A horas de que se filtre si será él u otro el elegido para encabezar la lista del PP a las autonómicas de mayo, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, se ha mostrado “tranquilo” pese a que aún, dice, no le ha llamado nadie de Génova.
En su semana decisiva, Ángel Garrido está igual que siempre. “Tranquilo”, dice él. “Muy tranquilo”, afirman los demás. Cuando quedan horas para que se filtre la decisión de Pablo Casado sobre su futuro, esquiva todas las preguntas con la misma respuesta, pues “ya está todo hecho” por su parte.
Y es que, en realidad, vive en una situación que nunca se hubiera imaginado. Su llegada a la Presidencia regional fue algo que le cayó por casualidad, lo que no quita que quiera que se repita la misma llamada que entonces le eligió a él frente al portavoz popular en la Asamblea, Enrique Ossorio.
Un contacto que por el momento, tal y como ha confirmado a preguntas de los periodistas, no se ha producido, pues su líder, por el momento, calla. La decisión solo la saben su núcleo cercano y ninguna pista que dan significa gran cosa. La última, sobre lo “sorprendente” que será, tampoco: también lo sería que eligieran al sucesor de Cristina Cifuentes toda vez que el ‘aguirrismo’ está de vuelta en el PP de Madrid.
Con todo, Garrido sigue con el freno de mano echado. A cualquier pregunta sobre VOX y sus planteamientos extremos responde con moderación, como si nunca antes hubiera reafirmado que él es de “centro” y que de ahí no le mueve nadie.
Quizás quiera ir en la lista en caso de que el elegido sea el diputado y alcalde de Boadilla, Antonio González-Terol, o cualquier otra persona. Él, de nuevo, prefiere no plantearse cosas “que todavía no han ocurrido”.