Entre el núcleo del antiguo municipio de Fuencarral y la calle Antonio Cabezón de dicho distrito se abre paso una explanada de más de dos kilómetros de largo y unos 800 metros de ancho en la que restos de poda, botes de pintura vacíos, electrodomésticos abandonados y materiales sensibles como uralita se han apoderado del paisaje.
Se trata de una zona abierta que, con el paso de los años, ha derivado en un auténtico vertedero ilegal. “Lo que vemos por la ventana es un estercolero”, se queja el presidente de la asociación vecinal Unión de Fuencarral (vinculada a la FRAVM), Ángel González. Desde hace más de cuatro años, él mismo ha denunciado en numerosas ocasiones la degradación de este espacio en representación de los propietarios del barrio.
La última vez que puso en conocimiento de la Junta de Distrito el empeoramiento de la situación fue el pasado verano. Intranquilos por los incendios que se producen no demasiado lejos de allí, los vecinos reclamaron un compromiso para remediar el prolongado problema. La respuesta: la actuación inmediata no es posible debido a la falta de delimitación de las parcelas privadas, que impide exigir las consecuentes responsabilidades a los propietarios.
“Las Administraciones nos ponen muy buenas palabras, pero al final ninguna hace nada y la zona se está convirtiendo en un peligro”, comenta González a este medio. Durante la pasada legislatura, el Grupo Socialista interpuso una denuncia ante el Seprona, pero nunca se materializó una intervención.

El Ayuntamiento, a la espera de la delimitación parcelaria
Desde la Junta de Distrito de Fuencarral-El Pardo apuntan que la causa de que no hayan actuado hasta la fecha es la difusa limitación de esta gran extensión, que como se ha explicado más arriba pertenece a distintos dueños. “Aunque los propietarios están identificados, se desconoce cuánto terreno pertenece a cada uno porque, además, no tienen obligación de vallar”, explican a Madridiario.
Tanto la Junta como el Ayuntamiento están valorando distintas opciones de actuación. La primera de ellas “pasa por hacer un estudio topográfico del terreno para que se puedan conocer y limitar las parcelas”. No obstante, ya han movido una primera ficha abriendo “expedientes de disciplina urbanística”.
Los vecinos no están satisfechos con la respuesta del Consistorio, pues entienden que la delimitación es posible a pesar de la ausencia de vallado, ya que el Catastro recoge los datos necesarios. No obstante, la Alcaldía de la capital no es la única que puede plantear un remedio a la “desfachatez” con la que cualquiera se deshace de sus residuos en el vertedero. “Gran parte del terreno afectado es propiedad privada, pero parte del suelo pertenece al Canal de Isabel Segunda (gestionado por la Comunidad de Madrid) y a Adif”, señalan desde Unión de Fuencarral.
