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Museo de coches antiguos en los Apartosuites Jardines de Sabatini
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Museo de coches antiguos en los Apartosuites Jardines de Sabatini (Foto: Lara Menéndez)

Un paseo entre coches históricos con vistas al Palacio Real

viernes 16 de junio de 2017, 08:19h

Quienes pasan por la puerta del Apartahotel Jardines de Sabatini no piensan, ni por asombro, que los sótanos puedan albergar una colección de vehículos antiguos y clásicos. En este espacio, al que se llega como si se tratase de un viaje en el tiempo, podemos encontrar reliquias históricas como el Packard de 1938, Hispano-Suiza de 1923 y una Vespa con sidecar.

En pleno centro de Madrid, los Apartosuites Jardines de Sabatini, albergan una de las terrazas más espectaculares desde donde se puede disfrutar de una de las mejores vistas del Palacio Real y sus jardines. Un punto de encuentro muy frecuentado con la llegada de las altas temperaturas. Pero lo que muchos no saben es que este pequeño hotel guarda en los sótanos del edificio uno de los secretos mejor guardados. Lo que en su día fue uno de los primeros concesionarios Seat de Madrid, en la actualidad alberga una treintena de vechículos de tiempos pasados que se mantienen en perfecto estado y que pueden visitar exclusivamente los clientes del alojamiento hotelero, aunque en algunas ocasiones celebran jornada de puertas abiertas.

"Es como un viaje en el tiempo", explica Charo García, directora de los apartahoteles y propietaria, junto a su hermana, de la colección de coches antiguos. Bajamos con ella a través de un montacargas decorado como si se tratase de una máquina del tiempo. Cuando sus puertas se abren, parece que hemos viajado a épocas pasadas, en las de el coche era un artículo de lujo y no un utilitario, como ocurre en la actualidad. Las primeras joyas históricas que nos encontramos están acompañadas de fotos de los años 50 y 60, de los coches de la hemeroteca del periódico ABC y de distintos objetos como surtidores de gasolina de bombeo o latas de aceite, que hoy en día, muchos las consideran un auténtico artículo de vintage.

La trastienda de esta colección comienza gracias al padre de Charo, aficionado a los coches antiguos y clásicos. "En los años 70, una persona entregó a mi padre un Fort T, de 1923, como parte del pago de un coche nuevo. A partir de ahí comienza su afición", recuerda. Una afición que mantienen viva Charo y su hermana, también amantes del motor y aficionadas a los vehículos clásicos y antiguos, con los que llevan conviviendo desde que eran pequeñas. Viajes por toda la geografía española en muchos de los coches expuestos, forman parte del recuerdo de estas mujeres. "Todavía me acuerdo de las siestas que nos hemos echado en el interior de algunos de estos vehículos", cuenta echando la vista atrás.

"Lo mejor es conducir estos vehículos porque no todos funcionan de la misma manera", asegura. El coche más antiguo, el Fort T de 1915, uno de los primeros en serie que se realizaron de la época -se fabricaron más de 15 millones de unidades- arrancaba con manivela y en frío. "No es nada eléctrico, incluso sus luces de posición son farolillos de petróleo", detalla. Charo explica que conducir este vehículo no es fácil porque se "carbura a oído y hay que llevarlo más revolucionado", pero aunque es complicado su manejo, reconoce que es "muy divertido, mecánica en estado puro".

En este paseo automovilístico también encontraremos la pieza más valiosa, un Hispano-Suiza de 1923, el coche de luxe español, de capital español e ingeniero suizo, usado por la aristocracia del primer tercio del siglo XX. -una marca española más cotizada de coches de la que el rey Alfonso XIIIl legó a ser accionista-. Un Citroën 11 ligero conocido como Pato, un Rolls Royce de 'Hemingway', un Isseta -conocido como 'huevo' y un Packard de 1938, que cuenta con dos estribos, a los que se subían los gánsteres, mientras otro conducía, para disparar como si se tratase de una película al estilo Al Capone. Y de historias cinematográficas también sabe mucho Charo. Algunos de sus vehículos, incluidas motos, han sido alquilados para rodajes de cine. Un Fort T de 1923 fue utilizado en 'La voz dormida', el Cadillac de 1946 apareció en la serie y película sobre Lola Flores y la Vespa con sidecar, que tiene sus minutos de gloria en 'Amanece que no es poco' son algunas de las incursiones en el cine que han disfrutado estos vehículos.

Una visita que se convierte en una auténtica experiencia llena de curiosidades: como los vehículos que tenían como intermitente una palanca lateral exterior que había que accionar manualmente para señalizar los giros o el aire acondicionado, que consistía simplemente en levantar parte de la luna delantera. Detalles que hoy en día parecen impensables pero que en su momento, marcaron tendencia.

Adentrarse en esta colección privada se convierte en una experiencia sensorial y también sentimental. "No solo es hablar de cilindradas y motores, es algo más", asegura la directora del hotel. Y es que entre los clientes que descienden en la 'máquina del tiempo' hacia este universo automovilístico de tiempos pasados, algunos se dejan llevar por los recuerdos de algunos coches que marcaron una época. Uno de ellos fue el Biscúter, más conocido como el Zapatilla, el primer microcoche español del que se hicieron unas 10.500 unidades. Sin marcha atrás y con un motor de moto, era aparcado moviéndolo a pulso. El testimonio de un hombre, que localizó en un desguace el coche del que su padre se había desprendido en los años 50, es otra de las historias que recuerda Charo y que le conmueven de manera especial. "Su padre conservaba la llave del coche y por suerte, no habían cambiado la llave de encendido. Era el regalo de cumpleaños. Cuando introdujo la llave y encendió el coche, no daba crédito". Historias personales que vuelven a ser recordadas por algunos clientes en las rutas guiadas que Charo y su hermana disfrutan tanto como los visitantes.

Viaje en el tiempo - Travel back in time @ Apartosuite Jardines de Sabatini from Charo García on Vimeo.

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