En el aviso de información publicado se recoge que el servicio se dividirá en tres zonas (este, oeste y sur) frente a los actuales (centro y periferia), y que se incluirá en el mismo servicio de recogida la instalación y mantenimiento de los contenedores. Además, el contrato sería de cuatro años más dos de prórroga. El precio de licitiación se marca en una horquilla de entre 900 y 1.100 millones de euros, es decir, entre 150 y 183 millones al año. Actualmente, el Ayuntamiento gasta entre 151,2 millones de euros solo en recogida, a lo que habría que sumar el gasto del servicio de contenerización, repartido en varios contratos.
Precisamente, por la cuantía tan elevada del concurso público, el Ayuntamiento está obligado a realizar este preaviso en el boletín europeo. No obstante, fuentes del Área de Medio Ambiente explican a este digital que es un paso previo necesario para poder realizar el concurso, en caso de que finalmente opten por mantener la gestión externa de este servicio, que viene presetándose por empresas privadas desde hace más de 70 años en la capital. Ahora Madrid prometió remunicipalizar servicios y ha estudiado la posibilidad, que cada vez parece más lejana.
En cualquier caso, el Ayuntamiento de Madrid aprobó una nuevas normas para la baremación de ofertas en los concursos públicos, que incluyen también criterios sociales y laborales, con la idea de alejarse de lo sucedido en algunos contratos del Ayuntamiento, como el de limpieza, en el que el precio fue el único criterio.
El Ayuntamiento está encontrando dificultades para municipalizar servicios públicos. En este caso, el portavoz de UGT en el sector explica que el Ayuntamiento no puede crear nuevas empresas por ley debido a su alta deuda y que la opción de pasar a depender del Ayuntamiento directamente no es apoyada por los trabajadores, ya que después de tres años como indefinidos tendría que pasar unas pruebas de acceso. "Si las condiciones fueran las mismas que las actuales y se garantizaran los empleos, preferiríamos la municipalización", subraya Moisés Torres.
El anterior Gobierno municipal llegó a convocar un concurso para la recogida de residuos en la ciudad, pero el precio de licitación fue muy bajo y quedó desierto. Además, este intento de nuevo contrato que reducía las garantías de los trabajadores provocó tres días de huelga en el servicio en 2012. Después, se realizó un concurso por un año solo en la zona de perifieria para hacerlo coindicir con el de centro y plantear a su término un nuevo concurso para toda la ciudad. Sin embargo, finalmente el Gobierno de Ana Botella renunció a licitar un nuevo concurso para evitar conflictos con los trabajadores, que siempre han defendido que se tengan en cuenta los recursos humanos para elegir las ofertas.