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José Manuel Franco presentó su candidatura en la agrupación de Chamartín.
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José Manuel Franco presentó su candidatura en la agrupación de Chamartín. (Foto: Diego Sanchez Otero)

Franco, el 'sanchista' cortés que quiere dinamitar la trinchera

Por Javier García Martín
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jgarciamadridiarioes/7/7/19
martes 05 de septiembre de 2017, 07:43h
José Manuel Franco parece el hombre llamado a dirigir el PSOE-M. El portavoz adjunto en la Asamblea conoce a fondo las cañerías del partido y tiene todo a favor para conseguir la Secretaría General en el proceso de primarias que comienza oficialmente este martes. El que fuera coordinador de campaña de Pedro Sánchez en Madrid cuenta con el apoyo implícito de Ferraz. Y mucho más. Lucense de nacimiento, este funcionario del Ministerio de Defensa ha conseguido aplacar cualquier intento por plantear una alternativa desde el 'pedrismo' tirando de talante y estrategia. La mayor parte del 'susanismo' le deja paso y los cuadros que apostaron por Patxi López han abandonado a Sara Hernández para situarse detrás de él. Su mayor reto: convencer de que, a sus 60 años, es el alma renovadora que necesita un partido hasta arriba de 'ismos'.

José Manuel Franco (Puebla de Brollón, Lugo, 1957) está a punto de cumplir 60 años. Lleva en la Asamblea de Madrid tres legislaturas más una, la del 'tamayazo'. Con esos argumentos -el de la edad y el de la experiencia, que bien son el mismo aquí-, es sorprendente que la suya sea una candidatura de renovación en las primarias para la Secretaría General del PSOE-M.

Pero esa es la idea de la que parte su proyecto. Para empezar, Franco aspira a trasladar el 'efecto Sánchez' a la campaña que comienza este martes, un efecto que supuso un golpe de la militancia sobre la mesa de Ferraz y apuntilló la traumática pelea entre líderes librada a golpe de bayoneta.

Coordinador de Sánchez y amigo de Carmona

Licenciado en Derecho, conoce las reglas del partido. El actual portavoz adjunto en el Parlamento de Vallecas fue coordinador de la última campaña 'pedrista' en la región y sabe que presentarse ante la militancia con un relato funciona. Al de Pozuelo le valió el del líder destronado que regresaba en olor de multitud y él estira ese chicle. El primer acto como precandidato se lo dedicó a los simpatizantes y logró cortar la calle de su agrupación, la de Chamartín. Sin embargo, no es Sánchez. Le falta carisma para generar ilusiones y, más que volver, está de vuelta.

Por eso, su primera herramienta para alzarse como favorito para el triunfo, además del impulso no reconocido pero latente del aparato, no es la afición, sino su voluntarioso talante. De formas comedidas, sonrisa cortés y coqueto con la prensa es a la vez todo un fontanero con décadas de carné que sabe bucear en las cañerías del socialismo.

Su candidatura reúne a barones enfrentados en las últimas primarias

De hecho, conoce desde hace años las cuitas entre las distintas familias del siempre fratricida PSOE-M. Ha sido portavoz parlamentario de varias áreas y presidente de comisión y, desde 2015, ejerce el liderazgo político de los diputados. Siempre, a la sombra de Ángel Gabilondo, el intocable referente moral en el que se envuelve una y otra vez.

Esta posición le permite tender mejores puentes con todos que sus cinco rivales entre sí. Por ejemplo, es amigo del 'tomasista' edil madrileño Antonio Miguel Carmona y presentó sus avales en las primarias para las municipales capitalinas de hace dos años. Cuenta con el apoyo tácito de otros 'susanistas' y de todos los alcaldes que se colocaron detrás de Patxi López, que creen en su poder integrador y reconocen que es su turno. A excepción, claro, de Sara Hernández, a quien no deja de lanzar invitaciones públicas para que le apoye. Por si fuera poco, pese a no despertar el entusiasmo de las plataformas 'sanchistas' nacidas tras el escandaloso Comité Federal de hace once meses, ha cortado el paso a otros fieles al secretario general.

Candidato sin 'ismos'

La suya es la 'operación pacto', la manera pragmática de superar las fronteras del 'pedrismo' sin renunciar a sus (vagos) elementos básicos: feminismo, izquierda, transparencia, participación. No por azar, 'Tiempo de sumar' es el lema elegido para su campaña. Restando sabe que es imposible alcanzar la codiciada mayoría absoluta que le evitaría una segunda vuelta y un posible frente anti-Franco.

Funcionario de Defensa, es todo un fontanero con décadas de carné.

Funcionario de carrera en el Ministerio de Defensa, relevó a Tomás Gómez como portavoz de la Asamblea durante los tres meses que mediaron desde el envío al paredón del exregidor de Parla a las urnas de mayo. Apoyó, como todo su partido, el pacto de investidura de Sánchez con Ciudadanos hace un año, pero ya entonces reconocida recelos internos y ahora saluda con la izquierda al Podemos de Iñigo Errejón.

Su 'sanchismo' práctico baja el tono y entierra la trinchera apostando por la disolución de los 'ismos' en su persona ('susanismo', 'patxismo', 'tomasismo'). Desde su equipo aseguran que Franco no puede tener más familia que el socialismo. El 'franquismo', bromean, sería extraordinariamente difícil de vender en unas primarias.

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