Una persona transexual no binaria ha denunciado ante la Policía Municipal de Madrid una agresión por parte del controlador de accesos de una conocida sala de fiestas del barrio de Chamberí. Al parecer, el trabajador le practicó una llave tras impedirle la entrada. La víctima se había negado a identificarse como hombre o mujer, pese a que el local tuviera distintas tarifas de acceso.
Un transexual no binario de 23 años ha presentado en la Policía Municipal de Madrid una denuncia por presunta agresión y discriminación después de que un portero de discoteca le agarrase por el cuello y le hiciese una llave para tirarle al suelo tras no identificarse como hombre ni mujer el pasado 14 de julio en una sala de fiestas de Chamberí.
Según ha informado Arcópoli en un comunicado, el controlador de acceso agarró del cuello a la víctima realizándole una llave, le levantó del suelo y le apartó de la entrada del local, provocándole unos instantes de asfixia y el inicio de una crisis de ansiedad. Ante estos hechos, P.G. interpuso la denuncia en la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal de Madrid acompañada por el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia.
Sin entrada ni hoja de reclamaciones
Según explica Arcópoli, antes de la agresión el controlador de accesos les informó del precio de las entradas, que cobraba cantidades diferentes a hombres y a mujeres. La víctima le informó que era una persona transexual y que no se identificaba con ninguno de los dos sexos planteados, sino como una persona no binaria. De hecho, según consta en la denuncia, ese día "llevaba una expresión de género andrógina, consistente en maquillaje, uñas pintadas y ropa unisex".
Tras esta negativa a identificarse como hombre el controlador de accesos le impidió la entrada. Tanto la víctima como algunos de sus acompañantes solicitaron sin éxito una hoja de reclamaciones, mientras el controlador continuó refiriéndose en masculino a la víctima pese a sus peticiones para que cesara en dicha actitud.
Más aun, el portero replicó a la víctima que él "hablaría como le sale de la polla" y que, si avisaban a la Policía, los jóvenes "se iban a enterar", según ha podido saber este medio.
Con todo, los denunciantes solicitaron la presencia de agentes por "miedo" a que la agresión fuera a más, y la Policía realizó un parte de intervención. La entidad ha explicado que la víctima ha mantenido varios días síntomas de ansiedad, estrés e insomnio, y tiene miedo de salir a la calle con una expresión de género que no sea netamente masculina.
"Discriminación estructural"
Este incidente de odio se convierte en el número 179 de los registrados desde el Observatorio en lo que va de año y además "pone de manifiesto la discriminación y violencia que sufren las personas que no se ajustan a los estereotipos de género socialmente establecidos", según Arcópoli.
Para el coordinador de esta asociación, Yago Blando, "el incumplimiento del principio de igualdad de trato en los locales de ocio nocturno no debe ser permitido por más tiempo, dado que a la discriminación estructural a la que somete a las mujeres se une la discriminación a las personas trans, binarias o no binarias, que ven limitados sus derechos y negada su identidad en base a criterios sexistas y LGTBfobos".