Los inquilinos de la comunidad del número 27 de la calle Fray Junípero Serra ya no pueden más. Viven frente a una zona ajardinada que se ha convertido, denuncian, en "un botellódromo y una cancha deportiva, cuando no lo es". Los problemas se suceden y varían según la hora del día. La suciedad es otro de los factores que afectan a la convivencia en una zona de Tetuán próxima a la estación de Metro Valdeacederas.
La difícil situación "lleva años" produciéndose. Tantos que la Policía Municipal está al corriente. Y se ha complicado de tal manera que hay vecinos amenazados. Los afectados acceden a hablar con Madridiario, pero piden no ser identificados. Por miedo y para no tensar más la cuerda, aunque se reconocen "hartos" y exigen "una solución definitiva".
El parque del conflicto se divide en dos partes: una zona infantil y otra de tierra. "En ambas tenemos problemas de suciedad", se quejan los vecinos, que lamentan que los dueños de los perros no recojan los restos. La falta de limpieza se incrementa con el botellón, que, además, genera "muchos ruidos", la otra gran problemática. Pero del botellón no es de la única fuente de la que bebe el ruido.
Cancha deportiva, patio de recreo o botellódromo, los otros usos
Los inquilinos cuyas casas dan al parque de Fray Junípero Serra también se quejan de que sea "utilizada como cancha deportiva", ya sea por particulares, o "como patio para asociaciones del barrio que no tienen espacio": "Traen hasta aquí grupos de 30 o 40 niños para que usen la zona como recreo", advierten los vecinos. Algo que sucede "sobre todo los viernes por la tarde, en verano y en días de buen tiempo".
Cuando cae la noche "toma el relevo el botellón y el consumo de sustancias ilegales", denuncian los afectados. "Aquí hemos llegado a ver todo tipo de actos, incluso sexuales", añaden. El seto, como ocurre en Rutilio Gacis, en el distrito de Arganzuela, "genera mucho resguardo". Cada nuevo amanecer saca a la luz la suciedad, que entonces se acumula: "Por la noche el ruido es insoportable; por la mañana, los restos que dejan agravan la suciedad".
En pleno mes de enero, los inquilinos de Fray Junípero Serra temen la llegada del buen tiempo: "Si la intensidad del conflicto ha bajado ahora, es porque es invierno; en cuanto sale un día bueno, volvemos a sufrir los problemas". Tanto es así que, reconocen, "en verano llamamos a la Policía casi todas las noches". En esa época, añaden, "el problema nocturno también se produce porque los okupas de una vivienda cercana utilizan el jardín como si fuera su casa hasta altas horas de la madrugada".
"Esto ya no se arregla solo con la Policía"
Una sucesión de problemas ante la que los vecinos denuncian la "falta de respeto de la ordenanza municipal en materia de protección contra la contaminación acústica y térmica". Preguntados por este periódico, reconocen que no saben cuál es la solución, pero piden "por favor que se tomen medidas". "¿Cancha deportiva, botellódromo, pipican? Ese no es el uso de un jardín", reflexionan. Y avisan: "Si los jardines de Madrid se convierten en todo esto, tendremos un problema".
Aun con todo, los vecinos de Fray Junípero Serra "entienden la problemática" de quienes les dicen que no tienen sitio para que jueguen los niños, pero rechazan "ser los damnificados". También responden a quienes les 'recuerdan' que viven en un jardín: "Sí, en un jardín, pero no en una cancha deportiva, ni en un botellódromo ni en un área canina", insisten.
La delicada situación llegó al Pleno de distrito el pasado mes de noviembre. La proposición para tomar medidas fue elevada por Ciudadanos y recabó el apoyo de todos los grupos. Pero los vecinos, dicen, no ven avances, más allá del apoyo de la Policía Municipal: "Agradecemos su participación, creemos que pueden ayudarnos, pero sinceramente la solución para este jardín no la vemos por ahí", explican. Ya no es solo telefónicamente, sino también en persona: "El viernes pasado [por el 19 de enero], tras la pertinente llamada, los agentes se presentaron en casa para hablar del asunto", cuenta una afectada.
"Tenemos un problema serio", dicen. "No podemos descansar, dormir o estudiar", enumeran. "Solo queremos poder hacer una vida normal", sentencian. "Que se busque una solución definitiva", claman.