En la ciudad de Madrid existen actualmente más de 6.700 terrazas: en torno a 1.500 son nuevas, de ellas 883 ocupan plazas de aparcamiento y otras 2.000 han ampliado su superficie. El Ayuntamiento aún no ha decidido qué hacer con estas terrazas. Por ahora, la única fecha importante a tener en cuenta es el 31 de diciembre, día en que finalizan todas las licencias para las terrazas Covid. Pero esta fecha y lo que implica podrían variar en función de lo que se decida y se concluya en el “proyecto piloto” que el Consistorio está preparando en el distrito de Retiro y que servirá para la nueva ordenanza de terrazas.
Según fuentes del área de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana (Ciudadanos), este proyecto analizará las zonas tensionadas, que definen como “aquellas con una alta ocupación del espacio por terrazas u otros elementos que pueden generar molestias de diversa índole”. En concreto, el informe que se está confeccionando analiza dos variables: las zonas tensionadas en bandas de estacionamiento y el incremento porcentual de terrazas en las aceras.
Desde el Ayuntamiento reconocen que los distritos más afectados son Retiro, Chamberí, Tetuán, Chamartín, Arganzuela y Salamanca. Añaden que “se está estudiando la posibilidad de que en algunas calles puedan permanecer terrazas y en otras no”. Sin embargo, quieren ser prudentes ya que “todo está sujeto a estudio y negociación”.

El hartazgo de los vecinos
Desde hace semanas es habitual ver en las esquinas de los principales bulevares de Retiro a grupos de personas con carpetas y formularios en la mano tratando de conseguir firmas para solucionar lo que entienden como un gran problema: el número de terrazas. De hecho, el pasado 28 de septiembre la Junta Municipal del distrito decidió no conceder nuevas licencias debido al significativo número de quejas vecinales en determinadas calles del distrito: los bulevares de las calles Alcalde Sainz de Baranda e Ibiza, la calle Narváez y la avenida de Menéndez Pelayo.
La Asociación de Vecinos Retiro Norte cuenta con unos 80 miembros activos que han hecho de las terrazas su cruzada. Desde la pasada primavera vienen protagonizando protestas, manifestaciones y muchas visitas a la Junta Municipal con el objetivo de eliminar las terrazas concedidas durante la pandemia. “A lo mejor los que molestamos somos nosotros pero yo quiero vivir aquí”, asegura una vecina que no quiere dar su nombre y que desde hace poco ha decidido actuar para cambiar lo que considera injusto.
Los problemas de los vecinos se pueden resumir en tres: el nivel de ruido, la suciedad y el aparcamiento perdido. “Hemos intentado subir la tele, poner música alta y, por supuesto, cerrar las ventanas pero todo es inútil”, dice otra vecina al explicar cómo ella y su familia pasan las noches de los jueves, viernes y sábados. El equilibrio entre la hostelería y los que viven en el barrio se ha roto, aseguran estos vecinos que quieren dejar claro que no están en contra de la hostelería sino de lo que consideran un exceso de terrazas. Entienden que la medida excepcional que consistió en permitir a los hosteleros usar nuevos espacios quitándoselos a las plazas de aparcamiento y a las aceras debe tener un fin.

La patronal y los hosteleros
Desde Hostelería Madrid, la patronal del sector, entienden que si se eliminan las terrazas covid se reducirá la oferta de ocio seguro, además de que traería graves perjuicios económicos para el negocio. Según su director general, Juan José Blardony, la covivencia en el distrito de Retiro “ha sido buena” aunque reconoce que en las calles tensionadas “habrá que buscar soluciones con medidas específicas” para los problemas del ruido y del uso del espacio.
Por ahora, el Ayuntamiento no les ha llamado para participar en el “proyecto piloto” pero esperan que lo haga. Se muestran receptivos ante los problemas que puedan generar las terrazas y proponen usar sonómetros, toldos o sombrillas 'fonoabsorbentes'. Según Blardony, “en la solución tenemos que implicarnos todos los ciudadanos”.
Dejando a un lado la patronal, en los bares y restaurantes del barrio el relato se amplía. “Yo he llegado a un acuerdo con los vecinos”, relata Adrián, dueño del restaurante Salino, que aboga por un equilibrio a la vez que reconoce que “entendería” que se eliminaran las terrazas Covid. Otros como Ana, dueña de un gran local en la avenida de Menéndez Pelayo, rechazan la idea de que se retiren las terrazas Covid y ante la reivindicación del aparcamiento perdido propone que “las zonas azules se conviertan en verdes”.

Dos partidos, dos formas de ver el problema
En este punto es imposible obviar que en el seno del gobierno municipal existen dos formas de plantear la permanencia de las terrazas. Por un lado, la vicealcaldesa Begoña Villacís de Ciudadanos y por otro, Jose Luis Martínez Almeida del Partido Popular. Para Villacís, las terrazas Covid han supuesto uno de sus mayores logros de gestión durante la pandemia y tanto ella como sus delegados abogan por encontrar una fórmula que permita la convivencia vecinal con las mesas y sillas en el espacio público. Para Martinez Almeida, la situación excepcional va llegando a su fin y en múltiples ocasiones se ha mostrado a favor de eliminar las terrazas Covid a partir del uno de enero de 2022.
Fuentes cercanas al Partido Popular aseguran que ahora mismo son las áreas gestionadas por Ciudadanos las que se están encargando del problema y de la futura ordenanza de terrazas, dando así una tregua política a este asunto. De esta forma, la partitura la está escribiendo Ciudadanos y, en este sentido, ya han avanzado algunas posibles medidas.
Por ahora, son dos: que las 883 terrazas ocupando zonas de aparcamiento se mantengan hasta 2024 -siempre que no se encuentren en zonas saturadas- y que todas las terrazas Covid cierren a las doce de la noche. Ambas medidas, según fuentes del área que dirige Silvia Saavedra (Ciudadanos), están ahora mismo contempladas para la futura ordenanza que pretenden aprobar en el pleno de diciembre aunque, aseguran, todo se encuentra “en estudio” porque el compromiso es encontrar un equilibrio entre la hostelería y los vecinos.