Tal día como hoy en 1963, la Real Iglesia de San Francisco el Grande, fue nombrada basílica por el Papa Juan XXIII que recibió las preces de honrar este templo. El templo, construido por orden de Carlos III, cuenta con la cúpula más grande de España y en su interior aguarda una amplia colección de obras pictóricas del barroco español e italiano con obras de Zurbarán, Alonso Cano, Francisco Ribalta o Vicente Carducho.
Conserva la
cúpula más grande de España y la cuarta de Europa; ha sido iglesia, hospital, polvorín, almacén de objetos religiosos, panteón nacional y museo mientras el convento era utilizado como cuartel y prisión militar. San Francisco el Grande fue de todo menos basílica hasta el
2 de febrero de 1963, día en el que, el mayor templo construido por orden de Carlos III, recibió la
consagración como basílica por parte del Papa Juan XXIII mediante el breve "Gloria Matriti".
La iglesia es lo único que se conserva de un convento franciscano madrileño que, según la leyenda, fue
fundado por el propio san Francisco de Asís a comienzos del siglo XIII, durante su estancia en Madrid en su proceso de peregrinación hacia Santiago de Compostela. Cuenta con una cúpula de 33 metros de diámetro, una planta centralizada, una fachada clásica en piedra y una decoración interior en la que participaron los mejores artistas del XVIII y XIX.
Durante la Guerra Civil Española, fue
depósito de obras de arte, y mobiliario del cercano Palacio Real. Terminada la contienda, al no ser catedral, pero ser del gusto de los nuevos dirigentes, fue declarada Basílica de Jefatura de Estado, siendo usada por Francisco Franco para los actos religiosos de carácter oficial.
Nicho artísticoMármoles, bronces, frescos, pinturas, esculturas, mosaicos y azulejos. La basílica de San Francisco el Grande no deja un espacio sin decorar en este templo de patrimonio real. Sus paredes guardan
algunos de los tesoros pictóricos del barroco español e italiano con obras de Zurbarán, Alonso Cano, Francisco Ribalta, Vicente Carducho, entre otros.
En su interior permanecen
doce majestuosas esculturas de los doce apóstoles que rodean toda la base de la cúpula. Además, en el ábside yacen cuatro enormes
esculturas en madera policromada de los cuatro evangelistas y los 26 asientos de la sillería renacentista procedente del monasterio segoviano de Santa María del Parral. En los muros de este espacio, junto a otros pintores del siglo XVIII, cuelgan
cuadros de Goya y de Zurbarán.