gasóleo

El gas natural se está posicionando desde hace años como una de las mejores alternativas al gasóleo, como combustible para el transporte urbano e interurbano. Ahorro en el consumo de carburante y una reducción drástica de las emisiones más perjudiciales son algunas de las ventajas más sostenibles. La Comisión Europea ha establecido dos objetivos para la movilidad urbana: eliminar gradualmente los coches diésel de las ciudades de aquí a 2050 y realizar una transición hacia una logística urbana de emisiones cero en los principales centros urbanos hasta 2030.

Los gasóleos se contaminan por la presencia de microorganismos como pueden ser bacterias, mohos y levaduras, que alteran las propiedades del combustible provocando un mayor desgaste del motor, peor arranque en frío, peor combustión, retardo en la ignición y un aumento de las emisiones de CO2.