En este sentido, la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, ha defendido que la retirada de Madrid Central "no parece mínimamente razonable ni tampoco respetuosa con la calidad de vida de las personas y su salud". "Nos preocupa mucho su paralización", ha resumido.
Así, ha lamentado que, mientras "la mayoría de países desarrollados están sensibilizados con los impactos del cambio climático en la salud", su retirada "pretende caminar en dirección contraria". Sobre si esto podría constituir un delito contra la salud pública, Carcedo ha puntualizado que resulta "prematuro", a la espera de si Madrid Central "se sustituye o no por otras medidas".
En cualquier caso, ha avanzado que el próximo Plan de Salud y Medio Ambiente, en el que vienen trabajando durante seis meses los ministerios de Sanidad y Transición Ecológica, recogerá "responsabilidades" para las ciudades en materia de calidad del aire. "Tendrán objetivos que deberán alcanzar no solo la Administración General del Estado, sino también comunidades autónomas y municipios", ha apostillado.
La ministra ha avanzado que el Plan está "bastante avanzado", aunque no ha puesto fecha a su implementación. Por el momento, se está trabajando con CCAA y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), ya que "su aplicación entra de lleno en competencias autonómicas y locales, como ordenación del tráfico, diseño de la ciudad o sostenibilidad de los edificios".
El presidente de la FEMP, Abel Caballero, ha señalado que el modelo de Madrid Central le "satisface". "Genera tal impacto que la demanda ciudadana es '¿Y el mío cuándo?'. Estos modelos que van en línea con lo que la ciudadanía quiere son imparables", ha argumentado. Por su parte, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha pedido que Madrid Central "no puede ser de carácter local, sino una nueva forma de entender las ciudades".