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El presidente de la Asamblea, Juan Trinidad, decidió no proponer a Ángel Gabilondo a la investidura pese a las peticiones de las tres izquierdas para que lo hiciera.
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El presidente de la Asamblea, Juan Trinidad, decidió no proponer a Ángel Gabilondo a la investidura pese a las peticiones de las tres izquierdas para que lo hiciera. (Foto: Chema Barroso)

Un vacío en el Reglamento de la Asamblea alienta las teorías de la conspiración

miércoles 03 de julio de 2019, 07:41h

La decisión de Juan Trinidad de no presentar un candidato a la investidura no ha tardado en levantar ampollas en algunos grupos parlamentarios. El presidente de la Asamblea fechó el pleno en cuestión para el 10 de julio sin dar la oportunidad de hacerse con la Presidencia de la Comunidad de Madrid a ninguno de los aspirantes a lograrlo. Ni Isabel Díaz Ayuso ni Ángel Gabilondo podrán intentarlo. Al menos, de momento. Pero esa situación podría cambiar antes de lo esperado, puesto que el Reglamento de la Cámara tiene una especie de vacío legal que ha provocado ya algunas teorías de la conspiración.

Si la independencia de la máxima autoridad de la Institución ya había sido cuestionada por las izquierdas durante la ronda de contactos que Trinidad mantuvo con los grupos parlamentarios, tras alargar aun más el proceso de formación de Gobierno, las críticas se han endurecido. El presidente de la Mesa aceptó, con su decisión, la petición de su jefe, Ignacio Aguado (Trinidad es diputado de Ciudadanos), que le solicitó "más tiempo" para negociar con su pacto con el PP. Y lo hizo, según las voces críticas, haciendo un uso "partidista" de la normativa que regula el Parlamento.

El artículo 182 de la misma regula la potestad del presidente para decidir convocar un pleno sin candidato -y, por tanto, una investidura fallida- si considera, tras la ronda de contactos con todos los partidos, que ninguno de ellos tiene apoyos suficientes para lograr superar con éxito dicho trámite. "En el supuesto de que, tras la consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación en la Cámara, la Presidencia de la Asamblea no pudiera proponer al Pleno un Diputado como candidato a la Presidencia de la Comunidad, aquella fijará la fecha para la celebración de la sesión de investidura", reza el documento.

Y continúa: "En dicha sesión, si la referida situación continuara, se dará cuenta al Pleno de la imposibilidad de proponer un candidato, a los efectos de lo dispuesto en el artículo 18 del Estatuto de Autonomía, abriéndose un turno de intervención de diez minutos por Grupo Parlamentario para explicar su posición". Y ahí está la trampa. La frase "si la referida situación [es decir, que ningún partido tenga apoyos suficientes para que su candidato sea investido presidente] continuara" es la que ha abierto la puerta a que, de aquí al 10 de julio, Trinidad pueda cambiar de opinión y proponer a Ayuso -lo más probable- o a Gabilondo a la investidura.

(Foto: Chema Barroso)

Así lo reconocen fuentes parlamentarias, que admiten que lo logrado por Trinidad es "ganar tiempo" para reformular el orden del día del pleno en cuestión y cambiar la investidura fallida por una sesión con candidato. De ser así, el diputado o diputada en cuestión tendrá tiempo ilimitado para exponer su programa de Gobierno. Al día siguiente (al menos, 18 horas después como mínimo), el resto de grupos parlamentarios podrán intervenir durante 30 minutos y el candidato propuesto responderá, individualmente o de forma global, sin limitación de tiempo. Las réplicas serán de 15 minutos por grupo con la contraréplica del candidato por tiempo ilimitado. Será dicha persona quien cierre el debate y se proceda a la votación.

Tras el intercambio de pareceres, el presidente de la Asamblea suspenderá la sesión y fijará una hora para comenzar la votación. En la primera, el candidato deberá obtener la mayoría absoluta de la Cámara (67 diputados) para convertirse en presidente o presidenta del Ejecutivo autonómico. Si no lo logra, 48 horas después se procederá a una nueva votación -se puede volver a debatir durante 10 minutos (el candidato) y 5 (los grupos de la oposición) y otros 10 (el candidato, de nuevo, respondiendo a todos de forma colectiva- en la que será suficiente una mayoría simple (más síes que noes) para superar el proceso.

A día de hoy, ningún candidato se encuentra en condiciones de lograr ninguna de las dos opciones. Por un lado, Gabilondo ha recibido el 'no' de todas las derechas que, juntas, suman 68 diputados. Por tanto, salvo que 3 o 4 diputados de PP, Ciudadanos o Vox voten a favor o se abstengan -respectivamente- en una segunda votación, nunca obtendrá más síes que no para lograr la investidura. Por el otro, Ayuso solo cuenta con los síes de su propio grupo popular (30 escaños), ya que Ciudadanos y Vox siguen sin llegar a un entendimiento que promueva el necesario -pero difícil- acuerdo a tres bandas.

Por eso mismo, la candidata popular apremió tanto a Rocío Monasterio como a Ignacio Aguado a dejar sus vetos mutuos a un lado y darle el 'sí' a su propuesta que, dijo, aglutina los intereses del triunvirato. Tras la decisión de Trinidad, parecía que tendría que seguir intentándolo durante parte del verano (la fecha límite para celebrar un pleno de investidura con éxito era el 11 de septiembre o, de lo contrario, se convocaría de inmediato la repetición de elecciones), pero el vacío legal del Reglamento deja una posibilidad a las derechas de apurar los plazos y llegar juntos al 10 de julio. Para PP y Cs -Vox no se ha pronunciado este martes al respecto- la decisión de Trinidad es totalmente legal y les da, al menos, un leve respiro más. Para el PSOE, es "legal pero ilógica", igual que para Más Madrid. Para Podemos, en cambio, se trata de una "estafa" y así lo han expresado en sus redes sociales.

A falta de conocer las versiones oficiales de todas las formaciones, la Mesa de la Asamblea -donde las derechas tienen una mayoría aplastante y solo el PSOE representa a las izquierdas- se reúne este miércoles para determinar los detalles de la convocatoria del 10 de julio. Ya el jueves, la Junta de Portavoces negociará el orden del día de dicho pleno. Y todo ello podrá ser en balde si, como permite el vacío reglamentario, finalmente se llega a un acuerdo de Gobierno antes de la fecha y termina habiendo un inesperado candidato a la investidura. De momento, todas las teorías de la conspiración, entre las que se incluyen las intenciones de esperar a saber qué ocurre en Murcia (donde Vox ha tumbado el Gobierno del PP en una primera votación) o en el Gobierno nacional (donde Pedro Sánchez se presentará a la investidura el 22 y 23 de julio) siguen abiertas...

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