David Lucas, alcalde de Móstoles, reclama en una carta a la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras y a la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, una reunión para acabar con el bloqueo a la construcción del Cercanías a Navalcarnero, paralizada desde 2010.
En su misiva, que salió del Ayuntamiento este mismo viernes, el regidor pide "explicaciones" a la Consejería una vez acabado el "tiempo de cortesía" dado a Cifuentes en la reunión que ambos mantuvieron el pasado mes de septiembre, poco después de llegar los dos al poder, para volver a poner en marcha esta polémica infraestructura.
El documento reclama una reunión tras varias peticiones realizadas durante los últimos meses por email y teléfono, según el Ayuntamiento, que no han obtenido respuesta.
Lucas quiere redoblar así la presión sobre la Comunidad, a la que considera en última instancia la responsable del curso de las obras, para que el tramo ya realizado de la conexión con Navalcarnero no se quede como una vía muerta. Según recuerdan fuentes municipales, los túneles de Móstoles "están hechos" y la maquinaria "se encuentra sobre el terreno", fruto de una gran inversión ejecutada por la constructora OHL, a la que a Cifuentes le corresponde ahora "exigir".
El Ministerio de Fomento y la Comunidad de Madrid adjudicaron estos trabajos en octubre de 2007. Cinco meses más tarde, la entonces presidenta regional, Esperanza Aguirre, y el antecesor a Lucas, Esteban Parro, pusieron la primera piedra de cuantas debían venir detrás hasta la culminación del proyecto 28 meses después. El plan original incluía siete estaciones -cuatro de ellas soterradas- que se recorrerían en unos quince minutos. Los trenes circularían incluso a 140 kilómetros por hora y tras 362 millones de euros, las dos localidades junto a Arroyomolinos tendrían a su disposición un trazado de 14,6 kilómetros.
Sin embargo, en enero de 2010, OHL abandonó la iniciativa con menos de la mitad del dinero gastado, "alrededor de unos 150 millones de euros", según cifra el Consistorio. El pasado mes de junio, Lucas denunció que la constructora había taponado las salidas de los túneles.
Desavenencia judicial
Fuentes de la Consejería recuerdan ahora que la decisión de OHL fue "unilateral" y que mantienen el contacto con los municipios afectados al tiempo que defienden que ya han instado a la constructora que finalice la obra, una posición que no ha variado. Por su parte, el alcalde de Navalcarnero, José Luis Adell, socialista como Lucas, ha reiterado su interés en que no se entierre el proyecto.
Las desavenencias entre la administración madrileña y la multinacional española han sido públicas durante las últimas semanas y todo apunta a que la situación no va a cambiar. La Comunidad pide a OHL una penalización de 34 millones de euros. La constructora ya ha recurrido la multa porque es ella la que se considera la perjudicada.
Según reveló hace unas semanas, OHL pidió la resolución del contrato ya en 2010 al no contar con la financiación prometida por el Ejecutivo (50 millones) y tras la caída en desgracia de los planes de expansión urbanística de Navalcarnero, menguados por la crisis del ladrillo. Esto último desinfló definitivamente los ánimos del grupo al creer que no habría tantos viajeros como se preveía en un principio. Sin una solución creativa, y tras reiterar esa rescisión, OHL considera ahora que es la Comunidad la que debe compensar su esfuerzo con 369,5 millones de euros, una cifra hecha pública en enero en la que se incluye el coste de la inversión más daños y perjuicios.