El proyecto de construcción de la línea de Cercanías entre Móstoles y Navalcarnero, que la empresa OHL se adjudicó en 2007 y que está paralizado, ha sido declarado en concurso voluntario de acreedores por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid.
El concurso se registra después de que hace más de un año la constructora que preside Juan Villar-Mir pidiera la resolución del contrato de construcción y posterior explotación de la línea, por considerar que la Comunidad de Madrid había incumplido sus obligaciones contractuales.
En la actualidad OHL pide al gobierno regional una indemnización de 369 millones de euros por las inversiones realizadas en el proyecto, al mismo tiempo que asegura haber invertido 238 millones de euros en la obra. Desde la constructora también aseguran haber planteado en diversas ocasiones soluciones alternativas a la Comunidad de Madrid que harían “social y económicamente viable el proyecto”.
Entre las soluciones propuestas, se encuentra una que evitaría el trasbordo en Móstoles de viajeros procedentes de Atocha o la de eliminar las vías en superficie que dividen el municipio de Móstoles. Hace un mes la constructora solicitó el amparo concursal para el proyecto, dada la situación de insolvencia y después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid rechazara suspender cautelarmente la sanción de 34 millones de euros que le impuso la Consejería de Transportes regional en febrero.
La línea de Cercanías entre Móstoles y Navalcarnero, adjudicado en 2007 a OHL para su construcción y explotación, se suma así al amplio listado de infraestructuras públicas que también han quebrado, véase ocho autopistas de peaje, el túnel del AVE entre España y Francia o los distintos aeropuertos repartidos por la geografía española.