la propuesta de gastos e ingresos para 2023 en la comisión previa a elevarlos al Pleno. Un suspense mínimo, dada su trayectoria de taxativa negativa, que su portavoz, Javier Ortega Smith, resolvió el martes: "No nos alegra que Madrid no tenga Presupuesto, pero no vamos a tolerar unas cuentas con 400 millones de euros robados en multas" -una cifra desmontada por el alcalde después-. La aprobación de la moratoria para que vehículos de mercancías B sigan circulando por Distrito Centro el próximo año como ellos exigían no los ablandó. Su ambición iba más allá: eliminar las zonas de bajas emisiones en un ejercicio regresivo que penaliza la ley estatal de Cambio Climático. Al no ser satisfecho, renunciaron no solo a negociar, sino a presentar enmiendas.
Begoña Villacís ha resumido esta mañana esta actitud en "hacer la peor política que se puede hacer, la política inútil". La vicealcaldesa a afeado a Vox "no querer influir en las propuestas, porque ni siquiera se molestan en sentarse a trabajar y presentar enmiendas cuando se les pide una vez al año". Sí trataron de mejorar el proyecto presupuestario Más Madrid y PSOE, con 192 y 175 enmiendas parciales respectivamente, pero PP y Cs las tumbaron sin excepción en un rodillo sin precedentes este mandato. Con todo, ambos partidos y el Grupo Mixto habían registrado sendas enmiedas a la totalidad al no encontrar en los Presupuestos "ningún tipo de ambición por mejorar Madrid" ni "ninguna transformación ni grande ni pequeña".
Viabilidad de proyectos "comprometida" y sin rebaja de IBI
Sin apoyos a izquierda ni derecha, Martínez-Almeida ha confirmado que el equipo de Engracia Hidalgo está tramitando una prórroga de las cuentas de 2022 a fin de "adoptar medidas que permitan paliar una situación muy complicada que no mejora la vida de nadie". Al primer edil le "preocupa", ha remarcado, que decaigan todas las subvenciones nominativas, algunas "tan sensibles" como las que recaen en Cáritas o en la Cruz Roja para la atención o alojamiento de familias vulnerables. Villacís ha matizado que el Ejecutivo "será capaz de sacar adelante algunas de estas ayudas", pero ha lamentado que se "multiplique por diez" la dificultad para hacerlo, pues deberán recurrir a transferencias de crédito en un proceso ralentizado. "No podemos acudir al trámite normal y es someter a la Administración a una presión desesperante", ha abundado.
El dirigente municipal ha expresado también su inquietud por el "serio riesgo" de que la prórroga presupuestaria penalice la recepción de fondos europeos Next Generation con los que pretendían sufragar 70 proyectos por valor de 200 millones de euros. "La normativa comunitaria exige que los gastos financiados deben estar comprometidos antes de finalizar 2023, lo que implica adjudicar los contratos públicos antes de esta fecha", explican desde el Consistorio. Con menos recursos económicos temen que "esté en peligro la selección de sus propuestas como elegibles al cuestionarse si tienen madurez suficiente" o que les concedan el dinero y no puedan adjudicar los contratos.
Las cuentas para 2023 partirán de un crédito inicial aproximado de 5.540 millones de euros -el de 2022-, 162 millones menos de los previstos para este año. Además, a este montante inicial habrá que restarle el importe de servicios, construcciones o programas que hayan concluido. Deberán descontar, por ejemplo, los 25 millones presupuestados el ejercicio anterior para rematar la reforma del Nudo Norte. Hacienda deberá hacer también encaje de bolillos para afrontar el pago de los 159 millones de euros extra -con respecto al año anterior- destinados a nóminas del personal municipal y en los que se incluyen la subida salarial y la incorporación de nuevos efectivos.
Tampoco se aplicará la rebaja del tipo general del IBI al mínimo legal del 0,4 por ciento, el más bajo de España y promesa electoral de PP y Cs. El Gobierno municipal estimaba un ahorro de 121 millones de euros con esta medida que afectaría a 2,2 millones de recibos. El amargo panorama que dibuja el Ejecutivo madrileño como consecuencia de la prórroga lo concretan también en que quedarán comprometidos proyectos como la expansión de BiciMAD a los 21 distritos o la creación del primer carril de autobús ultrarrápido que uniría los barrios de Valdebebas, Sanchinarro y Las Tablas con el hospital Ramón y Cajal. Misma dificultad aprecian para aumentar el umbral de la Tarjeta Familias hasta los 2.000 euros o el inicio de obras como la rehabilitación del paseo de Santa María de la Cabeza.