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Cruz Roja: Más de siglo y medio de labor humanitaria
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(Foto: Cruz Roja)

Cruz Roja: Más de siglo y medio de labor humanitaria

Por MDO
sábado 21 de septiembre de 2019, 09:00h

Nueva entrega de la serie de reportajes El Madrid Social: RSC y Fundaciones, extraídos del octavo libro de la serie Foro Madrid Debate.

Fueron las guerras las que motivaron la aparición de la Cruz Roja. Las atrocidades vividas en los sangrientos conflictos europeos de finales del XIX pusieron de manifiesto la necesidad de abrir un nuevo camino a la ayuda que comenzaba a llegar. Ahora, 150 años después, esta organización sin ánimo de lucro está presente en 189 países gracias a la ayuda de sus casi 13 millones de voluntarios.

Son los primeros en llegar en caso de catástrofe y miles de personas se salvan gracias a su intervención. Resulta difícil encontrar a alguien que no conozca el emblema de Cruz Roja, una organización con 150 años de historia que desempeña una labor de protección a las víctimas sin distinciones de raza o clase social.

La visión de unos 40.000 soldados heridos, abandonados a su suerte tras la conocida como batalla de Solferino (Italia), en 1859, fue la mecha que prendió la futura Cruz Roja. Los ojos que miraban eran los de Henry Dunant, horrorizado ante aquella escena que dejó el enfrentamiento entre los ejércitos austriaco, francés y piamontés en el marco de la Segunda Guerra de la Independencia Italiana. Así nació Cruz Roja, concebida con la ‘finalidad de cuidar de los heridos en tiempo de guerra gracias a voluntarios entusiastas y dedicados, perfectamente cualificados para su trabajo’, según escribió Dunant en el libro Recuerdo de Solferino. El nacimiento de este filántropo, considerado el padre de la institución, se conmemora cada 8 de mayo como el Día Internacional de la Cruz Roja.

Voluntarios, socios y otros miembros de la junta directiva hacen posible que Cruz Roja continúe a pie de calle para ofrecer una asistencia íntegra dirigida a aquellas personas que viven en una situación de vulnerabilidad, a las que ofrece bienestar social y calidad de vida. ‘Cada vez más cerca de las personas’ es, quizás, el lema que mejor define la actividad que marca su día a día. En base a esta filosofía, la organización crece también en la Comunidad de Madrid, donde casi 12.500 voluntarios —un 16,2 por ciento más en el último año— y 240.000 socios contribuyen a mantener la eficiente estructura creada en la región. En 2018, Cruz Roja ofreció atención y apoyo a 376.761 personas en Madrid, lo que supone un incremento del 14,1 por ciento con respecto al Ejercicio anterior.

De Solferino a Ginebra

En ese Recuerdo de Solferino, Dunant hacía dos llamamientos: por un lado, que se formaran sociedades de socorro cuyo personal enfermero debía mantenerse preparado para intervenir en tiempos de guerra; y, en segundo lugar, que los voluntarios que se encargasen de asistir a los servicios médicos del ejército fueran reconocidos en virtud de un acuerdo internacional. Estas ideas no tardaron en materializarse en lo que más tarde se llamó el Comité Internacional de la Cruz Roja.

Tras una invitación del Comité Internacional, representantes de 16 países y cuatro instituciones filantrópicas se reunieron en 1863 en una Conferencia Internacional en Ginebra. Este acontecimiento impulsó la fundación de la Cruz Roja como institución. Henry Dunant y los otros miembros del Comité querían, además, que fuese reconocida en el ámbito internacional con la aprobación de un convenio que garantizase la protección de los servicios médicos desempeñados por esta institución en el campo de batalla.

Y así fue. El Gobierno suizo convocó una Conferencia Diplomática, que tuvo lugar en Ginebra en 1864, y en la que se aprobó el primer tratado de Derecho Internacional Humanitario y un marco jurídico que sentó las bases y algunos de los fines de la organización, como la acción de socorro a los heridos y que los vehículos y el personal sanitario deberían ser protegidos en los conflictos bélicos. Desde entonces, su trabajo se ha expandido hasta estar presente hoy en un total de 189 países. Una labor que resulta posible gracias un nutrido tejido de voluntarios que ha conseguido hilarse a lo largo de los años. Miles de personas que ofrecen su ayuda desinteresada para este propósito y son capaces de dar sin pedir nada a cambio.

Otras necesidades

Desde su creación, la organización ha sabido adaptarse a los tiempos y a la realidad de los países en los que trabaja. Por ejemplo, a partir de 1960, y a la vista del incremento de los accidentes de tráfico, la Cruz Roja Española se centró en un proyecto basado en los primeros auxilios en las carreteras españolas. Ya en la década de los 90, la organización evolucionó en los programas internacionales y de cooperación internacional. En 2004, su actuación fue esencial en los atentados del 11-M en Madrid. En medio de la barbarie que sufrió la capital esos días, la ola de solidaridad fue el sentir general entre la población y los voluntarios de esta institución fueron esenciales. Un fuerte operativo movilizó ambulancias, vehículos de transporte y personal. Los puntos de donación de sangre de Cruz Roja se convirtieron en un tránsito masivo de ciudadanos y sus voluntarios atendieron más de 6.000 llamadas de familiares y allegados de las víctimas.

Esto es solo un ejemplo de la labor que desarrolla una organización que se considera no gubernamental porque está adscrita a la Plataforma de Acción Social y, además, está abierta a compartir experiencias con asociaciones como el Consejo de Atención a la Infancia y Adolescencia.

Las personas, el centro de todo

En Cruz Roja, las personas se convierten en el motor que hace funcionar la enorme maquinaria que necesita una organización de estas características. Ellas son la prioridad y sus necesidades se posicionan en el centro de las intervenciones.

La organización presta su apoyo a las familias o individuos más vulnerables, defiende sus derechos y busca soluciones efectivas a sus problemas. En esta línea, el programa ‘Lucha contra la pobreza y la exclusión social’ atendió a cerca de 68.000 personas en la Comunidad de Madrid en 2018.

En total, unas 105.000 personas fueron asistidas en los distintos proyectos de intervención social, como los relacionados con las personas y familias afectadas por la crisis. El objetivo es que puedan superar sus dificultades y facilitarles también encontrar trabajo. Por su parte, las iniciativas centradas en la infancia buscan favorecer la igualdad de oportunidades a través de la eliminación de barreras y de la Educación. Otros ofrecen apoyo a mujeres en dificultad social o situaciones de gran vulnerabilidad, en especial, a las que sufren la violencia de género, y también los hay que miran a los jóvenes para fortalecer su autonomía y desarrollo personal o a las personas mayores, dependientes por su deterioro físico y cognitivo, a las que apoyan para que puedan desarrollar su vida en su propio entorno y domicilio.

Cruz Roja también centra su labor en las necesidades de personas inmigrantes y refugiados para garantizar una atención humanitaria y contribuir a su integración social. También trabaja por las familias en situación de extrema vulnerabilidad o personas con adicciones, entre otros colectivos desfavorecidos.

En la Comunidad de Madrid, la ONG cuenta con 12.500 voluntarios y 240.000 socios

El empleo es otro de los ámbitos clave de intervención de la ONG. Acercar el trabajo a las personas que no consiguen acceder al mercado laboral es uno de sus objetivos primordiales. Los voluntarios se esfuerzan en fomentar el trabajo, el autoempleo y la mejora de la empleabilidad a través de la formación en competencias transversales y técnicas. Todo ello, para apoyar a jóvenes en riesgo de exclusión, a las personas mayores de 45 años paradas de larga duración, a familias con todos sus miembros en paro, a mujeres con especiales dificultades o a inmigrantes.

Dentro de su Plan de Empleo, se atendió a más de 6.600 personas, con un ratio de inserción laboral del 45 por ciento, a través de proyectos de apoyo al autoempleo, asesoramiento, formación y colaboración con distintas entidades.

En el ámbito internacional, la prioridad es trasladar el compromiso solidario a las poblaciones más vulnerables de otros países a través de ayuda humanitaria de emergencia, preparación y mitigación del efecto de los desastres naturales.

Porque hablar de Cruz Roja es también ponernos en la piel de aquellos que han vivido terremotos y huracanes en diferentes partes del mundo. Desde la ONG, la labor humanitaria que prestan en estos casos engloba cifras que hablan por sí solas: 200.000 voluntarios y 1.350.000 socios que, con sus aportaciones, hacen posible el trabajo.

El voluntariado

El número de personas que colabora con Cruz Roja crece cada año y el voluntariado ha evolucionado mucho con el paso del tiempo. La fórmula de aportación elegida cambia según los distintos rangos de edad. Según los datos del Observatorio de la Plataforma de Voluntariado publicados en 2016, el perfil tipo de la persona voluntaria en España es una mujer menor de 24 años, con estudios universitarios, sin cargas de familia y con un nivel económico alto que busca ayudar a los demás de forma desinteresada.

Más del 38 por ciento de los españoles colabora con el sector de las ONG, tanto con su tiempo como con donaciones económicas. En este último caso, la cifra alcanza un índice del 9,3 por ciento, es decir, alrededor de cuatro millones de personas. Y las organizaciones que apuestan por el voluntariado coinciden en que, por lo general, los españoles y las españolas que lo prueban, repiten.

Su trabajo se vuelca en los niños, las mujeres, las personas mayores y los inmigrantes

El preferido en España es el voluntariado social, seguido por el sanitario y el educativo. Las actividades más recurridas son acompañar a personas con algún tipo de necesidad, trabajos a la comunidad, asistencia individual, recogida de alimentos y tareas administrativas.

En Cruz Roja, el voluntariado no ha parado de crecer en los últimos años y los perfiles, tampoco: unas 12.500 personas, entre estudiantes, trabajadores, parados y jubilados, dedican su tiempo libre de manera desinteresada en las 22 asambleas locales que atienden al centenar de municipios de la Comunidad de Madrid. Además, 240.000 socios contribuyen con sus aportaciones al funcionamiento y continuidad de la organización.

La red de voluntariado reconoce el altruismo como uno de los valores más relevantes. Además, la empatía, ponerse en el lugar de los demás, la interacción social y el aprendizaje sobre la experiencia son algunos de los factores que animan a las personas que deciden sumarse a ella.

Barrios y distritos

Los primeros comités locales de Cruz Roja en Madrid fueron los formados por los 800 socios que se organizaron en los distritos de Universidad y Chamberí el 13 de mayo de 1867. A partir de ese momento, se crearon y organizaron otros puntos de atención de la ONG en diferentes distritos de la ciudad para dar servicio y cubrir las necesidades de toda población. Pero no solo Madrid contó con delegaciones, también se extendieron a otras zonas de la región. El primero de estos comités regionales en constituirse fue el de Alcalá de Henares, el 21 de abril de 1874.

La primera memoria de actividad de la que se tiene constancia es la de 1910 y tenía como objetivo dar cuenta de las iniciativas que desarrolló Cruz Roja durante ese año en el distrito de Tetuán de las Victorias.

Durante ese periodo, el Comité Local sufrió una profunda reforma. Tras constituir una nueva Junta Directiva y nombrar nuevo presidente, adquirió la costumbre -que todavía aplican en la actualidad- de publicar una memoria que se enviaba a los socios y a diversos organismos. Además de recoger la contabilidad del comité, inventarios y donaciones -la de mayor cuantía de aquel año ascendió a 125 pesetas y fue realizada por José López, empresario de la Plaza de Toros-, refleja también la relación de las intervenciones sanitarias, asistencias, distribuciones, traslados, extinción de incendios, etc., que se realizaron entonces.

Los miembros de Cruz Roja han sabido adaptarse a los tiempos cambiantes. Cada año abarcan nuevos retos, a medida que la ciudad crece, y se expanden hacia nuevas tareas sociales y sanitarias.

En este contexto, la organización intensifica el apoyo hacia aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Como en el resto de España, Cruz Roja dirige sus actuaciones en Madrid a quienes pasan momentos difíciles: las personas mayores, que necesitan fomentar su autonomía y paliar su soledad, las mujeres afectadas por la desigualdad y la violencia de género o aquellos que encuentran mayores dificultades a la hora de acceder al mercado de trabajo, como los jóvenes con escasa cualificación, los mayores de 45 años o las personas desempleadas de larga duración. Así, en 2017, 6.400 personas participaron en las iniciativas de reinserción laboral del Plan de Empleo de Cruz Roja en la región, de las que unas 1.800 consiguieron un empleo.

En el plano de su acción internacional, la organización desarrolla en Madrid el programa de Acogida e Integración, destinado a quienes llegan a la Comunidad para salvar su vida tras haberse visto empujados a abandonar sus hogares por los conflictos bélicos o la pobreza.

Un programa de actuaciones que demuestra que Cruz Roja es una organización viva y en constante movimiento, que cada año asume nuevos retos sin perder de vista el motor y razón de ser de su existencia: el bienestar de las personas.

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