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CARTELERA MADRILEÑA

Ana de Armas y Ryan Gosling en 'Blade Runner 2049'
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Ana de Armas y Ryan Gosling en 'Blade Runner 2049' (Foto: Stephen Vaughan)

Blade Runner 2049: Bienvenidos al futuro

Por Inés López / Víctor Sanz
viernes 06 de octubre de 2017, 08:03h

Este viernes llega a los cines de toda España una de las secuelas más esperadas del año, Blade Runner 2049, disponible en 2D, 3D e IMAX 3D.

Blade Runner 2049 aterriza en los cines este viernes para trasladar a los espectadores a un universo futurista donde las máquinas han alcanzado una humanidad casi más perfecta que la de la propia naturaleza humana.

Dirigida por Denis Villeneuve -y no por Ridley Scott, como su antecesora- y protagonizada por Ryan Gosling -ganador del Globo de Oro al Mejor actor de Comedia o Musical por La La Land (2016)- en el papel de "replicante" (androide) "K" y Harrison Ford -conocido por papeles como el de Han Solo (Saga Star Wars) o por dar vida al aventurero Indiana Jones- repitiendo en el papel de Rick Deckard, la película vuelve a sumergirnos en el universo futurista y apocalíptico de Philip K. Dick, autor de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), novela en la que está parcialmente basada la película. Un futuro de la humanidad donde la tecnología se ha convertido en el centro de todo: publicidad, amor, trabajo…

Denis sabe lo que hace

Probablemente la mayor crítica que tenga la nueva cinta de Denis Villeneuve, es la sombra alargada de la cinta de Ridley Scott a lo largo de las 2 horas y 40 minutos que dura esta nueva entrega.

El hecho de tener que estar a la altura de una de las películas más icónicas de la historia del cine es una ardua tarea, y algo que sin duda traerá más de una desilusión, pero el verdadero encanto de Blade Runner 2049, reside en esta misma cuestión. Se trata de una hoja de doble filo.

El director canadiense, lejos de intentar copiar a su predecesora, desarrolla su propio estilo en el mundo futurista creado por Scott. Ese es el verdadero tesoro que guarda el film. Una mezcla entre el blockbuster y el estilo pausado e incluso filosófico de Denis Villeneuve.

La trama se retoma tres décadas después de los acontecimientos de la primera película, una continuación de la historia que, sin embargo, es totalmente independiente y con identidad propia, capaz de encandilar a cualquier espectador que se haya perdido la primera parte y al fan que la conoce al dedillo. Aunque el eje central de la trama se torne en la investigación sobre el paradero de un niño, la base es todavía más profunda: quizás la pregunta que más defina la película es "¿Quién soy yo?" o "¿Qué soy?".


Un reparto lleno de estrellas

La presión de intentar dar respuesta a estas preguntas es lo que moverá al personaje principal interpretado por Ryan Gosling a lo largo del relato, porque no debemos olvidar, que Blade Runner 2049, se trata de un thriller de investigación, y serán los misterios argumentales los que terminarán dando forma a los personajes y al guion.

Hay que reconocer que la actuación de Gosling es espectacular: una máquina sin sentimientos que emana humanidad por cada centímetro de su piel. Deseo, compasión, valor… Pero siempre en el límite de lo artificial. Es un trabajo digno de ver en pantalla grande.

Como acompañante de viaje, Harrison Ford en el papel de Deckard, aunque aparece mucho menos en pantalla que el protagonista, consigue adquirir un papel importante en parte de la película. Sin él la trama principal perdería sentido, ya que es el único enlace directo con el primer film y un personaje imprescindible de la historia.

Con pocos minutos también en pantalla, Jared Leto consigue hacer una interpretación estelar: el actor se ha acostumbrado a hacer el papel del malo -ha interpretado al psicópata payaso enemigo de Batman, El Joker, en Escuadrón Suicida, papel por el que se le ha criticado mucho-.

En esta ocasión interpreta a Niander Wallace, un fabricante de “replicantes”, ansioso de “crear la vida” a través de sus “hijos”, como si del doctor Frankenstein se tratase. Una mente perturbadora que provoca escalofríos cada vez que se deja ver en pantalla. Sin duda alguna, una oportunidad para el actor de “callar bocas” ante las críticas negativas por su papel en Escuadrón Suicida.

No se puede pasar por alto tampoco a la joven cubana Ana de Armas, que consigue una actuación sorprendente para el papel tan singular que encarna: Joi, un holograma con forma de mujer instalado en la casa del protagonista -un producto de un mercado futurista destinado a proporcionar compañía- que se modifica según los gustos del comprador llegando a ser un personaje “muy humano”.

En la película también participa Robin Wright, que no se encuentran al nivel de sus compañeros de reparto, aunque su actuación sea correcta.

Una de las grandes sorpresas del reparto es la suiza Carla Juri -actriz completamente desconocida para Hollywood, pero que ha trabajado mucho en producciones europeas e independientes- que firma una de las mejores escenas de la película.

Con estilo propio

El estilo de producción cinematográfica con el que convivimos hace que casi todos los productos acaben teniendo una estética muy comercial y unos guiones simples y planos. Aunque la película haya sido creada bajo este paradigma, su director sabe cómo envolverlo todo en una atmósfera similar a lo que fue la cinta original, lo que en ciertos momentos nos trae reminiscencias de placer y hace que el relato fluya y nos parezca bonito.

Y es que si algo tiene Blade Runner 2049 es belleza. La fotografía de la película, llena de colores saturados y oscuros al mismo tiempo, se funde con perfecta armonía con los personajes y su acción. Este arte perfectamente medido y sincronizado se lo debemos a Roger Deakins, nominado 12 veces al Óscar a mejor fotografía –estatuilla que podría ganar por primera vez con este trabajo- por sus películas con Sam Mendes y los hermanos Coen, entre otros.

La estética, permite que nos deleitemos con las pausas que se producen en algunas escenas con la intención de engrandecer el tesoro argumental señalado por Ridley Scott en la primera parte: “¿quién soy?”, "¿Qué soy?”, preguntas que retumban en la primera cinta –como olvidar el monólogo del “replicante” Roy Batty- y se recupera su esencia para esta segunda parte.

Sonidos del futuro

Una de los elementos más característicos de la primera película de Blade Runner era su música. El grupo Vangelis consiguió un sonido futurístico a través de sintetizadores. Era imposible estar a la altura de tal magistral partitura, pero es necesario resaltar el esfuerzo de Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch en buscar un sonido tan parecido al original.

Su partitura está llena de fuerza y tonos similares a las canciones de Vangelis, lo que hace que nos transportemos a lo más oscuro de la ciudad de Los Ángeles.

Una buena película

Como conclusión final, es importante señalar que Blade Runner 2049 es una buena película. Tanto el apartado técnico como el argumento cumplen con los requisitos para pasar un buen rato en el cine. ¿Está a la altura de la original? Si esperas ver una copia perfecta de la historia de Deckard y los "replicantes", saldrás desilusionado de la sala, si por el contrario -sin llegar a olvidar esa ciudad de Los Angeles de estilo futurista- entras a ver Blade Runner 2049 sin ninguna pretensión, probablemente disfrutes mucho de la obra.

Solo el tiempo podrá responder a esta pregunta, la recomendación de Madridiario es sin duda que te reserves una tarde para ir al cine.

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