La vocación artística llamó a la puerta de José Luis Ozores con 17 años. A esa edad se subía por primera vez a un escenario, el del Teatro Eslava de Valencia. Atrás dejaba un tímido fantaseo con ser aparejador. Se había empapado de la profesión que le haría brillar después desde la cuna. Sus padres, los conocidos actores Mariano Ozores y Luisa Puchol, guiaron su camino y el de sus hermanos, Antonio y Mariano, que también siguieron sus pasos.
El debut en el cine del madrileño llegó en 1944 con su actuación en El camino de babel. Su primer gran título no llegaría hasta 1951 con Esa pareja feliz, ópera prima de un tándem de lujo, Bardem y Berlanga, que hoy es considerada como una de las mejores comedias de la cinematografía española.
En 1955 protagonizó el papel que retendría su cara en la retina de los espectadores de los 50, el de Miguel Cañete en Recluta con niño. La década fue muy prolífica para Ozores, que participó en recordadas cintas como Historias de la radio, Los ladrones somos gente honrada, Calabuch, La vida en un bloc o El tigre de Chamberí.
Sin embargo, en plena efervescencia de su carrera la esclerosis múltiple se cruzó por su camino. Decidido a plantar cara a la enfermedad, encontró en su trabajo un arma de combate. Actuó hasta en 13 films después de su diagnóstico, algunos dirigidos por su hermano Mariano, como La hora incógnita, que le valió hacerse con el Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo. El 10 de mayo de 1968 -a la edad de 44 años- fallecía en Madrid dejando tras de sí su arte y una hija, Adriana, que continuaría la senda marcada por su familia.