Tal día como hoy en 1951 se incorporaron a Madrid los términos municipales de Fuencarral, Vicálvaro y Aravaca. Unos meses antes lo había hecho El Pardo y ya sólo quedaba Villaverde para completar las trece anexiones en seis años que terminaron de configurar la ciudad tal y como la conocemos ahora.
Madrid es una ciudad inmensa. A parte de ser la más poblada de España con más de 3 millones de habitantes, la extensión actual de la capital asciende a 605 kilómetros cuadrados pero no siempre fue así. El salto a la gran ciudad que es hoy se produjo apenas unos años después de la Guerra Civil, cuando el Gobierno franquista decidió que la villa tenía que ser más grande.
Los motivos siempre han sido leyendas urbanas y nunca han terminado de confirmarse: se decía que la ampliación se debía al aluvión de inmigrantes de aquellos años, a que como capital de la España liderada por Franco no podía tener menos habitantes que Barcelona e, incluso, también se manejó la idea de que el dictador decidió esto porque sus nietos "tenían que nacer en Madrid", por lo que El Pardo debía anexionarse a la urbe.
Sean cuales fueren las causas, lo importante fueron las consecuencias del salto cualitativo y cuantitativo que dio Madrid. En apenas seis años, entre el 1948 y el 1954, la ciudad multiplicó su superficie por nueve y aumentó su población en más de 300.000 habitantes.
Primero fueron Carabanchel y Chamartín en 1948, dos después llegaron Barajas, Canillas, Canillejas, Hortaleza y Vallecas y el 20 de octubre de 1951 les siguieron Aravaca, El Pardo, Fuencarral y Vicálvaro. Finalmente, Villaverde se unió tres años más tarde, completando así el 'Gran Madrid'.