Lorenzo P.N., un hombre que padece esquizofrenia paranoide, ha reconocido haber asesinado a su padre de 85 años porque creía escuchar una voz que se lo ordenaba, crimen por el que ha aceptado 20 años de internamiento en un centro psiquiátrico.
Durante el juicio, celebrado este lunes en la Sección número 17 de la Audiencia Provincial de Madrid, el acusado ha reconocido los hechos por los que le acusaba el Ministerio Público: haber acabado con la vida de su padre asfixiándole "fuertemente" con el cable del cargador de un teléfono móvil.
"Escuchaba voces, me decían que matara", ha explicado Lorenzo, para acto seguido señalar que en el momento del asesinato llevaba cinco meses sin tomar la medicación estipulada para su enfermedad, que sufre desde el año 2005.
"Lo internaron ese año porque decía que escuchaba voces que le ordenaban descuartizar personas", ha explicado una hermana del acusado, que ha comparecido en calidad de testigo.
El abogado de Lorenzo, en declaraciones a los medios posteriores a la celebración de la vista, ha señalado que ya existe un acuerdo provisional con la Fiscalía para evitar la posible pena de cárcel, sustituyendo dicha condena por 20 años de internamiento en un centro psiquiátrico una vez se pruebe en el juicio la enfermedad mental de Lorenzo.
En su escrito de acusación, la Fiscalía Provincial de Madrid solicitaba diez años de prisión para Lorenzo P.N., pese a que apreciaba que en el delito de asesinato concurría la agravante de parentesco padre-hijo, y señalaba como circunstancia atenuante de semi-inimputabilidad la alteración psíquica del acusado.
De acuerdo con su acusación, el 31 de mayo del año pasado Lorenzo se encontraba en el domicilio de sus progenitores. En un dormitorio se hallaba la madre, que padecía Alzheimer, y en la sala de estar su padre. "Al tratar de obedecer la orden que una voz le daba", se dirigió a la habitación donde se encontraba su padre y rodeó "fuertemente" su cuello con el cable de un cargador de móvil para lograr que falleciera por estrangulamiento.
Relató el fiscal que la víctima era de constitución muy delgada y tenía la salud "seriamente" deteriorada por lo que apenas pudo defenderse. Tras matar a su padre el acusado llamó por teléfono a uno de sus diez hermanos que se personó en el domicilio. Finalmente, este hermano dio aviso a los servicios de emergencia. Poco después agentes del Cuerpo Nacional de Policía procedieron a la detención del acusado