Ángel Garrido, presidente en funciones de la Comunidad de Madrid tras la dimisión ayer de Cristina Cifuentes, ha celebrado este jueves un Consejo de Gobierno extraordinario. Acompañado de sus siete consejeros (cariacontecidos) y en el patio central de la Real Casa de Correos de Sol (reservado para grandes ocasiones) ha pedido a la dirección nacional del PP, encabezada por Mariano Rajoy, que escoja ya un candidato. "Es una decisión única y exclusiva de ellos", ha insistido ante la prensa.
Garrido, que ha confesado que mantiene un contacto "permanente" con el 'número tres' del partido, Fernando Martínez-Maíllo, ha evitado postularse como candidato, pese a que su nombre cope las quinielas del entorno de Cifuentes, en el que se proclama que no hay alternativa posible en la bancada popular a un año de las elecciones. "Yo soy un disciplinado militante. La decisión que tomen ellos la harán por el bien del partido y la acataré", ha despachado.
El presidente en funciones ha recordado que la celebración del nuevo Pleno de investidura podrá postergarse hasta el 30 de mayo, si bien ha emplazado a Génova a tomar las riendas con más premura. "Espero y prefiero que sea antes -ha confesado-. Esto debe durar el menor tiempo posible".
Mensaje a Ciudadanos
Entretanto, el dirigente ha lanzado mensajes a Ciudadanos (Cs) para amarrar su apoyo en esa votación frente al confirmado candidato socialista y apuntalar un desenlace cómodo a esta chusca versión de la 'vía murciana'. Así, ha afirmado que la intención del Ejecutivo popular es mantener como hoja de ruta su programa electoral y el pacto de investidura firmado por la expresidenta con Ignacio Aguado en 2015 el tiempo que las siglas populares sigan al frente de Sol.
Durante su extensa comparecencia, Garrido -que ha atendido a todos los medios de comunicación- ha dejado prácticamente en manos de Rajoy la continuidad de Cifuentes al frente del PP madrileño, a cuyo mando llegó hace solo un año tras meses comandando su Gestora y sepultando la cuestionada herencia 'aguirrista'. "La gran ventaja que tienen el PP es que el proyecto no es algo que dependa de una sola persona", ha destacado.
De este modo, el ex 'número dos' de Cifuentes se ha reafirmado en la continuidad de las consignas más características de su valedora, con referencias a Madrid como "motor económico" del país o a la manida y hoy, quizás, más resonante que nunca, "tolerancia cero con la corrupción". "Todo eso seguirá en pie", ha destacado el también secretario general de la formación tras lamentar el escabroso ocaso político de la expresidenta. "Este fuego puede ser muchas cosas, 'amigo', de ninguna de las maneras", ha denunciado sobre la posibilidad de que la filtración del vídeo del hurto que ha apuntillado a Cifuentes proceda de sus propias filas.
A la espera del escaño
Aunque sea nominalmente, lo cierto es que Cifuentes retiene a día de hoy el poder en el partido y no ha renunciado a su escaño en la Asamblea. Este hecho le permitiría mantener una conexión con un grupo de diputados difícil, confeccionado con rémoras 'aguirristas' que le ha sido fiel en los momentos más destacados pese a sonadas disidencias, eternas bajas médicas y difíciles equilibrios.
Ejemplo de ello ha sido el rebelde David Pérez, el alcalde de Alcorcón fuertemente contestado al que Cifuentes se ha visto obligada a respaldar en público para no arriesgarse a perder la escuálida mayoría del bloque de centroderecha que ha sostenido su Gobierno. En otros casos, como con el también díscolo Luis Peral o el investigado Daniel Ortiz, no le hizo falta más que esperar a la suerte.
Sin embargo, nadie es capaz de prever si la exprersidenta querrá seguir expuesta a la luz pública de la Cámara regional. Y menos, si debe asumir el bochorno de buscar un hueco en la bancada del grupo popular distinto al de la primera fila que venía ocupando por razón de su cargo. Un escarnio que ni la propia Esperanza Aguirre quiso para sí en el hemiciclo de Cibeles.
Más allá de estas incógnitas, Garrido ha aprovechado para reconocer ante los medios que Cifuentes lo está pasando "mal" y que a él no le gusta "ni personal ni profesionalmente" haber 'ascendido' a lomos de la polémica. Por eso, ha aplaudido el "trabajo, impulso, dedicación y entrega" de la expresidenta, valores, ha dicho, de los que su equipo se sigue sintiendo "orgulloso y deudor".