Enrique del Olmo vuelve a aparecer en unas primarias del PSOE-M. La última vez que lo hizo, hace tres años, no logró los avales suficientes. Quizás por eso, entre sus ideas para convertirse en secretario general está la defunción de ese mecanismo y su sustitución por votaciones abiertas a la ciudadanía. Sin apoyo orgánico, Del Olmo debate desde el principio con otros candidatos para encontrar un acomodo a sus ideas. Son, hasta ahora, las más directas de todas: gobernar Madrid con Manuela Carmena, plantear otra moción de censura a Cristina Cifuentes y hacer presión contra la ley Montoro. Una izquierda rescatada por el 'sanchismo' 2.0, en el fondo, anterior al propio Pedro Sánchez.
Enrique del Olmo (Madrid, 1952) votó a Pedro Sánchez en las primarias de mayo. Pero el 'sanchismo' que se ha instalado en Ferraz no le ha ungido a él para derribar a la infiel Sara Hernández y hacerse con la Secretaría General del PSOE-M.
Él es, paradójicamente, el candidato 'crítico', una etiqueta que le ha acompañado desde que empezara a liderar la plataforma Gana Madrid. Bajo ese paraguas intentó hacerse con el cartel socialista a la Alcaldía de Madrid en lugar de Antonio Miguel Carmona. Sin éxito. Cayó derrotado antes de rozar las urnas, sin conseguir los avales necesarios. Ahora, su rival no está en esta lucha y mantiene su candidatura mientras aboga por acabar con ese mecanismo de control del aparato, dice. Junto a su propuesta de primarias abiertas a la sociedad (a la francesa), lanza públicas proclamas para hacer "astillas" el modelo de partido de la "mesa camilla" en el que deciden unos pocos.
Modesto Sanders
Así convocó públicamente a la militancia en la inscripción de su candidatura la pasada semana. En ella salió a relucir su pátina alternativa izquierdista, a lo Bernie Sanders -salvando las atlánticas distancias-. Compareció solo, con la camisa medio abierta y durante una hora pedida en el trabajo -es alto administrativo en unas dependencias del Ayuntamiento de la capital-. Lo contrario que unos minutos antes había hecho José Manuel Franco, el favorito del 'sanchismo', que llegó escoltado por cuadros fieles.
Su lema: hacer "astillas" el PSOE de la "mesa camilla".
Este ex secretario general del combativo Getafe de la Transición mantiene tres ideas nucleares de su proyecto adelantadas por Madridiario: trabajar para derogar la ley Montoro sobre financiación municipal, relanzar la moción de censura contra el gobierno de Cristina Cifuentes y convocar un referendo en la capital para plantear la entrada al equipo de Manuela Carmena.
Su acercamiento a Podemos -que, en algún caso, ha sido en sentido contrario- rima con los postulados del 'sanchismo' 2.0 que recuperó Ferraz tras una dramática travesía en el desierto. Sin embargo, Del Olmo es más sanchista que Sánchez, previo al de Pozuelo. Protosanchista, podría decirse.
Reverdecer el cambio
Su perfil bebe en una izquierda clásica, obrera, aunque flexible, que prefiere los proyectos a las personas y apuesta por "reverdecer" el cambio político apuntado en el último ciclo electoral. Él mismo ha mantenido conversaciones con todos sus rivales. Con Juan Lobato, por ejemplo, se intercambió visitas- para encontrar acomodo.
Ha pasado por varios partidos de izquierdas, del PST a IU.
Posee una larga trayectoria política. Dejó el PSOE cuando a las puertas de los 80 Felipe González decidió dejar el marxismo. Fundó y dirigió el Partido Socialista de los Trabajadores, referente de la izquierda alternativa pero extraparlamentaria que terminó siendo sustrato de Izquierda Unida. Su recorrido por este espectro concluyó con su regreso al PSOE hace unas dos décadas.
Ahora, el paso adelante en Madrid, aparentemente poco respaldado desde las alturas, le confiere a Del Olmo una gran notoriedad ante la militancia. No hay que olvidar que fueron las corrientes más izquierdistas las únicas familias clásicas que arroparon a Sánchez en su resurgimiento. En ellas se apoyó orgánicamente en su campaña para propulsar su mensaje de renovación. El mismo que Del Olmo, dice, posee radicalmente.