El cascarón aún permanece casi intacto, pero en el interior del Vicente Calderón se aprecia el trabajo de demolición efectuado desde el pasado mes de febrero. La práctica totalidad del graderío ha desaparecido y la maquinaria no se detiene. El derribo de las áreas que no afectan a la M-30 está previsto para este verano, pero antes queda mucho hormigón por picar.
El desmantelamiento de la que fuera casa de los colchoneros comenzó el pasado mes de febrero. La demolición, de adentro hacia afuera, está programada para este verano, una fecha en la que el tráfico en la zona se reduce y los colegios cercanos se vacían de escolares.
En estos cuatro meses, los camiones no han dejado de retirar toneladas de escombros del interior del estadio, a pesar de que el reciclaje de los residuos se lleva a cabo en la propia obra. Tan solo quedan sobre la estructura los asientos de las últimas filas, pues el graderío inferior ya ha sido retirado.
Estas actuaciones están enmarcadas en la primera etapa de la reurbanización del entorno Mahou-Calderón, cuya conclusión se prevé para junio de 2022. En esta fase inicial, además del derribo del campo -a excepción de la grada situada sobre la M-30- incluye la urbanización de los viarios comprendidos entre paseo de los Pontones, paseo Imperial y paseo de los Melancólicos.
El ámbito ocupa una superficie total de 193.804 m2 y el proyecto, presupuestado en 42,2 millones de euros, se ejecutará en tres etapas, cuyo plazo de ejecución sumará 34 meses. La superficie de la zona a intervenir se desglosa en dos áreas, una de ellas destinada al uso residencial y terciario, y la otra a viario, zonas verdes y equipamiento de carácter básico.