Florencia, con 83 años, acude cada día al Centro de Día Municipal Fátima, del Ayuntamiento de Madrid y gestionado por Clece. Comenzó a visitarlo tras el confinamiento por Covid. Una de sus hijas decidió apuntarla para "espabilarme un poco", explica. "Vengo todos los días, me encanta. Tanto tiempo encerrada, sin poder salir a la calle ni para tirar la basura. Era por mi bien pero a mí me gusta salir", confiesa.
Florencia se siente con fuerza y ánimo, a pesar de sus "dolorcillos por artrosis y esas cosas de la edad". Cada mañana llega "cantando" al centro para animar a otras "señoras que están más calladas". Con este buen talante, desde que inició los talleres, ha mejorado su movilidad y ha conseguido estimularse a nivel cognitivo.
Los centros de día se convierten en una solución intermedia a una residencia, donde profesionales sociosanitarios trabajan para que las personas mayores con algún tipo de dependencia puedan seguir viviendo en sus domicilios. Con terapias y actividades dirigidas a preservar sus capacidades físicas y cognitivas, consiguen que los usuarios mejoren su calidad de vida, teniendo en cuenta su situación y la patología. El objetivo es mantener la autonomía personal y mejorarla pese a las dificultades de salud. Cada caso es diferente y las terapias se adaptan a cada persona en función de sus necesidades.

Paula Amarilla trabaja como terapeuta ocupacional en el Centro de Día Municipal Fátima de Madrid, gestionado por Clece. Las personas que acuden sufren problemas de movilidad, deterioro cognitivo o enfermedad de alzheimer. En estos espacios, asegura la profesional, se trabaja con las personas mayores en la "rehabilitación y tratamiento preventivo", para conseguir que el deterioro no avance tan rápido. La estimulación es la clave, confirma. También la parte física: "La rehabilitación y el trabajo con los fisioterapeutas es imprescindible". Las actividades físicas en personas con movilidad reducida ayuda a favorecer la autonomía motora, el equilibrio y fortalece músculos y huesos. "Hago gimnasia todos los días", cuenta Florencia, persona usuaria de este centro ubicado en el distrito Puente de Vallecas. Practicar deporte y gimnasia a primera hora de la mañana activa los cuerpos. Los ejercicios cuentan con poleas y lastres, para tonificar la musculatura, y bicicletas para que pedalear mejore la actividad cardiaca. A Eduvigis, otra de las personas que acude a un centro de día municipal, en su caso el de Miguel Delibes, le encanta moverse: "Me apunto a todo lo que me pongan por delante".
"Cuando lo cognitivo se pierde, debemos trabajar con lo sensorial"
La vertiente fisioterapéutica es relevante pero junto a ella, otras terapias contribuyen a reforzar el objetivo que se persigue, el del bienestar completo de las personas usuarias. En el campo de la estimulación cognitiva, los programas son variados. Desde las actividades de orientación a la realidad, talleres de reminiscencia y otros centrados de cocina, que además sirven para celebrar los cumpleaños de los usuarios. "Les encanta porque algunas personas llevan mucho tiempo sin cocinar y recuerdan recetas", cuenta Paula Amarilla.
El centro en el que trabaja cuenta con una sala multisensorial Snoezelen. Un espacio terapéutico adaptado con material preparado para proporcionar experiencias sensoriales a través de estímulos visuales, auditivos, táctiles y olfativos. Diversos elementos con diferentes texturas, colores y olores favorecen los estímulos. Las sesiones se dirigen, explica Cristina Pineda, psicóloga del Centro de Día Municipal Miguel Delibes -también gestionado por Clece- a personas con un grado de deterioro más avanzado: "Cuando nos quedan capacidades sensoriales porque lo cognitivo se va perdiendo, debemos trabajar con los sentidos".

La terapia Montessori, más conocida por su aplicación en la educación infantil, se ha podido comprobar los buenos resultados en el trabajo con personas de avanzada edad para mantener las capacidades cognitivas. A través de diferentes materiales se trabajan las funciones sensoriales, motoras y la autonomía. "Es muy manipulativo con objetos sensoriales, como la madera, pero cuyo fin sea un reto", concreta la profesional.
Los talleres de reminiscencia también forman parte de las terapias. "Les traen muchos recuerdos porque se trabaja la memoria", cuentan las dos trabajadoras. "Este año estamos viendo las décadas a través de canciones y películas de su época. Son momentos que han vivido. Además, estamos aprendiendo mucho de ellos.", relata Paula Amarillo
"Sentirte acompañado, escuchado y realizado"
Cristina Pineda reconoce que lo que se ve más afectado es la memoria a corto plazo. También las habilidades comunicativas y el lenguaje. Por eso, las atenciones deben ser personalizadas y con medios tecnológicos que incrementen la eficacia de las terapias. "Contamos con herramientas tecnológicas como una tablet gigante que ayuda a entrenar a nivel físico y cognitivo", comenta la psicóloga. Una pizarra digital y juegos interactivos, como puzzles, sopas de letras y otras aplicaciones deportivas de tenis o fútbol, mantiene activo el cerebro. Y también les alegra y despierta la sonrisa. Porque la parte emocional es casi tan importante como el mantenimiento cognitivo: "Sentirte acompañado, escuchado y realizado" ayuda en su proceso evolutivo.

Como el taller de cocina. "Hacemos yogures y dulces", concreta Florencia. Las excursiones, que han vuelto a retomarse tras la mejora de la incidencia de la sexta ola, se convierte en otra de las actividades preferidas: "Fuimos a la plaza Mayor y nos invitaron a tomar unos churros. Recordé haber ido con mi marido", rememora. Eduvigis, a la que le gusta hacer puzzles, no cambia su centro por nada: "Llevo cinco años viviendo aquí. Me encanta. Pinto, coloreo y lo que me pidan, aunque no lo haga bien", relata con humor. Pero la realidad es que lo hace fenomenal. Porque su esfuerzo y constancia la han ayudado a mantenerse activa y conservar la autonomía. Quieren seguir acudiendo cada día al centro y no depender de nadie.
Un aspecto imprescindible, el sentirse autónomos durante más tiempo, lo que les sitúa en el camino de la mejora con relaciones de confianza. El trabajo que los profesionales realizan en el centro también debe continuar puertas afuera, en la vida de los usuarios con su entorno. Por eso es tan importante fortalecer los vínculos con las familias. De esa manera se afianzará la idea de considerar los centros de día como un recurso habitual y los convierte en un oasis terapéutico para las personas mayores.