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Pío García Escudero, Pedro Rollán, Pablo Casado y Paloma Adrados en la primera fila de los actos por el Dos de Mayo.
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Pío García Escudero, Pedro Rollán, Pablo Casado y Paloma Adrados en la primera fila de los actos por el Dos de Mayo. (Foto: Chema Barroso)

Una fiesta electoral con Garrido y VOX como centro de la polémica

Por MDO
jueves 02 de mayo de 2019, 13:41h
La celebración del Dos de Mayo en la Comunidad de Madrid ha transcurrido de manera festiva, pero también ha habido tiempo para la reivindicaciones políticas. Unas, en forma de ausencia, como la de Isa Serra (Unidas Podemos) que eludió la posible foto con Carmena y Errejón (Más Madrid). Otras, en forma de gestos, como el que tuvo Casado con Garrido al no saludarle. Y las terceras, dando comienzo a la campaña del 26-M posicionándose en el centro o "en la derecha radical", imponiendo vetos o lanzando propuestas.

Una fiesta electoral. En eso se convirtió la celebración del Dos de Mayo en la sede del Gobierno autonómico. La Real Casa de Correos se llenó de personalidades del mundo de la economía, las organizaciones sociales y, sobre todo, de políticos preparados para la batalla del 26 de mayo.

Entre el desfile militar que conmemora el levantamiento contra las tropas napoleónicas de 1808, la entrega de Medallas de la Comunidad y las copas de vino con Denominación de Origen de Madrid que sirvieron al finalizar los actos oficiales, los líderes de todas las formaciones aprovecharon para intentar arañar votos de cara a los comicios autonómicos y municipales. La presencia de Vox y la del expresidente Ángel Garrido ya como militante de Ciudadanos revolucionaron el patio de la Puerta del Sol.

Para empezar, curiosa fue la distribución de asientos asignados durante la entrega de Medallas de la Comunidad. Por un lado, Garrido tuvo que sentarse al lado de Esperanza Aguirre, que dijo haberse sorprendido por su cambio de partido. "Pero cada uno es libre de hacer lo que le parece", le respetó la expresidenta, que llevaba en la solapa, precisamente, la Medalla de Oro de la Comunidad.

Aguirre charla con Garrido y da un tirón de orejas a Casado

Fiel a su fama de polemista, Aguirre confesó un secreto de partido: "Parece ser que el señor Garrido quería ir al Senado y no a las listas europeas por una cuestión familiar", dijo, dejando ver que la dirección nacional ni siquiera le había concedido ese deseo. Aun así, sus pullas no iban dirigas a quien fuera su pupilo, Pablo Casado, sino a Mariano Rajoy, a quien culpó de haber puesto la semilla de las fugas de militantes en 2008, cuando en un mitin espetó: "Si alguien quiere irse al partido liberal o al conservador, que se vaya". "Algunos recordarán que lo dijo por mí", siguió Aguirre recordando su mala relación con el exjefe del Ejecutivo central, a quien había acusado previamente de ser socialdemócrata. "Yo no me fui pero otros le han hecho caso y se han ido", zanjó la lideresa.

No obstante, Aguirre también dio un tirón de orejas a Pablo Casado, pero no por la pérdida de votos el 28 de abril, sino por cometer el "error" de atizar a Vox. "Ha querido dar una patada a Abascal en mi trasero", lamentó, en referencia las palabras del nuevo líder del PP, el martes, en el Comité Ejecutivo, cuando arremetió contra el presidente de la formación de ultraderecha. Culpando a la "fragmentación" del voto de la debacle de las elecciones generales, Casado insistió en que Santiago Abascal "le debe mucho al PP" ya que ha estado "cobrando de fundaciones, chiringuitos y mamandurrias hasta antes de ayer". Es decir, de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social de la Comunidad de Madrid que presidió Abascal por orden de Aguirre hasta su disolución, en 2013.

Tampoco Abascal se libró del tirón de orejas de su maestra por tildar al PP de "derechita cobarde". "Esos calificativos hirientes no conducen a nada a estas alturas del curso", dijo para apaciguar los ánimos entre ambas formaciones. "Que se acabe ya este lanzamiento de pullitas entre unos y otros que las discrepancias no son tan importantes como la libertad, la propiedad y la defensa de España", les recomendó a ambos. Pero no logró el objetivo.

Casado, que llegó a la Puerta del Sol sobre las 11 de la mañana, acompañado por su designada candidata a la Comunidad de Madrid -en detrimento de Garrido-, insistió en su recién estrenado rumbo de vuelta al centro. "Solo hay un centro derecha, moderado, centrista y reformista que es el PP y así lo dicen sus Estatutos desde hace 30 años", mitineó ante los micrófonos de la prensa. Para él, ni Vox ni Ciudadanos forman parte de ese espacio político. "Hay partidos que han alentado el transfuguismo [Cs] y otros que se han situado en la radicalidad [Podemos y Vox]", sentenció para insistir en que "es falso que haya tres derechas en España".

Visiblemente enfadado, el presidente del PP evitó hablar con Ignacio Aguado pese a estar a su lado durante el desfile. Tampoco se acercó a los miembros de Vox. Pero especialmente beligerante fue con Garrido, a quien no saludó. Su excusa fue que no le vio, pero lo cierto es que sí besó y charló a todos los que estaban alrededor del expresidente: Aguirre o el cardenal Ossorio, entre otros. Poco antes del momento del día, había insinuado que el exnúmero cuatro de la lista del PP al Parlamento Europeo no se merecía su respeto. "El transfuguismo nunca ha sido algo que respetara la sociedad española", incidió en su desprecio Casado, que también arremetió contra el partido de Albert Rivera, Ignacio Aguado y Begoña Villacís: "Alentar que miembros de otros partidos se pasen en mitad de campaña al tuyo da buena medida de la regeneración falsa que ha intentado enarbolar Cs", zanjó.

El sustituto de Garrido, en cambio, fue más amable con quien sigue siendo su "amigo" personal. Pedro Rollán eludió hablar de la situación en su discurso oficial de la entrega de Medallas y, solo cuando fue cuestionado por la prensa, repitió que no comparte su decisión pero la respeta. Además, al actual presidente no le tembló el pulso a la hora de hacerse una de las fotos más esperadas de la mañana: saludó a su exjefe hasta en dos ocasiones, como mínimo.

Como Rollán, el candidato popular al Ayuntamiento de Madrid, también hizo autocrítica y se marcó como objetivo "reconectar" con los votantes perdidos. "Estoy convencido de que la infinita mayoría de los votantes de Vox no son de ultraderecha", dijo José Luis Martínez Almeida pidiéndoles el voto "con toda la humildad". Del mismo modo, apeló a los 70.000 electores del PP que se han ido a Cs. "Me comprometo a darles nuevos motivos para volver a votar al PP porque no puede ser que, siendo nosotros más, gobierne la izquierda", insistió.

Ayuso, recibida al grito de "presidenta"

Su homóloga en la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también hizo autocrítica al reconocer que hay "desencantados" con el PP que se han ido a otras formaciones. Quizá por ello, el veto de la candidata popular a la Asamblea a Vox ha sido más leve. "Me gustaría gobernar sin tener que pactar pero siempre entendiéndome con otros partidos. No podemos permitir darnos codazos y no aprender la lección de las elecciones generales", dejó caer. Con esas palabras dejó claro que, aunque haya postulados de Vox que no le gustan como "acabar con el Estado de las Autonomías, llevar el Orgullo a Casa de Campo o el debate de las armas", sí está dispuesta a llegar a acuerdos con ellos.

En el cóctel se encontraba buena parte del equipo PP que acompaña a Ayuso en las listas a la Asamblea y, ante lo poco esperanzador que se presenta su futuro si se tienen en cuenta los resultados de las generales, quisieron mostrarle su apoyo. Mientras se hacían fotos de grupo y tomaban un vino con denominación de origen de Madrid, Isabel Díaz Ayuso fue recibida hasta en un par de ocasiones al grito de "presidenta, presidenta".

Respuesta de Cs

En el otro lado de la ecuación, el líder de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid no dudó en responder a las acusaciones de Casado. "Miren, el centro ya está ocupado por un partido que es Ciudadanos. Si el PP está dispuesto a apoyarnos en la Comunidad y en los Ayuntamientos, bienvenidos", espetó Ignacio Aguado presumiendo del sorpasso dado en la región en las elecciones generales. Además, añadió, "no son creíbles: Hace cinco días estaban ofreciendo ministerios a Vox", recordó. En la misma línea se mostró también el propio Garrido, que consideró que el nuego giro de su antiguo partido es solo "una operación cosmética".

Más amable con la formación ultra fue su compañera, Begoña Villacís, que abogó por "presentar el mejor programa para Madrid" en las elecciones municipales y se mostró dispuesta a recibir "el apoyo de todos" los que quieran aceptar un proyecto "sensato". "Incluidos Vox y PSOE", apostilló, desmarcándose también del veto que su partido le ha puesto a Ángel Gabilondo en la Comunidad.

Los líderes del PSOE, en cambio, acudieron a la fiesta de la Comunidad, con la tranquilidad que le ofrecieron los resultados del 28-A, a hablar de su libro. Así, Gabilondo -que estuvo separado de Aguado solo por una silla- aplaudió a su jefe, Pedro Sánchez, por invitar a todos los líderes a la Moncloa para negociar su investidura. "Eso es lo que hay que hacer cuando se trabaja como es debido. Ahora es el momento de los acuerdos", valoró. Y, tomándole como ejemplo, el candidato socialista a la Presidencia del Ejecutivo autonómico dijo estar dispuesto a "hablar con todos" pero "negociar solo con los que están dentro de la Constitución y las leyes". Ello excluiría a Vox, pero no al resto de fuerzas de la izquierda. "He venido a construir, no a hacer porciones", zanjó.

Por su parte, Pepu Hernández confía en que los resultados del 26-M sean similares a los del pasado domingo. "EL PSOE continuará en un camino para encontrar soluciones e ideas y, si es posible, vencer otra vez en Madrid", recordó. Y, aunque se mostró "preocupado" por la irrupción de Vox en las instituciones, se mostró convencido de que "Madrid es una ciudad abierta, generosa y solidaria" que no querrá "que se revivan determinados fantasmas".

Del mismo modo, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha aceptado la entrada del partido de Santiago Abascal en las instituciones madrileñas de forma natural. "La democracia nunca puede tener miedo a la disidencia dentro de la democracia", sentenció. "En la democracia cabe todo siempre que se respete", apostilló tras saludar a los candidatos de Vox al Ayuntamiento y la Comunidad, Rocío Monasterio y Javier Ortega Smith, respectivamente. "Ahora vamos a tener unas elecciones, que es ese elemento tan importante de la organización social. Vivimos un momento de transformación y hay cambios que son buenos porque indican la necesidad que tenemos de estar constantemente vigilando la democracia, cuidándola y haciéndola mejor", zanjó.

Errejón repasa la legislatura y recuerda la corrupción

El otro líder de su nueva formación, Más Madrid, por su parte, aprovechó la ocasión para arremeter contra el PP la sede de su propio Gobierno, que él aspira a encabezar tras el 26-M. Así, Íñigo Errejón comparó a la Real Casa de Correos con el 13 Rue del Percebe: "Desde hace unos años el día 2 de mayo se ha convertido en el día de la marmota. No sabemos qué presidente o expresidente se presentará, y hoy han decidido que la madrina política de todos ellas, Esperanza Aguirre, es quien le representa", aclaró.

Tras recordar los casos de corrupción de la última legislatura, la dimisión de Cristina Cifuentes por "un máster falso" o los hacinamientos en el Metro y la desigualdad de oportunidades, él se mostró como una opción para ponerle fin a todo ello. Pese a haber estado sentado al lado de Rocío Monasterio, Errejón siguió presumiendo del resultado del 28-A -al que Más Madrid no se presentó, pero sí Podemos-: "Una inmensa mayoría de demócratas y progresistas votaron a favor de que España no retroceda. Nos hemos librado de una seria amenaza y hemos defendido que no queremos ir hacia atrás", se felicitó. "Ahora hay que dar un paso más y votar en positivo: que Manuela siga siendo alcaldesa y que conformemos un Gobierno progresista y decente de Más Madrid", concluyó.

El exnúmero dos de Podemos se ha felicitado por los resultados de las elecciones generales en las que "una inmensa mayoría de demócratas y progresistas votaron a favor de que España no retroceda".

La gran ausente

Si Aguirre dijo estar dispuesta a sentarse hasta "con Pablo Iglesias", si fuera necesario, no parece que los miembros de Unidas Podemos estén dispuestos a hacer lo propio con las derechas ni con quienes hasta ahora habían sido sus compañeros de partido. La candidata de Unidas Podemos, Isa Serra, declinó la invitación de la Comunidad de Madrid, por lo que, en esta ocasión no hubo foto ni con Vox, ni tampoco con su hermana, Clara Serra, número dos de Errejón en Más Madrid.

Sí acudió el rival de Carmena que lidera la candidatura Madrid en Pie Municipalista, conformada por díscolos de la alcaldesa venidos de IU, Anticapitalistas y la Bancada Municipalista. Carlos Sánchez Mato se posicionó como "la izquierda real". Ya que Podemos no se presenta en el Ayuntamiento, Sánchez Mato apeló a sus votantes a apoyar su candidatura. El exdelegado de Hacienda de la capital definió la "realidad" de la ciudad como una división entre "una derecha con tres cabezas" y un socialismo dividido en "PSOE y Más Madrid" y "una izquierda real que representa Madrid En Pie Municipalista".

Los representantes de Vox no se pierden la cita que Isa Serra rechaza

Quienes tampoco quisieron perderse la cita fueron los representantes de Vox. Ellos acudieron a Sol con especial entusiasmo y se convirtieron en el otro centro de atención, pese a los intentos de Rollán por centrar el protagonismo de la velada en los medallistas y, sobre todo, en "todos los madrileños".

Ortega Smith, cual photocall de famosos, se hizo fotos con todos los militares que habían participado en el desfile y que así se lo pidieron durante la celebración del cóctel. No tuvo problema en saludar a Sánchez Mato, pero no quiso salir, en cambio, cerca de Casado ni de Garrido, a los que evitó durante el acto oficial en el patio pasando desapercibido por detrás de sus sillas.

El candidato de la formación ultra al Ayuntamiento sí atendió a los periodistas pese a las reticencias de su partido con respecto a la atención mediática durante la campaña de las generales. Frente a los micrófonos, coincidió con el discurso del presidente, al poner a los héroes del Dos de Mayo como "ejemplo de la defensa de la libertad, la unidad de la nación y la lucha contra los enemigos de la nación española". En 1808, los "enemigos" procedían de "fuera", pero Ortega Smith considera que ahora están "dentro" de España. Por ello, dijo, quiso lanzar "un mensaje de esperanza" a los votantes: "Igual que el pueblo de Madrid fue el pueblo que encendió la espita de la libertad, la reconquista, la recuperación de las libertades, Madrid seguirá encabezando esa reconquista por la unidad".

Haciendo gala de su mensaje de "unidad" no quiso opinar sobre el giro del PP al centro y la nueva campaña de Casado, centrada en arremeter contra Cs y Vox. "Otros que sigan con sus divisiones y enfrentamientos. Nostros queremos la unidad de los españoles. Las batallas de otros partidos se las dejamos a ellos", zanjó.

En la misma línea se mostró también Rocío Monasterio, que se posicionó como "un papel fundamental" para defender "la libertad" desde la Comunidad de Madrid. Es más, la candidata de Vox a la Comunidad aseguró que, una vez formen parte de la Asamblea -o el Ejecutivo-, "Vox será el frente a esa izquierda que ha hecho sufrir a los venezolanos", concluyó.

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