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TAL DÍA COMO HOY

Entrada principal del Palacio de El Pardo, construida en el s. XVIII.
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Entrada principal del Palacio de El Pardo, construida en el s. XVIII. (Foto: Kike Rincón)

El incendio de El Pardo al que sobrevivió la Venus de Tiziano

Por MDO
martes 13 de marzo de 2018, 07:51h
Tal día como hoy en 1604, el palacio de El Pardo sufrió un gran incendio que se llevó consigo incontables obras de artes. Eso sí, otras pinturas, como la Venus de Tiziano -hoy expuesta en el Louvre-, no ardieron. Durante el paso del tiempo, esta construcción ha sido amada e ignorada por los diferentes monarcas. También fue la casa del dictador Francisco Franco.

"Si ese cuadro se salvó, lo demás no importa". Estas fueron las palabras de Felipe III cuando le informaron de que la llamada Venus de El Pardo no fue destruida en el incendio que sufrió el Palacio tal día como hoy hace 414 años. Aunque no se puede calcular el valor de las obras desaparecidas, sí que es conocido que el número total ascendía al medio millar, un dato que no pareció importarle al monarca. Junto a esa pintura se salvó el "aposento de la camarera", donde subsiste el techo con la Historia de Perseo, por Becerra.

Así, días después el rey apodado como 'el Piadoso' ordenó a Francisco de Mora que reedificase el palacio y encargó una amplia y coherente decoración al fresco a sus pintores, entre los que destacan Eugenio y Patricio Cajés, Vicente Carducho, Luis de Carvajal y Jerónimo Cabrera. De este modo, encomendó a Juan Pantoja de la Cruz la realización de una nueva serie de efigies reales para la sala de retratos, que adquiría un contenido histórico más pronunciado que en la fase anterior, pues arrancaba desde Isabel y Fernando y no incluía a personajes ajenos a la familia real.

De esta forma, durante el siglo XVII los Austrias acumularon aquí casi trescientas pinturas, pues aunque las partidas del inventario de 1700 son doscientas veintidós, muchas de ellas incluyen más de una obra, y llegan a comprender los veintiocho retratos de la sala que llevaba ese nombre.


Todo esto cambió una vez que fue coronado Felipe V. El primer monarca de la Casa de Borbón visitó por primera vez el palacio en 1701 y le pareció anticuado e inhóspito, por lo que decidió trasladar las pinturas y la decoración de las salas allí presentes.

Durante los siguientes reinados, El Pardo sufrió los distintos criterios de los diferentes monarcas: Felipe V lo convirtió en residencia invernal, Carlos III le encomendó a Sabatini su ampliación, Carlos IV apenas lo utilizó, Felipe VII lo reamuebló, Isabel II volvió a despreciarlo y Alfonso XII lo eligió para su retiro.

Una vez que se proclamó la República, se incorporó al Patrimonio de la República y fue asignado como una de las residencias del presidente y de jefes de estado extranjeros de visita.

Cuando se produjo la guerra, el dictador Francisco Franco lo eligió como su residencia habitual. Allí, se instaló en las antiguas antecámaras del Príncipe de Asturias y rehabilitó el Comedor de Carlos III para hacer su despacho. Por su parte, el antiguo teatro del palacio fue transformado en sala de cine. Una vez fallecido, el palacio se abrió como un testimonio de la vida cotidiana del dictador pero, con el paso del tiempo, se le ha ido dando otros usos. Uno de ellos fue alojar al jefe de Estado de Argentina, Mauricio Macri, y a su mujer en febrero del año pasado.

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