Uno de los accesos a Getafe, localidad nacida como alto en el camino de Madrid a Toledo, se realiza desde la A-4. En dirección hacia Andalucía, el conductor que se desee internarse en el municipio debe dejar a un lado el emblemático Cerro de los Ángeles para, antes de llegar al casco urbano, recorrer un conglomerado de polígonos, algunos tan señeros como el de San Marcos, motor de la economía local durante décadas engrasado por las necesidades de la Base Aérea. Todo ese espacio industrializado que ha dado de comer a miles de madrileños y que ha contribuido a crear identidad local mantiene el pulso gracias a la sólida presencia de grandes compañías internacionales, pero el mapa presenta agujeros.
La crisis económica (y, antes, de la industria y del consumo tradicionales) ha dejado grandes parcelas derruidas, convertidas en auténticas escombreras entre las que tan pronto se celebran 'raves' como sirven de refugio para personas sin hogar o se convierten en islas del tesoro de chatarreros y buscadores de cobre. Aunque están alejados de los núcleos de población, nadie niega que los muros a medio derruir y las montoneras de material de construcción representan un peligro, además de una fea carta de presentación.
La situación no es nueva. El cierre de esas empresas -una fábrica de radiadores, un cocedero de mariscos, la rotativa de un semanario de tirada nacional- se produjo hace años. Sin embargo, la condición privada de esos solares ha abonado el abandonado de la situación. Hoy, la prensa local denomina la zona como 'el Sarajevo de Getafe'.
Los polígonos de San Marcos y Los Ángeles en 2001 - Google Earth
El pleno del Ayuntamiento acordó recientemente revertir la situación, pero sólo en la parcela ubicada entre la M-406 y la calle de las Hilanderas, la mayor y que más evidencia esta dejadez que da cobijo a toneladas de basura. La propuesta, impulsada por el PP, salió adelante de forma unánime. Los edificios donde hace años se desarrollaron actividades industriales se encuentran ahora en ruinas", señala la edil popular Paz Álvarez. "Se tiene que actuar con urgencia porque se pueden derrumbar en cualquier momento y provocar una desgracia.