La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, ha tratado de tranquilizar a los vecinos que desconfían del anuncio de la ampliación de las aceras en la calle Ponzano, entre Santa Engracia y Ríos Rosas. Villacís ha negado de manera rotunda que vaya a repercutir de forma negativa en la zona con un aumento del número de terrazas, como sospechan.
"No va a suponer en ningún caso el aumento de terrazas. Siempre que se gana espacio público es buena idea. Se ha hecho desde la Junta de Chamberí, y no habrá una sola terraza más como consecuencia de esta ampliación de aceras", ha añadido.
Dichas obras incluyen la ampliación de las aceras de la mencionada vía con renovación de su pavimento, la disminución del carril de circulación, afectando al asfaltado de la calle, y el cambio en la distribución de plazas de aparcamiento.
Siguiendo esta línea, Villacís ha aprovechado la ocasión para prometer que las plazas de aparcamientos que se pierdan tras las obras serán recuperadas en “un radio pequeño, en batería”. Además, ha adelantado que en el próximo mes de abril verá la luz el mapa de las zonas tensionadas, afirmando que "probablemente Ponzano será declarada una zona tensionada, así que los vecinos van a poder vivir mejor".
Los comerciantes de Sol, en pie de guerra
Otro de los temas sobre los que ha hablado Begoña Villacís ha sido el malestar de los comerciantes de la Puerta del Sol por motivo del inicio de las obras de remodelación de la plaza. Tal y como se ha confirmado este viernes, el Ayuntamiento volverá a reunirse con ellos para “explicar bien el proyecto” de una reforma que, tal y como afirman desde el Consistorio, “será buenísimo para ellos”.

"Tiene su coste a corto plazo, traducido en molestias, pedimos disculpas por ello. Ya hemos mantenido reuniones frecuentes, y nos vamos a volver a reunir para explicarles bien el proyecto, cómo les va a beneficiar, y cómo se van a gestionar las mercancías para que no haya problema", ha destacado la vicealcaldesa.
Las obras de la remodelación de la Puerta del Sol comenzaron el pasado martes y se prolongarán durante un total de 12 meses. El proyecto, que ha sido dotado con 10,7 millones de euros de presupuesto, contempla una nueva plaza mucho más diáfana, que invite a sentarse y con la ausencia de árboles.
