Los usos más reconocidos del gas natural están relacionados con el agua caliente, la calefacción y la cocina. Sin embargo, en los últimos tiempos, se han descubierto nuevas aplicaciones sobre el uso de esta interesante alternativa ecológica. Mover vehículos, autobuses, trenes o incluso barcos utilizando el gas natural en su forma comprimida (gas almacenado a una presión de 200 bares en el depósito del vehículo) o líquida (un sistema que triplica la autonomía del vehículo, en torno a 1.000 kilómetros) es una de las opciones más eficientes de movilidad a nivel medioambiental, económico y acústico eliminando los problemas provenientes del petróleo.
El gas natural vehicular es una alternativa real, ya que reduce en más de un 85 por ciento las emisiones de óxidos de nitrógeno y en casi el cien por cien las partículas en suspensión, principales contaminantes que afectan a la salud humana. A nivel global, hasta en un 25 por ciento las emisiones de CO2, principal gas de efecto invernadero.
Unas ventajas medioambientales que se complementan con la reducción de la contaminación acústica con un 50 por ciento menos de emisión sonora y vibraciones que los motores diesel. Además, el gas natural es un combustible muy competitivo también desde el punto de vista económico, si se compara con el gasóleo y la gasolina, con unos ahorros que oscilan entre el 25 y 50 por ciento. El coste por kilómetro de un vehículo a gas es un 30 por ciento menos que con gasóleo y un 50 por ciento menor que el de gasolina. Con 20 euros en el depósito de un coche de gasolina, el recorrido sería de unos 275 kilómetros; con uno de gasóleo unos 375 kilómetros y con uno que utilice gas natural permitiría recorrer 555 kilómetros, más de doble que con gasolina. Es por tanto, una alternativa muy eficaz para reducir el coste económico. Y además, según la Asociación Española de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), las reservas probadas de gas natural convencional y no convencional alcanzan los 250 años, por lo que se garantiza su disponibilidad a largo plazo.
Por otro lado, los principales fabricantes automovilísticos ya disponen de modelos a gas natural y motores bi-fuel que pueden funcionar de manera alternativa con gas natural y gasolina. En la actualidad, hay unos 5.500 coches en España que funcionan con este combustible. En este contexto, Gas Natural Fenosa tiene un acuerdo de colacoración con Seat para el desarrollo e impulso de la movilidad sostenible a gas natural. La marca española cuenta con cuatro modelos que pueden funcionar con gasolina y gas natural comprimido sin verse modificados ni su potencia ni su rendimiento y que cuentan con dos depósitos.
Gas Natural Fenosa acredita más de 20 años de experiencia ofreciendo soluciones de movilidad sostenible a través del uso del gas natural como combustible de automoción y es la empresa española líder en servicios de movilidad a gas, ofreciendo un servicio integrado que incluye el diseño, implementación y operación de estaciones de gas natural.
En el ámbito terrestre, España dispone en la actualidad de 43 estaciones públicas (25 de Gas Natural Fenosa), 19 de las cuales operan Gas Natural Licuado (GNL) y 26 suministran Gas Natural Comprimido (GNC). En los próximos años se prevé un crecimiento importante de vehículos domésticos particulares que funcionen con gas natural. Entre las estaciones madrileñas destaca la del barrio de Sanchinarro, la mayor de Europa, que sirve a 400 autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y que también dispone de una estación externa para suministro de vehículos ajenos a la EMT con cinco surtidores, y de acceso independiente desde la calle. Una iiciativa que ha supuesto un ahorro económico para la EMT del 30 por ciento respecto a la utilización del gasóleo.