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Chony de Córdoba, residente en uno de los pisos tutelados de Clece en Torrejón de Ardoz
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Chony de Córdoba, residente en uno de los pisos tutelados de Clece en Torrejón de Ardoz (Foto: Carlota Cascón)

El baile de la vida de Chony

Por Enrique Villalba
miércoles 02 de diciembre de 2015, 07:45h
A Ascensión Alcántara el baile le ha dado la vida varias veces. Esta usuaria de los pisos tutelados de mayores de la Comunidad de Madrid de Torrejón de Ardoz se ha convertido en una estrella del centro, gestionado por la empresa Clece, al impartir con 86 años clases de baile y montar un grupo de danza popular.

Echó los dientes en un escenario. Con solo once años empezó a bailar. Sin academias. Sin profesores. Solo a base de arte, hambre y ganas. Se hizo llamar Chony de Córdoba. Se incorporó pronto a un grupo juvenil llamado 'Los chavalillos de España'. Esquivando a los inspectores, se mantuvo en sus trece hasta los dieciocho años y acabó en un ballet rumbo a Portugal. Viajó por el mundo, de Holanda a Japón, y actuó en España en trío y en dúo, y hasta con Celia Gámez, Lola Flores y Manolo Caracol. "Trabajaba mucho y pagaban bien, sobre todo, en el extranjero", comenta. A los 39, había ahorrado lo necesario para tener un pisito pero lo dejó todo para casarse con un diplomático e ingeniero estadounidense. Hizo amistad con la familia Bush y vendió su apartamento de Madrid para irse a vivir a Marbella.

Pero la vida le dio la espalda cuando murió su esposo de cáncer en 1994. "Me quedé sin un duro. Solo quería morirme", continúa. Por si fuera poco, la enfermedad le afectó también a ella. "Una pelea terrible y constante desde el año 2000 que me ha supuesto seis operaciones que tuve que pagar con mi dinero", agrega. No le quedó más opción que luchar y seguir desplegando su arte, esta vez con la pensión, para subsistir. Tenía su ropa de artista, su experiencia y verdaderos amigos que estuvieron a su lado cuando lo necesitó. Una de ellas le recomendó ir a dar clase a los mayores de distintos centros y funcionó mientras pudo.

En septiembre de 2011 solicitó y consiguió plaza en un centro público regional de pisos tutelados de mayores. Se trata de espacios en los que viven personas mayores de 65 años que pueden valerse por sí mismas, pero no tienen recursos suficientes para pagarse una vivienda. Allí comparten piso y reciben servicio de teleasistencia, a cuenta de la empresa adjudicataria. Además, se controla la convivencia y se organizan actividades socioculturales para crear comunidad y se sientan acompañados.

Chony se hizo pronto un hueco importante. De nuevo, el baile la rescató. Comenzó a enseñar a los usuarios y organizó un grupo de danza popular. "El ingreso en el centro me dio la vida. Me levanto feliz y me da sentido poder estar en contacto con la gente y ayudar a estar alegres a los demás", apostilla. Ahora coordina ese grupo y otro conjunto al que pertenece en Madrid. "Son muy buenos para no haber bailado en su vida delante de público. En las noches en las que no puedo dormir, pienso pasos y números de baile que podemos aplicar en los espectáculos", concluye. Ha vuelto a recuperar su vida a fuerza de ilusión y sabe que le queda mucho por bailar.
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