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El torero Antonio Chenel Albadalejo 'Antoñete'.
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El torero Antonio Chenel Albadalejo 'Antoñete'. (Foto: MDO)

La no despedida de ‘Antoñete’

Por MDO
domingo 30 de septiembre de 2018, 09:00h

El 30 de septiembre de 1985, Antonio Chenel ‘Antoñete’ ofrecía al público madrileño la que se creía que sería su última corrida de toros. Dos años después, tuvo que volver a los ruedos para mantener a sus hijos y nietos.

Antonio Chenel ‘Antoñete’ fue uno de los mejores toreros del siglo XX. Nacido en Madrid, consagró su vida al toreo y su depurada técnica y conocimiento del toro le hicieron triunfar en los ruedos españoles y latinoamericanos.

Pero como a todos, acaba llegando el momento de retirarse. Su primera despedida se produjo en 1975, pero dos años después saltó de nuevo a los ruedos en América y en 1981 lo hizo en España.

A pesar de sus achaques de salud y su edad, ‘Antoñete’ vivió una de sus mejores etapas dentro del toreo hasta que decidió despedirse (de nuevo) el 30 de septiembre de 1985.

Para su adiós, se organizó en la plaza de toros de Madrid la Gran Feria de Otoño ‘Se despide el maestro’. Estaba prevista para los días 13, 14, 15 y 16 de septiembre, pero tuvo que aplazarse al 28, 29 y 30 de ese mes porque la recuperación de ‘Antoñete’ de una cornada recibida en Almería estaba siendo más lenta de lo esperado.

Una despedida “triste”

En cartel se encontraban Manuel Vidrié, Pepe Luis Vázquez, Joselito, Pedro Lara, Sánchez Cubero, José Ortega Cano, Curro Vázquez y ‘Antoñete’, que torearía el día 28 y el 30 a modo de despedida.

Las crónicas de la corrida dejaron ver que había sido una de las peores del diestro. En el diario El País la calificaron como una “despedida triste”:

“Antoñete se despidió ayer del toreo en medio de una expectación sin precedentes, que abarrotó la plaza de Las Ventas de una afición dispuesta a aclamarle. Así lo hizo, y le sacó a hombros por la puerta grande. Pero la última actuación del maestro, visiblemente nervioso, fue desafortunada. No pudo lucirse en ninguno de los toros. El abatimiento le invadió al comprobar que la tarde concluía sin éxito, y lloró de emoción cuando Paco Parejo, antiguo mayoral de la plaza, le cortó la coleta. El sueño del triunfo quedó convertido en un triste adiós que, sin embargo, en nada empaña su brillante historial, fraguado a lo largo de 32 años de matador de toros”.

Ante esta “desafortunada” última corrida, el sindicato taurino de UGT echó la culpa del desastre a Manuel Chopera, empresario encargado de organizar la feria, por la mala organización y elección de los toros.

Más que “adiós”, “hasta luego”

Dos años después de esta amarga despedida, las necesidades económicas –mantenía a tres hijos y seis nietos– hacían a Antonio Chenel volver a los ruedos. Así lo explicaba a El País: "Estoy manteniendo cuatro casas y, a este ritmo, en un par de años me voy a quedar sin un duro; de manera que he de ganar dinero con lo único que sé hacer, que es torear".

Aguantó hasta julio de 2001, cuando sufrió una crisis cardiorrespiratoria durante una corrida en Burgos y decidió, definitivamente, dejar de torear.

Siguió involucrado en este mundo como comentarista de corridas, entre otros oficios, y debido a una bronconeumonía, falleció el 22 de octubre de 2011 en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda.

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