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Estatua y plaza de Vazquez de Mella.
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Estatua y plaza de Vazquez de Mella. (Foto: Kike Rincón)

Campaña homófoba para evitar que Vázquez de Mella pierda su plaza

Por Enrique Villalba
miércoles 01 de julio de 2015, 07:52h
Una campaña en la plataforma digital Change.org pretende evitar que el Ayuntamiento de Madrid decida definitivamente cambiar el nombre de la plaza de Juan Vázquez de Mella por la del exconcejal socialista fallecido Pedro Zerolo. La campaña plantea que no se sustituya una por otra, al considerar que el barrio de Chueca "se ha entregado a los aberrosexualistas por el Partido Popular".

Según la presentación de la campaña, que cuenta actualmente con más de 600 firmas de apoyo, el político tradicionalista carlista, periodista y filósofo Juan Vázquez de Mella fue un personaje universalmente respetado en su tiempo al que le están dedicadas calles y plazas en poblaciones de España e Hispanoamérica. Mientras, se refiere a Zerolo como un diputado socialista cuyo "único mérito" es "su pública defensa de la perversión". Para concluir, considera la propuesta que esta decisión "solo traería desprestigio y burla, afrenta y división".

La campaña responde a la iniciativa digital, también desarrollada en Change.org, de darle el nombre de Pedro Zerolo a la plaza de Vázquez de Mella. En estos momentos cuenta con más de 82.000 apoyos. Primero el PSOE y luego Ahora Madrid se hicieron eco de esta propuesta. Así, este jueves, a instancias de los socialistas, la portavoz del Gobierno municipal, Rita Maestre, anunció que se está barajando renombrar un espacio del barrio de Justicia en honor a Pedro Zerolo. A consultas de Madridiario, no se descarta el caso de renombrar Vázquez de Mella.

Más allá de la campaña, la causa de Vázquez de Mella tiene pocos adeptos. Y es que, según fuentes del Ayuntamiento de Cangas de Onís, municipio de origen de este asturiano, el filósofo murió sin descendencia. Sus posesiones, heredadas en su mayor parte de sus tíos, tras ser reclamadas por un nieto de su ama de llaves, acabaron en manos del Consistorio cangués, la Iglesia y la Universidad de Oviedo. El Ayuntamiento recibió el palacete en que residía, que resultó muy afectado en la Guerra Civil y fue derruido (en su lugar se construyó la Delegación de Hacienda en el pueblo). Los eclesiásticos inmatricularon una iglesia propiedad de la familia. Por último, su extensa biblioteca fue cedida a la Universidad ovetense. Madridiario se ha puesto en contacto con estas tres instituciones para saber si alguna va a reclamar a modo de herederos legítimos la causa del filósofo pero, o no van a hacer declaraciones al respecto o se han mantenido en silencio ante la consulta de este periódico digital. Un portavoz de Comunión Tradicionalista Carlista argumentó a este diario que, independientemente del debate sobre el espacio a Zerolo, sería triste la desaparición de Vázquez de Mella del callejero madrileño, concretando que se trató de "un brillante intelectual, un fundador del regionalismo moderno y un precedente del autonomismo, frente al estado centralista de principios del siglo XX".

Según 'Topografía madrileña. Proceso evolutivo', de Luis Miguel Aparisi, y el 'Diccionario Enciclopédico de Madrid', de María Isabel Gea, la plaza de Vázquez de Mella se construyó entre la costanilla de los Capuchinos y la calle de San Bartolomé, en 1848. En ese lugar se erigió en el siglo XVII el convento de los Capuchinos de la Paciencia de Cristo Nuestro Señor, a instancias de Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV. La construcción se realizó a raíz del supuesto maltrato de una imagen de Cristo que realizaron unos judíos que vivían en la calle de las Infantas, que, por esta causa, fueron ejecutadas por herejía por la Inquisición. Tras la edificación del inmueble, los Capuchinos se encargaron de la gestión del inmueble y de la conservación de las cenizas de la imagen del Cristo, del que se hizo una réplica. El convento fue derribado en 1837, a causa de la desamortización de Mendizábal. En su lugar se construyeron dos edificios de viviendas y una plaza, a la que se le dio el nombre de Bilbao, en honor a la liberación de la ciudad vasca en la primera guerra carlista por parte de los liberales en diciembre de 1836. En la esquina de la plaza con la calle de San Bartolomé residió Mesonero Romanos. En 1931, para evitar repeticiones en el callejero, el Gobierno republicano decidió renombrarla como plaza de Manuel Ruiz Zorrilla, en honor al dirigente republicano del siglo XIX. Durante la Guerra Civil, fue conocida popularmente como la plaza del 'guá' porque todos los obuses que disparaban desde el cerro de Garabitas pasaban por encima del edificio de la Telefónica caían en dicha plaza. Tras la contienda, se barajaron varios nombres para la misma, como la plaza de Onésimo Redondo (el político fascista conocido como 'caudillo de Castilla') o de los Capuchinos de la Paciencia. En abril de 1940 se le restituyó el nombre de plaza de Bilbao. Finalmente, el 3 de febrero de 1944 el Gobierno franquista la renombró definitivamente con el nombre de Juan Vázquez de Mella.
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