“No sé cómo será parir, pero esto seguro que se le parece”. Estas palabras, dichas por una de las miembros del equipo negociador de Ciudadanos, definen a la perfección la jornada de este viernes, en la que el PP y Ciudadanos han acordado -por fin- gobernar en coalición la ciudad de Madrid.
Tras más de ocho horas de negociación, ambos partidos han decidido que sea el candidato popular, José Luis Martínez-Almeida, el que lidere un Ejecutivo en el que Begoña Villacís tendrá un gran protagonismo como vicealcaldesa y que, además, será casi paritario: de las nueve áreas de Gobierno, cuatro -Vicealcaldía, Economía y Empleo, Desarrollo Sostenible e Igualdad- serán para los naranjas y cinco -Hacienda, Seguridad y Emergencias, Cultura, Medio Ambiente y Movilidad y Obras-, para los azules.
En cuanto a distritos, la igualdad casi se mantiene: el PP se quedará con Centro, Arganzuela, Salamanca, Chamartín, Tetuán, Chamberí, Fuencarral-El Pardo, Moncloa-Aravaca, Carabanchel, Usera, Puente de Vallecas, Moratalaz y Ciudadanos, con Retiro, Latina, Ciudad Lineal, Hortaleza, Villaverde, Villa de Vallecas, Vicálvaro, San Blas-Canillejas y Barajas.
“Ha sido un día largo, pero hemos llegado a un acuerdo para poner Madrid en marcha”, ha declarado el alcaldable, que ha bajado en el ascensor junto a su socia -ambos muy sonrientes- antes de firmar un documento de 80 puntos que serán “obligatorios”.
“[Ese documento] Es una hoja de ruta, son puntos que nos comprometen”, ha remachado Villacís, que ha insistido además en que el pacto se ha firmado solo con el PP y que en el Gobierno habrá, únicamente, miembros de los dos partidos. Esto es un mensaje directo a las expectativas de Vox, que ha dejado claro por activa y por pasiva que su intención es tocar poder, ya sea en forma de concejalía o de dirección general.
Con todo, cabe recordar que el documento puede quedar en papel mojado si los votos ‘verdes’ no van hacia Almeida. Y con esa presión juegan. Preguntados por esto, ni Almeida ni Villacís han asegurado tener el apoyo de Javier Ortega-Smith pero el primero sí ha explicitado que se han intercambiado documentos programáticos y que hay “conversaciones continuas”.