La patronal aseguró que "es excesiva en sus objetivos y acelerada en sus plazos". En un comunicado consideró que la transición hacia una movilidad de bajas emisiones ha de ser "ordenada, justa y rentable". Por otro lado, la patronal de concesionarios Faconauto teme que la intención del Gobierno retraiga aún más las matriculaciones en España, que en lo que va de noviembre han caído un 22 por ciento.
Sin embargo, esta propuesta del Gobierno es similar a la del Reino Unido, que ha anunciado que prohibirá la venta de coches diésel y gasolina en 2040 y que en el año 2050 ya no podrán circular. Francia también ha anunciado que prohibirá la venta de coches de combustión en 2040. Dinamarca, Irlanda, Alemania y Holanda pretenden lograrlo antes, en 2030, y Noruega en 2025.
El responsable de automoción de CCOO, Joaquín Ferreira, pidió al Gobierno que no sea un "inquisidor ecológico" contra el automóvil, y que evite poner fechas a la desaparición de los motores de combustión tradicional.
El Gobierno quiere poner fin definitivamente al uso de combustibles fósiles que generan emisiones de gases invernadero, para lo que ha planeado que cuando entre en vigor la ley ya no se otorgarán nuevas autorizaciones para realizar actividades de explotación, permisos de investigación ni concesiones de explotación de hidrocarburos. La ley irá acompañada de una "Estrategia de transición justa" para paliar los efectos sobre los territorios y los trabajadores.