El entorno del Wanda Metropolitano va, poco a poco, dejando atrás el secarral en el que se levantó el actual estadio del Atlético de Madrid. Si la puesta a punto del campo y los servicios básicos para su disfrute -incluidos accesos por carretera y en transporte público- fueron como una contrarreloj, lo cierto es que desde que el club rojiblanco se mudara a San Blas en el verano de 2017 la zona aún necesita acondicionarse en algunos puntos. Es el caso de las zonas verdes proyectadas desde hace más de año y medio para la parcela que se abre frente al recinto y que, tras acumular varios retrasos, dirá por fin adiós a las vallas en las próximas semanas.
Así lo han confirmado a Madridiario fuentes del Área de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid, que aseguran que la recepción de la obra está prevista para el próximo 5 de agosto. Los vecinos del barrio de Las Rosas podrán disfrutar ya este verano de este parque público de 13 hectáreas con área infantil de juegos, circuito biosaludable o zona de skate.
Lo harán, eso sí, después de varios meses de espera, pues estaba previsto que el recinto se estrenase en primavera. Las obras comenzaron en octubre de 2018, con un plazo de ejecución de seis meses y un presupuesto que rondaba los 6 millones de euros. Sin embargo, las demoras en los trabajos obligaron a posponer la inauguración y la rehabilitación de la zona no se completó a tiempo para una fecha señalada en rojo en el calendario de la capital: la final de la Champions League, celebrada el 1 de junio en el feudo colchonero.
El ámbito en el que se enmarca este gran parque urbano está rodeado en el extremo norte por la autovía A-2, por la M-40 en sentido este, en el sur por la Avenida de Arcentales y al oeste por la Avenida de Luis Aragonés. Se ubica delante de la glorieta de Grecia, frente al estadio, y ha sido concebido como un espacio que permita la conexión con otras zonas verdes del barrio, así como el movimiento de grandes flujos peatonales derivados de la actividad en el Wanda.
Un área lúdica y deportiva para todas las edades
El parque está orientado al disfrute tanto de los aficionados como de quienes residen en el distrito. Delimitado por un vallado de madera, se habilitará un área de juegos infantiles de 3 a 9 años donde los más pequeños contarán con un tobogán de 2,3 metros de largo, un carrusel, un 'subibaja', un balancín o un arenero. Asimismo, se ha reservado otro sector para los niños de 6 a 12 años, que dispondrán de juegos adaptados a su edad.
Los mayores también harán uso de una zona de ejercicios propia con andadores, aparatos para ejercitar las muñecas y los brazos y barras de equilibrio, de saltos y paralelas. El deporte se fomentará de igual forma en un circuito biosaludable dividido en tres partes independientes que juntas forman un recorrido para uso gimnástico y de entrenamiento en el que destacan un banco de abdominales, step up para fortalecer piernas y rodillas, push up o una escalera horizontal.
La oferta para la práctica deportiva se completa con un skate park pensado para la iniciación a los ejercicios acrobáticos sobre monopatines, patines y bicicletas. Para ello, el suelo ha sido cubierto por una base de hormigón pulido que soporta diversas rampas: una con forma de tubo, otra con forma piramidal y tres lados para deslizarse o un cajón de tres metros de largo.
Especies autóctonas para un parque sostenible
El proyecto de jardinería se presentaba como un reto ambicioso ante la ausencia de vegetación tanto arbórea como arbustiva del emplazamiento. Un auténtico secarral que el Consistorio madrileño se ha afanado por convertir en un paisaje sostenible desde el punto de vista medioambiental y sensorial.
Más de 550 árboles y 45.200 arbustos se plnatrán en el recinto, todos ellos autóctonos o adaptados a las condiciones ambientales de la ciudad. Así, serán pinos, cedros, robles, tilos o acacias las especies que cobijen del calor con su sombra a los usuarios -cuando crezcan-.
Por otro lado, se ha limitado la superficie de pradera y se ha priorizado la utilización de plantas tapizantes en su lugar. En la elección de las mismas ha pesado el criterio de ahorrar agua, por lo que se han seleccionado especies de bajos requerimientos hídricos. En la misma línea, se ha desarrollado una red de riego que utiliza agua reciclada.
Toda esta actuación se complementa con un bosquete de pinos plantados al otro lado del estadio, junto al edificio del Centro Acuático. En conjunto, un entorno revitalizado con distintos ambientes que posibilitan el encuentro, el descanso y el ocio y donde la bicicleta guarda un papel protagonista, favoreciendo su uso mediante un carril bici que discurre por el parque hasta la estación de Metro y las paradas de autobuses urbanos.
Actuaciones en los terrenos colindantes
En paralelo, otras parcelas aledañas en estado de abandono están pendientes de rehabilitación. En concreto, una situada en la parte trasera del campo rojiblanco, localizada entre la Avenida Arcentales, la M-40 y el aparcamiento, y otra cercana a la calle Estocolmo.
El futuro de la primera pasa por un proyecto que ya ha tramitado el área de Medio Ambiente de la Alcaldía madrileña. El de la segunda se encuentra en proceso de licitación, han apuntado a este medio fuentes consistoriales. Por el momento, no pueden precisar detalles.